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Reseña Biográfica del Capitán Otto Escalante Wiepking

Otto Escalante

Reseña Biográfica del Capitán Otto Escalante Wiepking

Por
Sylvia Escalante H. y Alejandro Trejos C.

¿Cuándo escucha un avión pasar resiste usted el deseo de alzar la mirada y verlo volar?…¿Cuántas veces lo ha hecho?… Seguramente lo volverá a hacer.

Es 1928, tiene siete años, juega en el patio de su casa de Plaza González Víquez y escucha un ruido desconocido, alza la vista y ve un avión sin saber qué es, pero sintiendo un deseo irresistible de ir montado en ese aparato como un pájaro. Por el piso pasa su sombra en forma de cruz, no era otro que el «Espíritu de San Louis» el mismísimo avión de Lindbergh.

Así despertó el sueño de volar del capitán Otto Escalante W., nacido en Costa Rica el 26 de octubre de 1921, aviador de corazón, que a temprana edad recibió la señal que lo inspiró para luchar por un sueño que acababa de forjar.

Desde ese día, entusiasmo y dedicación por la aviación. En setiembre de 1996 fue llamado para dirigir Aviación Civil por «el prestigio internacional, la estatura moral y la trayectoria de 50 años» según palabras del entonces Ministro de Transportes Ing. Rodolfo Silva.

Siempre hombre de empuje, emprendedor, responsable y valiente. A veces confrontador, ambicioso y audaz. Muchos sabemos lo que hay que hacer, menos sabemos para qué hacerlo, pocos cómo hacerlo. Algunos también se ponen a hacerlo.

¿La aviación como motor de desarrollo de un país?…¿Quién no recuerda la foto de la carreta junto al avión de LACSA?… El desarrollo a veces debe ser abrupto, hay que empujarlo muy duro y el 12 de marzo de 1948, el primer día de la revolución, Don Otto junto con Guillermo «Macho» Núñez «toman» dos aviones Douglas DC-3 y van a Guatemala para regresar al día siguiente con armas para los revolucionarios del Ejército de Liberación Nacional. Este fue el primer día de Don Otto como capitán.

Con mínima experiencia, en su segundo día como capitán salió de Cipresales Guatemala con un sobre peso de casi el 50%. «Por un lado me asusté mucho, por otro me alegré porque eran tan malas las condiciones que pensé que Núñez, con su experiencia, desistiría de emprender el vuelo … pero no fue así, el que conoce la valentía y hombría del capitán Núñez sabe también que nunca se echa atrás» . (Tomado del Periódico Excelsior, 20 de agosto de 1977, testimonio del capitán Otto Escalante)

En 1939 obtiene su título de Bachiller en Ciencias y Letras del Liceo de Costa Rica. Ya trabajaba, el 15 de enero de 1938 el «Consejo Nacional de Turismo» le otorga licencia oficial de Guía Turístico. Veía en el turismo algo bueno para nuestro país, algo que se necesitaba desarrollar en beneficio de Costa Rica. En 1985 el ICT le otorga el «Premio Nacional al Mérito Turístico». En el 94 la Asociación Costarricense de Agencias de Viaje le confiere el premio «Rodolfo Ulloa B., Honor al Mérito» y en 1997 Expotur le otorga el premio «Pionero del Turismo».

Otto Escalante

Otto Escalante con sus amigos Gil Chaverri R., Harold Fonseca, Castro Jenkins, y otro

En 1940 se filtra en su primer trabajo en una Línea Aérea, Jefe del Departamento de Carga de TACA. Por supuesto ese no era un bonito escritorio…, ayudaba a cargar los aviones y ocasionalmente (fácil suponer que con gran satisfacción para él), los Capitanes montaban a cargadores como copilotos, ya que muchas veces aparecían vuelos no programados y no habían copilotos disponibles.

Conocía el idioma inglés, eso seguramente le ayudó a que, en 1941, fuera ascendido a secretario del Gerente General de TACA, el capitán Román Macaya. Ahí también había que hacer un poco de todo. Al precipitarse la participación de los Estados Unidos en la segunda guerra mundial, los gringos necesitaban liberar a todos los pilotos estadounidenses en Latinoamérica para colaborar en los esfuerzos bélicos, ofrecieron varias becas para aspirantes a pilotos locales y capacitarlos para que tomaran el lugar de los extranjeros.

El capitán Macaya le encomendó a don Otto revisar y tramitar el papeleo necesario, luego de la preselección sólo 2 de los 6 aspirantes cumplían los requisitos. Naturalmente él se auto-becó. Entre los escogidos, uno no conocía bien el ingles y le hicieron los exámenes, otro no tenía el bachillerato y lo ayudaron a sacarlo en tres meses, una nacionalidad no muy clara se arregló con una cédula nacional. Don Otto tenía 18 años pero necesitaba 21, su vecino, el Director del Registro Civil, le resolvió el problema con una cédula nueva y una diferencia en el año de nacimiento.

