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Revista Surco No. 28

Revista Surco


publicación mensual del
CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS NACIONALES


28


contiene:

   PENSAMOS: El movimiento Cooperativo, el Partido Comunista y el Centro.
   La Federación Nacional de Educadores, una necesidad en nuestra vida cultural y del momento en que vive el mundo.—Prof. Isaac F. Azofeifa.
   El problema de salarios en la zona atlántica.—Alvaro González Alvarado.
   Palabras preliminares a la primera publicación del EDITORIAL SURCO.
   El Merodeo: Un problema para el mantenimiento y desarrollo de nuestra Agricultura.—Comisión de Agricultura.
   El sentido de los político en los costarricense.—Jorge Rossi.
   Sobre Cooperativas lecheras de Mercadeo.—Luis A. Villalobos Arias.
   Sistema bancario de Ayuda a las Cooperativas en los Estados Unidos.—Raf. Alb. Zúñiga T.
   Como funciona la editorial Surco.
   Boletín Cooperativo.

AÑO III      —      San José, Costa Rica, Octubre 1942


EDITA:

CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS NACIONALES

Dirige:

RAF. ALB. ZUÑIGA T.

y administran:

GONZALO FACIO SEGREDA,
Distribuidor General.

DANIEL ODUBER,
Tesorero.

MARIO QUIROS S.,
Agente de Suscripciones.


Apartados:

Administración, 301
Dirección, 357
Teléfono: 4595


Suscripción anual: ¢ 2,00
Suscripción semestral: ¢ 1,00
Número: ¢ 0,20
Número atrasado: ¢ 0,25


PENSAMOS

EL MOVIMIENTO COOPERATIVO, EL PARTIDO COMUNISTA Y EL CENTRO

El panorama de Costa Rica es el de un país potencialmente rico, pero pobre por su desorganización. Un país cuyos problemas sociales no son el resultado del monopolio por una clase privilegiada de la riqueza y los medios de producirla, sino la consecuencia del uso equivocado o empírico y de la falta de aprovechamiento integral de tales medios.

En un país eminentemente agrícola como el nuestro, cuya tierra laborable permanece en sus cuatro quintas partes sin cultivarse, la miseria y la inferioridad social de la mayoría de la población no puede achacarse a la culminación de su régimen capitalista. Un país que sufre al mismo tiempo el problema de la desocupación y el problema de la escasez de artículos indispensables es, sin vuelta de hoja, un país que es víctima, ante todo de su propia falta de organización.

No es que se esté negando la existencia de una clase agrícola-mercantil privilegiada que usufructúa desproporcionadamente la renta nacional y que mantiene sistemas expoliativos de trabajo; ella existe, naturalmente, mas lo cierto es que sus privilegios no son el resultado ineludible de un capitalismo desarrollado que esté absorbiendo la riqueza del país y expoliando a las mayorías sociales, sino el resultado de esa falta de ordenamiento que mantiene inexplotadas grandes fuentes de riqueza e irredentas extensas secciones del pueblo costarricense.

Una política económico-social bien coordinada podría arreglar perfectamente la situación y solventar la mayor parte de nuestros problemas de miseria económica y de injusticia social. La intentó don Alfredo González Flores con mal éxito, por la ausencia, precisamente de estructuración en la opinión pública; después de él, nuestra política se ha venido haciendo -pese a la progresiva agravación de los males- más y más irresponsable, hasta llegar a ser lo que sabemos: concurso de intrigas, de abrazos y de injurias, totalmente ajeno a los intereses de la Patria.

El CENTRO -grupo de gente joven- ha reaccionado contra ese estado de cosas: está luchando por armar el imprescindible y grande movimiento de reivindicación democrática. Considera el deber primero, la organización popular en grupos coherentes y vigorosos de opinión pública y de solidaridad económica: cree, por eso, en la importancia democrática del sindicato obrero, la corporación de pequeños industriales, la federación de educadores y estudiantes, la cooperativa de campesinos y consumidores, la asociación de profesionales, y en la de cualesquiera otras formas de organización que sirva de instrumento a los costarricenses -hasta hoy más o menos desunidos- para expresarse y actuar eficientemente en defensa de sus intereses y en beneficio de los intereses generales del país. Y el CENTRO está empezando a luchar por esa organización popular que responde inmediatamente a las necesidades de ordenamiento político, económico y social de la República.

El consumidor y el pequeño productor, aislados, son víctimas del especulador: hay que ir entonces a su organización en cooperativas de consumo y de producción y distribución respectivamente; el obrero, solo, es víctima de la explotación de los patrones: debe surgir entonces el sindicato profesional; el pequeño industrial, el pequeño importador, aislados, no resisten la competencia de la gran empresa: urge formar la corporación respectiva; los maestros y profesores; desunidos, son objeto del abuso político: su federación vendrá a darles vigor para la defensa; la opinión popular es burlada por el fraude electoral o la imposición del Ejecutivo: hay que ir a la formación de núcleos de opinión pública y finalmente al partido político ideológico permanente.