Johnny Victory, Enrique March, Christie Williams, John Daly, Agustín Penón y Otto Escalante se embarcaron. Salieron hacia Limón para tomar un barco con rumbo a Nueva York sin saber cuál era su destino final.

Luego de un año en Albuquerque, Nuevo México, obtuvo su licencia de piloto comercial, por sus calificaciones (o por haber logrado sosegar a los fogosos latinos ante las chicas tex-mex) el gobierno de los Estados Unidos le extendió la beca para continuar sus estudios en la academia Sky Harbor School of Aeronautics en Phoenix, Arizona, donde saco su licencia de instructor y licencia de vuelo por instrumentos.

Posteriormente entra y sale fácilmente de Taca. En 1945 promueve y defiende la huelga de copilotos provocada por las desigualdades en salarios. Los copilotos nacionales ganaban lo mismo que los extranjeros, pero unos en colones y otros en dólares… Taca les da la razón y el despido a Don Otto.

Por unos meses vuela en Nicaragua, en una empresa liderada por James Angel, descubridor de las cataratas del Angel en Venezuela. Regresa a Costa Rica y Manuel Enrique Guerra conocido como «Pillique», de quien don Otto dice: «es más valiente que yo», le da trabajo como piloto.

Labora como copiloto un tiempo en LACSA, de donde sale a fines del 46, dado que en esa época la compañía tenía por política no nombrar como capitanes a costarricenses.

¿Guabazo?… En 1946 como piloto instructor, en un Piper Cub monomotor, ante un paro del motor al salir de la primera vuelta de una barrena, decidió regresar al aeropuerto de La Sabana. Desafortunadamente debido a los fuertes vientos tuvo que buscar un cafetal al sur-oeste de la pista, tratando en lo posible de salvar a la máquina y a sus tripulantes. Salieron ilesos, la aeronave sufrió algunos daños y averías naturales. Había «aterrizado» sobre un palo de guaba que tenía la raíz podrida, se desplomó con el peso del avión y ¡salieron caminando! (Tomado de su diario de vuelo, es la única anotación de un accidente), eso sí es una… «de pura guaba».

Entre 1947 y 1948 fundó AVO (Aerovías de Occidente), con accionistas norteamericanos y vuelos locales en Boeing 347, luego «me metí en la revolución».

Octubre de 1948… Otilio Ulate como presidente electo y el capitán Escalante, en un avión caza AT-6 del ejército norteamericano realizaron una exhibición de acrobacias aéreas en San Isidro del General. Ante concurrencia que los ovacionaban en la plaza, don Otto enteró al señor presidente electo de sus obligaciones como segundo hombre del avión. (Tomado de nota de prensa del 14 de octubre).

Don Otilio no habló mucho, al bajar lo felicitó y lo invitó a almorzar. Pero años después le tocó al capitán Escalante pilotear un pesado Douglas 1005, el primer avión que aterrizara en el aeropuerto internacional «El Coco» sin torre de control pero con asfalto. Había que probar la pista, al día siguiente aterrizaría el señor presidente Ulate procedente de Nicaragua.

Funda la Junta de Aviación Civil, vuelve a LACSA en 1949. En la década de los 50s ocupa los cargos de: jefe de operaciones, jefe de pilotos, piloto de chequeo y encargado del proyecto del Convair 340 (primer avión moderno de LACSA). Aún así encontró el tiempo para, como médico auto nombrado, tomar a sus primeros tres hijos con tos ferina y subirlos a más de 15 mil pies de altura, ya que según los médicos mexicanos el aire ralo curaba la enfermedad. El desorden en el avión (con un techo de 13 mil pies) fue tan contundente como efectiva fue la cura.

Otto Escalante

Otto Escalante

Esa búsqueda del bienestar de la niñez lo impulsó a fundar y presidir entre 1953 y 1956, para combatir la epidemia de poliomielitis, la «marcha de los dieces». Organización precursora del Hospital Nacional de Niños.

En 1957 habla con el señor presidente, don José Figueres Ferrer, sobre su interés de dirigir LACSA, don Pepe le dice que debe aprender más para llegar ahí, «Machito, usted no está listo, tenga paciencia». En el 59 ya es Subgerente y Gerente General de Tráfico y Ventas. En 1960 logra llegar a Gerente General, pero sigue volando como piloto comercial hasta el 72.

Una noche de 1962, Doña María Cecilia Herrera, esposa del capitán, escucha por la radio que unos pilotos que están regresando de un vuelo de rescate de Limón, aterrizarían de emergencia en «La Sabana», aeropuerto que no contaba con facilidades para aterrizajes nocturnos. Pedían a los vecinos que estacionaran sus autos al borde de la pista con las luces encendidas. Por sentirse doña Cecilia identificada con las circunstancias y vivir cerca, prepara a sus cuatro hijos los monta al automóvil y responde al llamado, no sin enojo por la imprudencia de los pilotos.