Donde haya injusticia, abuso, abandono de la norma democrática, allí deben fusionarse los esfuerzos de los ciudadanos afectados, para hacerse oír enérgicamente, procurar el mejoramiento de sus condiciones sociales y económicas de vida, y en fin, tomar parte en la gran tarea de organizar, equilibrar e imprimirle robustez a las fuerzas económicas del país. Ese es el ideario fundamental de la democracia costarricense -buscar equidad para las relaciones sociales, dignificar y fortalecer al débil, levantar el nivel de vida general, depurar las prácticas republicanas- y por él lucha el CENTRO y luchará entusiastamente siempre.

Otros grupos creen en la Revolución Social como única fórmula de mejoramiento: hipnotizados por movimientos políticos europeos que un super-capitalismo anárquico y exacerbado justifican, estiman que para la pequeña Costa Rica agrícola, con sus cuatro quintas partes de tierra laborable sin cultivar, con sus problemas de escasez y no de superproducción, es también posible un movimiento de preparación radical para destruir el actual régimen social e instaurar uno nuevo sobre sus ruinas. Es el caso del Partido Comunista, que aunque pregona su fe en la democracia y en los métodos evolutivos de mejoramiento, tiene puestas todas sus energías y sus esperanzas en la Revolución Social, y trabaja tesoneramente por preparar los instrumentos y el ambiente necesarios para realizarla.

Esa -y nada más que esa- es la explicación de fondo de la diferente posición del Partido Comunista y del CENTRO ante el movimiento cooperativo.

La Cooperativa de Consumo -por ejemplo- que es la que nosotros propugnamos en una forma general e inmediata, tiene la virtud de alzar efectivamente el nivel de vida de sus socios, y por allí la de hacer comprender a estos la posibilidad de un reajuste evolutivo de su posición social, y la de ponerlos a trabajar por ese reajuste. para el CENTRO -que busca ese equilibrio económico y social para nuestra democracia- la Cooperativa de Consumo tiene que ser entonces, como lo es, un instrumento progresista y que merece todo apoyo. Para el Partido Comunista -que espera el punto álgido de agudización de todas las fallas del régimen actual para hacer estallar la revuelta- la Cooperativa de Consumo tiene que ser, como lo es, un instrumento reaccionario, de apaciguamiento de la lucha social, de adormecimiento del malestar y el descontento de las clases pobres, que debe ser desechado y atacado.

La Cooperativa de Producción de Obreros Industriales y Agrícolas -otro ejemplo- cuya formación nosotros nunca planteamos en épocas normales, conscientes de sus dificultades y sus riesgos, y que hemos propugnado únicamente en relación con la propiedad nazi que, por motivos de la guerra, forzosamente ha de salir de manos de sus actuales propietarios, tiene una serie de virtudes económicas, sociales y educativas, si -como en el plan por nosotros propuesto- se pone su dirección en manos de una entidad técnica y seria -como en el plan por nosotros nivel de vida de los obreros y peones, al hacer pasar a ellos los beneficios que antes fueran a manos del empresario, los entrena y educa en las prácticas de cooperación y solidaridad económica, y desde luego los liga con el régimen existente, dentro del cual descubren un amplio radio de mejoramiento y elevación para su posición económica y social. Por tanto, la Cooperativa de Producción parecerá al CENTRO en los casos en que sea posible organizarla, como una formación de tipo progresista, que responde bien a las necesidades de perfeccionamiento de nuestra democracia, y al Partido Comunista, como una forma reaccionaria que hace desaparecer algunos de los males y los resentimientos en cuya culminación funda las posibilidades de la Revolución.

La razón corresponderá a quien haya sabido enfocar con mayor realismo y menos teorías las necesidades y las posibilidades del país. Cuenta éste con las condiciones y elementos necesarios para plantear la lucha social en el campo de la violencia; es necesaria la violencia para solventar sus problemas sociales y económicos? O bien: resulta suficiente un movimiento evolutivo para solventar esos problemas; cuenta el país con las condiciones y elementos necesarios para iniciar con posibilidades de éxito inmediato tal movimiento?

El CENTRO cree y está convencidamente por la segunda hipótesis.

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La Federación Nacional de Educadores, una necesidad en nuestra vida cultural y del momento en que vive el mundo

Profesor Isaac F. Azofeifa

Por años de años ha estado necesitando nuestra vida cultural oír la voz organizada de nuestros maestros. Ninguna función del Estado requiere tan imperiosamente la unificación de voluntades y aspiraciones, de teorías y prácticas. Es la Patria misma en cuanto presente y futuro cultural la que se forja en la escuela. Es el destino mismo de la colectividad espiritual el que se está jugando en cada hora de actividad educativa.

Lamentablemente las cosas han sido otras en nuestro país en muchos aspectos fundamentales del destino del magisterio nacional. No negamos la preocupación de nuestros gobiernos liberales por mantener la enseñanza nacional» en un pie honorable de existencia. Pero las cosas han cambiado o están en grave proceso de cambio en estos momentos. La institución de mayor responsabilidad técnica de la nación, si cabe decirlo así, se ha visto invadida en los últimos años por la politiquería nefasta que como un matapalo abrumador arruina paso a paso nuestras más responsables instituciones.

No es exagerado decir que el magisterio nacional sufre el sentimiento doloroso de su postergación como servidor del Estado. Nuestros gobiernos tienen, en efecto, preocupación por el edificio escolar, pero no la tienen por el maestro como persona, por el maestro como profesional respetable. Ningún gobierno hasta ahora ha hallado modo de propiciar una política de estímulo al maestro. Ni por el sueldo decoroso, ni por la prima o premio al trabajo realizado, ni por la racional y científica organización del sistema educacional de modo que en el sea el técnico el que ocupe los puestos de responsabilidad, y no el intrigante político, que suele serlo el maestro politiquero, negación y bochorno del magisterio.

Pero es que el edificio escolar es casi lo único que monta como realización del gobierno en materia escolar. El edifico escolar es necesaria conclusión del negocio electoral del partido político costarricense y del cacique elevado a diputado. El edificio escolar paga en votos la preocupación oficial. Es que nos contentamos con el cuento aquel tan falso del ejército de maestros, falso, no por lo de ejército sino por lo de mal pagados, y postergados, frente a la policía, peligroso niño mimado de los últimos gobiernos. Es que el maestro sufre como servidor, ya no del estado, sino del capricho de los politiqueros, y está obligado a pagar la cada vez más elevada deuda política, -negocio cada vez más lucrativo- como si su puesto lo debiera a un favor del cacique y no a su especialización profesional. Es que, finalmente el maestro ha visto poco a poco quedar subordinada su función al capricho del politiquero inmoral, que lleva con la imposibilidad humana de independencia de opiniones políticas, la zozobra del que se siente vigilado de cerca por el oficialismo entregado a ganar a como haya lugar nuestras democráticas elecciones. Los ciudadanos vigilantes, -y el CENTRO PARA EL ESTUDIO DE PROBLEMAS NACIONALES aspira a ser la voz sencilla del ciudadano vigilante, libre, responsable- han visto desatarse la intriga como medio de ganar puestos dentro del magisterio nacional, y han condenado la avidez desvergonzada de los ambiciosos ineptos que, agarrados al discurso dicho en la plazuela, o al padrinazgo gratuito, piden por todos los medios políticos a su alcance, el favor de un puesto en la educación. Y hemos condenado la actitud de maestros que respaldados por la imposición oficial, han paseado por las tribunas de nuestros pueblos la dignidad de su magisterio hecha harapos.

Muy bien han hecho los organizadores en plantear una federación total de maestros, en que quepa el profesor de secundaria, y el catedrático de la universitaria. La educación es un solo proceso y un solo sistema. El problema de las correlaciones, no de los de más ardua solución, podrá ser abordado por una comisión mixta permanente que aconsejara desde abajo, al ejecutivo educacional las realizaciones convenientes. Y muy bien por otra parte, porque si en alguna de nuestras ramas ha cundido la desorientación, si en alguna de nuestras instituciones hay desorientación e ineficiencia, desconocimiento de los problemas e indiferencia, influencias políticas y crisis de valores, es en la educación secundaria, semillero de problemas de todo orden. Y es de los profesores mismos, sin embargo, de quienes debe esperarse una revisión sincera de sus problemas.

Si la Federación con tan buenos augurios iniciada, va a defender al maestro, debe plantearse todos estos problemas, los más graves e inmediatos, con toda valentía. Sin eufemismos, en este país del eufemismo, en que todos estamos de acuerdo mientras no toquen a nuestros intereses creados. Abordar el grave problema de la situación económica del magisterio, y el más grave, de la bancarrota a corto plazo, de las esperanzas puestas en la Ley de Pensiones, según lo ha previsto el técnico de la Caja del Seguro Social y del Banco Nacional de Seguros, señor Dittel Mora. No dudamos que hay elemento de acción decidida en el magisterio. Sobre todo, nos ha gustado el resumen de las cosas dichas en la sesión en que los inspectores y visitadores de escuelas de la República se adhirieron al movimiento.