Sabemos que esta valiente acción de don Otto y de don José Pablo González, salvó la vida de los pilotos gravemente heridos de la avioneta de fumigación que se estrelló en Limón, José María Fernández y Alí Salomón Guillén… Esa noche don Otto tuvo que caminar hasta su casa detrás del auto manejado por la lógicamente molesta doña Cecilia.

En abril de 1967… «El Tico», la primera aeronave de bandera nacional impulsada por turbinas. Nuestro primer Jet llega a Costa Rica, calificado como una de las naves más modernas del mundo. El capitán Escalante es recibido y felicitado por el Dr. Antonio Peña Chavarría, Presidente de la Junta Directiva de LACSA, por la importantísima y determinante participación que tuvo para incorporar al país en la era del «jet». (Tomado del Periódico La Nación del 19 de abril de 1967). El capitán Escalante comenta: «Un vuelo fabuloso».

Como Gerente General de LACSA, no solo preparaba personalmente el informe anual de labores antes de las asambleas generales de accionistas, sino que se levantaba muy temprano para cumplir con su oficio de capitán en vuelos domésticos. Luego de bajar del avión llegaba a su casa y encontraba un momento para compartir con su familia.

Cortos pero intensos momentos con sus seres queridos, luego de los cuales probablemente iba donde la «familia LACSA» de la que fuera Presidente Ejecutivo del 72 al 89 y Presidente de la Junta Directiva del 79 al 89. Con esa familia creó la Asociación de Pilotos, la Asociación Solidarista de Empleados y promovió la participación de los empleados como accionistas.

En esa época LACSA decía «Nos encanta la gente» y trabajaba para hacer negocio con bandera nacional llevada muy en alto. Para la apertura de las rutas al Sur, «Sur América bajo las alas de LACSA». «Más y mejores flotillas», un sueño de darle a Costa Rica un lugar destacado internacionalmente en la aviación y abrirle los horizontes en el mundo entero. Su aporte en la parte de carga, exportaciones e importaciones, un sueño de desarrollo económico.

En el 2001, le otorgan al capitán Escalante el «Lifetime Achievement Award» de la «Air Cargo Americas International». En ese momento no puede asistir por razones de salud, o por «estar bailando salsa» como dijera don Marcos Padilla, quien recibiera el premio en su nombre. Cuando don Otto lo recibió en sus manos comentó que lo que de él habían dicho era una gran exageración.

De 1963 a 1983 es Presidente del Consejo Administrativo de COOPESA. Dado que en ese entonces era escasa la legislación y doctrina Cooperativista, COOPESA fue pionera y modelo en el trabajo asociado, gracias al origen y características de sus fundadores, por lo que el 14 de diciembre de 1985, COOPESA se consolida como cooperativa Autogestionaria, tanto en el sistema jurídico como filosófico. (Tomado de la página de historia de COOPESA en Internet)

En la historia de LACSA está el galardón «Albatros 72» otorgado por la Confederación de Organizaciones Turísticas de América Latina (COTAL), entidad formada por casi la totalidad de las agencias de viajes de Norte y Sur América. Siendo las agencias de viajes el canal por excelencia de venta de servicios de transporte aéreo en ese momento hace que este hecho sea uno de los más importantes y significativos en la historia de esta empresa ya que demuestra una superación notable en su organización y métodos de servicio. Siendo don Otto Presidente Ejecutivo comparte tan grande honor con el público costarricense, que con su apoyo permanente hizo posible que LACSA llegara a alcanzar una posición tan destacada (Tomado del periódico La Nación del 17 de agosto de 1972).

Don Otto tiene empuje para eso y para haber realizado y realizar un par de cosas más: Presidente de Sansa, amigo de sus 7 nietos como ellas y ellos mismos dicen, miembro de la Junta Directiva del Banco de la Construcción, lector apasionado de la revista «Time», fundador y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo Latinoamericano (AITAL), navegar por Internet, fundador de Cayman Brac Airways y Cayman Airways Ltda., escuchar a Beethoven, promover asociaciones solidaristas, disfrutar de partidos de fútbol de calidad, luchar en «Acción Patria» contra la corrupción, disfrutar de «Villa», una quinta en Ciudad Colón, enfrentarse desde una pequeña línea aérea contra gigantes en condiciones desiguales y fundar la Asociación de Líneas Aéreas (ALA). Todo esto como un caballero, humanista y piloto.

Y para terminar queremos citar una columna Do * Re * Mi donde se escribió en los 70s: «Otto Escalante, es decir, el que sube, el que escala, el que va más allá con ánimo fuerte y la conciencia limpia…»

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