Pero si el magisterio nacional tiene derechos que defender, y en los puntos publicados se adivina tal propósito, es el momento político y social del mundo el que ha venido a señalarle imperiosas responsabilidades, a más de las estrictamente técnicas. Nos satisface ver a nuestros maestros definir claramente sus deberes en el frente de defensa de la democracia. Son tiempos de lucha estos tiempos. Tiempos de lucha por la libertad y por la justicia y por la cultura dentro de una vida digna. Y si el maestro no es quien viene a afirmar la vitalidad definitiva de esos valores. ¿Quién con mayor derecho y quién con mayores responsabilidades ante la patria y ante la humanidad?

Ojalá la convención anunciada, la propaganda hecha, todo ese cumulo de frases agradables de las autoridades de la educación nacional, todo el esfuerzo puesto en los trabajos iniciales, no se queden -como sucede tantas veces a causa de nuestro tropicalismo patológico- no se queden en el discurso dicho en el Teatro Nacional, en la declaración romántica, en el ridículo muy costarricense de una voluntad soñadora de fines magníficos, pero incapaz del sacrificio, de la persistencia en el esfuerzo, del ímpetu frío y sereno, cuando la realidad levanta frente al propósito el obstáculo decisivo de los intereses creados y de las falsas vanidades que hay que azotar y reducir. El CENTRO ha contemplado como en todos los demás aspectos de la vida nacional, un programa mínimo de política educacional que en rasgos generales fue explicado en las primeras entregas de SURCO. Como en las demás actividades nacionales, defendemos la organización de los servidores de la enseñanza, pero nuestro aplauso entusiasta no puede quedar sin el alerta decidido al optimismo idealista a que suelen entregarse, como niños de escuela, nuestros educadores.

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El problema de salarios en la zona atlántica

Alvaro González Alvarado

Para toda fijación de salarios en determinada zona agrícola, se ha de tomar en cuenta, como punto básico, la diversidad de cultivos que en ella existan.

Por eso es imposible que en la Zona Atlántica se pretenda una estandarización de los salarios. Vamos a exponer rápidamente el por qué de esta afirmación.

En los últimos diez años, los salarios pagados a los trabajadores de cultivos distintos al banano, han fluctuado mucho. Ello se ha debido al fracaso mismo de esos cultivos, que, viéndose obligados en un principio a pagar salarios iguales a los que recibían los trabajadores de fincas bananeras, no podían mantenerlos, ya que el rendimiento económico de estos cultivos es muy inferior al del banano. Citemos un caso concreto para apoyar nuestro dicho: el de la finca «La Emilia», la cual, a pesar de estar respaldada por el fuerte capital de la misma United Fruit Company, no pudo salir avante en su intento de convertirse en una finca de ganado por tener que pagar los mismos salarios que devengaban los trabajadores de las fincas bananeras. El cacao, otra actividad de esa zona, no pudo subsistir sino cuando ese grano alcanzaba en el extranjero elevadas cotizaciones. Y así con los demás artículos: granos, caña de azúcar, maíz, etc.

El decaimiento del cultivo del banano en el Atlántico, durante los años 1939 y 1940, dio origen al descenso de los salarios en esa zona. Esta época fue muy difícil y dura para los trabajadores de la región atlántica, pues produjo un cambio radical en su vida, acostumbrados como estaban a los relativamente altos salarios pagados en las fincas bananeras. Fue así, como, el peón se vio forzado a buscar diferentes medios para la conservación del estandar de vida que hasta entonces había llevado.

Comenzó a arrendar parcelas, a cultivar las suyas propias y a tratar de subsistir a como diera lugar, llegando muchas veces hasta el robo. A pesar de este estado de cosas, poco a poco la zona atlántica tendía a resurgir por medio del aumento de la pequeña propiedad y de la producción de pequeñas parcelas. Así fue como llegó a la casi independencia de la tutela de la United Fruit Company, en beneficio del pequeño propietario costarricense y de la economía nacional.

La extensión de los terrenos de esta zona, así como la abundancia de aguas, hace que sea propicia para la industria ganadera. La influencia del clima, no muy ventajosa porque da origen a plagas, como el tórsalo y la garrapata, se comenzó a neutralizar por medio del establecimiento de baños antiparasitarios, permitiendo que la industria ganadera comenzara a desarrollarse rápidamente.

El palpable renacimiento de esta zona ha sido entorpecido por los nuevos contratos celebrados con la United Fruit Company -esta vez para el cultivo del abacá, que si bien hoy se justifica por las necesidades de la industria bélica de los Estados Unidos está destinado a ir menguando, hasta desaparecer una vez firmada la paz -y ha acaparado, por medio de salarios altos, casi todos los brazos de esa región, dando así un golpe de muerte a la rehabilitación antes referida.

La United paga actualmente de ¢5.00 a ¢7.00 diarios en una región falta de medios sanitarios, restándole brazos a las fincas de ganado en las que si bien el peón sólo alcanzaba un salario de tres colones cincuenta céntimos, trabajaba sólo hasta las dos de la tarde, disponiendo así del resto del día para dedicarse al cultivo de granos en sus pequeñas parcelas, cultivo que tanta falta nos hace para evitar la importación que hoy se hace de esos artículos.

Si realmente pensamos en la rehabilitación de la zona por medio de la importación del ganado de Nicaragua, engorde en esas tierras y exportación a Panamá; por medio de la producción de granos y otros cultivos, creemos que se debería organizar la fijación de salarios en una forma que esté de acuerdo con el estado actual de esa región. Si la Compañía está dispuesta, como lo afirma, a cooperar en esa rehabilitación, que haga real la intención y que acondicione debidamente las viviendas de los trabajadores, que regule sus salarios tratando de evitar la carencia de brazos en las fincas de ganadería, y que de garantías para una vez terminado el conflicto bélico. Si bien es cierto que estamos de acuerdo en cooperar en la defensa continental y encaminar nuestros esfuerzos agrícolas a la producción de artículos necesarios hoy día, hemos de tomar en cuenta también nuestro propio futuro y la mejor manera de hacerlo es tomando, desde ahora, las medidas necesarias para organizar nuestra economía en general.

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Palabras preliminares a la primera publicación del Editorial SURCO

El CENTRO para el estudio de problemas nacionales inicia su labor editorial con el presente Estudio sobre economía costarricense.

El ensayo del licenciado Rodrigo Facio sobre nuestra economía es el más amplio y coordinado que hasta hoy hayamos leído. Abarca, no sólo el estudio de nuestra economía en su perspectiva histórica, sino el angustioso presente que vivimos; pero, sobre todo alcanza inestimable valor porque sin quedarse cómodamente en el teórico planteamiento, fija en un capitulo final todo un programa de política económica que, dicho sea de paso, el CENTRO ha hecho suyo en sus puntos esenciales.

La importancia de un estudio de tal índole en estos momentos no es difícil de encarecer. En vano hemos esperado de los gobiernos de los últimos años una política económica concreta. Tan criminal irresponsabilidad agrave día tras día la situación de las clases productoras más humildes, lo mismo que va asfixiando a los consumidores y al Estado mismo, que vive una quiebra inminente. Urge, pues, crear un grupo político que formule un concreto plan de acción, coordinador de todos y cada uno de los aspectos de la vida nacional -Constitución, Gobierno Interior, Educación, Agricultura, Comercio Interior y Exterior, Industrias, Trabajo, Sanidad, Relaciones Exteriores, Religión y Justicia- pero que principalmente fije sus propósitos en el aspecto vital de nuestra economía, sin cuya adecuada solución, no la habrá efectiva y duradera para los otros aspectos.

Sólo una agrupación política de índole moderada y justiciera, ajena a extremismos y exóticas inspiraciones, popular en el resto sentido del término porque está por encima de los intereses de todos los grupos; sólo una agrupación política disciplinada y consciente de su tarea de radical revisión de todos nuestros problemas, podrá, por sobre el cretinismo del político venal y por sobre el resentimiento del extremista, realizar tamaña tarea.

Hay un pensamiento claro y una acción decidida gestándose en la extraña nacional. Viene como un vendaval renovador y saludable desde la conciencia y voluntad -hechas síntesis creadora- de las generaciones jóvenes.

Este ensayo es hito y mensaje; estudio y programa; porque, por debajo de la firme y clara posición teórica del estudiante de la economía, está la serena y clara voluntad de realizaciones prácticas, rampante la figura de una Patria mejor en el punto más alto de todas sus conclusiones.

Este y los sucesivos estudios que publicaremos, llevarán al ciudadano costarricense sinceramente interesado en el perfeccionamiento de las instituciones democráticas, el que es pensamiento y voluntad de las generaciones que se agrupan en el CENTRO para el estudio de problemas nacionales.

EDITORIAL SURCO

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El sentido de lo político en el costarricense

Jorge Rossi

Es innegable la impureza de las elecciones en nuestro país. Ocioso sería hacer una reseña de las múltiples formas en que se burla el resultado de los comicios cada dos años. Más conveniente es tratar de analizar las causas de la imperfección de nuestros procesos electorales, y ello es el propósito de estas líneas.

La observación de las cosas de la política en nuestra patria, nos permite apreciar los factores concurrentes al fin de desvirtuar la libertad democrática de elegir, estampada en las instituciones de nuestro derecho público. Estos factores pueden reducirse a dos: uno es la acción conjunta de diferentes tipos sociales (el capitalista, el político, el «brocha»); y el otro, que puede llamarse pasivo, es la naturaleza del medio en la cual actúan los personajes mencionados, esto es, la realidad política de Costa Rica.

Vamos con los elementos del factor activo. Por causa del sistema con que se financian las campañas electorales, es grande la influencia que ejercen los ricos inversionistas de la política en el manejo de nuestros seudo-partidos eleccionarios. Y quienes le dan fuerza económica al candidato, pasan a ser luego los amigotes de los gobernantes. Y lo que hacen los amigotes nadie lo ignora: contratos, licitaciones privadas, sociedades con funcionarios, escurrideros del presupuesto. La debilidad del Fisco proviene en gran parte de la anchura de mangas de los empleados y funcionarios públicos cuando se trata de amigos políticos del mandatario.

Ahora sigamos con los políticos. Nos referimos al diputado incondicional, sin méritos reales para usufructuar la curul; nos referimos al politiquero adulón y veleta que tanto abunda entre nuestra fauna parlante; nos referimos al orador cloaca y de cráneo vacío, así como al sinnúmero de intrigantes que trajinan por las antesalas de los ministerios, y se complacen en recibir palmaditas de Don Comerciante Especulador o de Don Cafetalero Mangoneador.

Y los empleados públicos, por falta de una ley de servicio civil y de otras instituciones de derecho que los amparen, están a merced de los políticos. No pueden actuar con independencia, porque la catapulta polítiquera los lanza de sus puestos si no demuestran lealtad absoluta a sus jefes. Esto es una negación del principio de libertad democrática para elegir.

Los factores mencionados pueden actuar y desenvolverse, y alcanzan su torcido fin, porque encuentran un medio ambiente favorable: la conciencia política del costarricense. El rico carece del sentido de lo político. No comprende que el sistema democrático republicano ofrece, en su esencia, la posibilidad de que los ciudadanos concurran a elecciones para que de ellas surjan los individuos más capacitados para hacerse cargo de la cosa pública; se ignora la trascendencia que tiene la función política de cada ciudadano, y por eso es que llegan a figurar en la administración pública no sólo quienes están lógicamente llamados a ello por sus virtudes y por su experiencia, sino también muchos que sólo cuentan con una firme y cínica voluntad de surgir, y luchan a diente partido por figurar entre los conductores del pueblo. El costarricense asiste a los procesos electorales como si asistiera a una carrera de caballos. Se apunta al candidato que tiene más posibilidades de triunfar. Lo que preocupa al ciudadano medio es que su candidato no pierda. Es un evento deportivo más bien que cívico. Actualmente se llama «el invicto» al que también llaman partido Republicano Nacional. Y hasta se cruzan apuestas en el juego de la política, en tiempo de elecciones.

Nuestro pueblo se deja impresionar por rasgos personales y a veces intrascendentes del candidato. Si es muy simpático, si es muy amable, si ordeña una vaca delante del público o si usa «overoles» para conducir una locomotora, si da su mano con profusión o si jinetea un toro en unas fiestas cívicas, ya está consagrado en el mundo político-deportivo de Costa Rica. Políticos hemos tenido que supieron unir a sus verdaderas condiciones de hombres de gobierno, los detalles demagógicos; pero estos fueron los que pesaron más en el ánimo popular, que el análisis de las condiciones e ideas del hombre para mandatario. Así es como existe el peligro de que algunos triunfen con sólo la habilidad para tales triquiñuelas demagógicas en su haber.

Lo que se impone es un esfuerzo potente ara educar a la ciudadanía costarricense. Hacer claridad, mucha claridad, en torno al significado de las cosas de la política, los procesos electorales, la trascendencia del sufragio, y tantos otros conceptos inherentes a la vida democrática y republicana de que nos preciamos los «ticos». Si de esta manera se neutraliza el ambiente, los factores activos encontrarán más difícil y hasta imposible su labor de destrucción de los valores morales y políticos que debieran alentar la vida republicana de Costa Rica. Mientras ello no se realice, continuaremos como hasta ahora, con mil vicios y mil torceduras en la administración pública y en el ejercicio de los deberes y derechos políticos de todos los ciudadanos.

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Sobre Cooperativas Lecheras de Mercadeo

Luis A. Villalobos Arias

La industria lechera costarricense ha adquirido en los últimos años un considerable auge, que la ha situado entre las principales actividades agrícolas e industriales del país. Sin embargo, la mayor parte de este progreso, que se ha alcanzado por la fuerte iniciativa particular, la existencia de climas y terrenos apropiados, la importación de sementales de alta producción y la introducción de medidas técnicas modernas en el manejo de los hatos, no se ha complementado con la organización y cooperación que deben existir, entre los productores de leche. De este modo, vemos que, aunque esta industria produce y progresa, no la hace en relación con el esfuerzo particular de los finqueros, ni con las amplias posibilidades que ofrecen nuestro variado clima y terrenos. La mayor parte de los productores se preocupan por tener buenos animales por alimentarlos y manejarlos lo mejor posible, por seleccionar y mostrarlos orgullosos en las exposiciones de ganado, pero no tratan de organizar y encauzar todo ese esfuerzo disperso, hacia la obtención conjunta de un progreso más sólido y duradero para la ganadería nacional. No existe todavía en el país ninguna organización formada a base de ganaderos que se dedique al mejoramiento de una determinada raza, y que lleve un control perfecto de los animales más destacados, del movimiento estadístico de mejoramiento, ni de la difusión de conocimiento, ni de la difusión de conocimientos y experiencia con respecto al manejo del ganado lechero, en un ambiente climatológico como el nuestro, tan diferente al existente en los Estados Unidos y Europa. Existen muchas deficiencias en lo que respecta a la alimentación, selección y cruzamiento, y al control de numerosas enfermedades, que causan elevadas pérdidas en los hatos. Si bien es cierto, que en este sentido, la ganadería nacional no ha obtenido casi ningún apoyo, de las instituciones de los gobiernos pasados, también lo es, el hecho del extremo individualismo y hasta comportamiento egoísta de los criadores, que no han tenido visión para la cooperación y organización, que los defendiera en un futuro, de los problemas que se presenten a la industria lechera, como lo son actualmente: la especulación, el intermediario, la competencia de grandes terratenientes, las variaciones del mercado lechero, la desnutrición en los animales, las enfermedades infecciosas y parasitarias y la difícil situación económica creada por la guerra actual. El ganadero nuestro, sobre todo el pequeño productor, debe darse cuenta que sólo con la organización y cooperación, podrá defenderse de los problemas enunciados anteriormente. Actualmente hay en el mundo una fuerte tendencia, hacia la eliminación de las cosas pequeñas, y es una cuestión establecida que los agricultores de este tipo, no podrán defenderse bien, si no se organizan en cooperativas. De este modo se les allanarían las dificultades de compra, de venta y de índole general, ya que estas son función de las grandes organizaciones, y encontrarían remedio estable y definitivo.

Debido a lo extenso de las variadas organizaciones que existen, con el fin de remediar las dificultades que se les presentan a los finqueros para producir, mejorar sus hatos, transportar y vender sus productos, por el momento solo trataremos del problema del mercadeo de la leche.

En los últimos tiempos, se han presentado entre nosotros, sobre todo en la ciudad de San José, numerosas dificultades para el abastecimiento de leche suficiente, higiénica y a un precio razonable. Esto tiene como origen, el gran aumento en la densidad de la población, y la discrepancia entre el abastecimiento en invierno y en verano. Esto, como consecuencia, da lugar a grandes fluctuaciones en los precios, que afectan tanto a los consumidores (en verano), como a los productores (en invierno), y sobre todo, a los que trabajan en pequeño y venden su producto a intermediarios, que tienen plantas refrigeradoras bien instaladas y conocen muy bien el mercadeo. De este modo obtiene este individuo, buena parte de las ganancias, cuando lo lógico sería que estas se repartieran justamente, entre el productor y el consumidor. Este problema da lugar a que las operaciones de mercadeo del productor, tiendan a ser sumamente inciertas: hay bajas considerables de los precios durante el invierno, las condiciones de venta se vuelven muy variables, durante el verano, aunque aumentan los precios, disminuye la producción, y apenas se obtiene la compensación, y a excepción de los que expenden su leche por sí mismos, los demás están sujetos a los precios de compra del expendedor, por lo que no tienen representación en el mercado, al cual lógicamente pertenecen. Además, ya como problema de actualidad tenemos la difícil situación creada por la guerra, al encarecerse muchos de los materiales, alimentos y medicinas necesarios para el cuido y manejo de un hato. Por lo tanto creemos, que la evolución en el mercadeo de leche, por lo menos en San José, da lugar a que los productores piensen en defenderse y al mismo tiempo brindar un mejor precio y calidad de producto al consumidor, para lo cual deben asociarse y formar cooperativas de expendio que les garanticen una mayor seguridad para el futuro.

Entre nosotros ya ha habido ensayos de formar cooperativas de distribución de leche, siendo las dos últimas, una gran cooperativa para la distribución de ese producto en la ciudad de San José, cuyo plan fue presentado por el Ing. Bernardo Iglesias a consideración de la Directiva del Banco Nacional, y que falló posiblemente, por dificultades en la financiación, y otra que han tratado de formar productores de leche de la Meseta Central y cuya primera reunión se efectuó en julio del presente año, pero de la cual no sabemos los resultados concretos que hayan obtenido últimamente. No nos detendremos a analizar el extenso plan del Sr. Iglesias, ni las razones básicas de los que tratan de formar esta otra cooperativa, pero en términos generales debemos decir que estamos de acuerdo y acuerpamos, cualquier cooperativa lechera que se forme en nuestro país, siempre que su organización y fines, sean los de una de estas agrupaciones.

Entre nosotros ya es necesario el establecimiento de una de estas cooperativas, que les de representación a los intereses de los productores en el mercado, les preste los servicios necesarios para llevar a cabo sus negociaciones, que solucione la inestabilidad de los precios, y la calidad del producto. Sin embargo, no creemos que los resultados de ellas se noten inmediatamente, lo que puede deducirse de la experiencia de países más adelantados que el nuestro, como los Estados Unidos, en donde la fase experimental para las cooperativas lecheras de mercadeo, duró considerable tiempo. No se debe pensar que la cooperación, por sí sola, es capaz de resolver inmediatamente la situación económica de los asociados. Es muy posible que en medios como el nuestro, fracasen muchos de estos ensayos, pero servirán como experiencia para un futuro, siempre que los productores no se desilusionen. Sin embargo, el optimismo en la supervivencia de las cooperativas, se basa en el hecho de que el número de las que han triunfado sobre las fracasadas, es mucho mayor. El estado debe ayudar el movimiento cooperativista lechero, promulgando leyes que lo fomenten. Al principio, nuestros ganaderos tendrán muchas dificultades para la formación de una cooperativa de esta índole, ya que carecen de experiencia en su organización y manejo, fuera de que tienen que esperar que se forme el sentido de comprensión y cooperación de parte de los socios. Por el momento deberían dirigir todos sus esfuerzos hacia el mantenimiento de un precio adecuado y estable, y a facilitar el transporte de la leche al mercado interno, sobre todo en los momentos actuales tan difíciles.

Debido a esa falta de entrenamiento que apuntábamos anteriormente, y a las dificultades de financiación, para la compra de una planta pasteurizadora, que uniforme el producto, sería conveniente comenzar simplemente como organización expendedora y distribuidora del producto. Podría haber, además un entendimiento con un expendedor ya establecido, y funcionar únicamente como sociedad de regateo, cuyos propósitos serían los de fijar los precios y las ventas con los lecheros o intermediarios que conocen mejor el mercado y tienen contratos establecidos con los consumidores. Asimismo, una cooperativa de esta clase podría prestar ayuda a sus socios, por medio de consejos, para obtener leche en mejores condiciones higiénicas, efectuar análisis de laboratorio, compra cooperativa de alimentos y materiales de lechería, formar sociedades que se dediquen al mejoramiento del ganado y facilitar dinero por medio de préstamos así como acercarlos educacionalmente y ponerlos en contacto por medio de reuniones y visitas.

Poco a poco una cooperativa de esta clase podría ir evolucionando, conforme los socios y directores adquieran experiencia, y se cimienten las relaciones y estado económico de ellos, hasta llegar a formar una lechería cooperativa compuesta de sociedades de regateo, que tenga una fabrica pasteurizadora y embotelladora con accesorios para otra industrialización, para el recibo, elaboración y venta de la sobreproducción de leche de los productores. La ventaja de esta última cooperativa sería que resolvería, no sólo el problema de los asociados, con respecto al intermediario, sino el problema que trae consigo el exceso de producción en el invierno, que no sería posible de solucionar por una sociedad estrictamente de regateo. Este tipo de lechería tendría que complementarse con la distribución de la leche y requiere fuertes inversiones en fábricas, materiales y medios de entrega.

El éxito de una cooperativa lechera en Costa Rica, está sujeto en primer lugar al deseo y buena voluntad que exista a los productores, para ese movimiento cooperativo, a la organización y comprensión de lo que es una actividad de esta clase, exclusión de elementos que se aprovechen para hacer negocios «oscuros», la chura de negociaciones ventajosas y eficientes, a una dirección competente, y a una política razonable con respecto al precio del producto. Es absolutamente necesario estudiar con anterioridad y meticulosamente el mercado interno, la situación económica y posibilidades de los socios, la forma de cooperativa y dar, además, una dirección competente a la organización. Pero sobre todo debe tenerse en cuenta, que la lealtad y cooperación espontánea de los asociados, la existencia de un capital adecuado, de una estructura legal y colectiva fuerte y de una administración eficiente, son del todo indispensables para el buen funcionamiento de una cooperativa lechera.

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Sistema bancario de ayuda a las cooperativas en los Estados Unidos

Raf. Alb. Zúñiga T.

Como parte del plan general de ayuda crediticia a la agricultura y pequeña industria, existe en los Estados Unidos un sistema bancario especial de ayuda a las cooperativas. Esta organización cuyo funcionamiento es similar al del Sistema Federal de Reserva (Federal Reserve System) que regula la organización bancaria general del país, consta de un banco central situado en Washington, que tiene las funciones de un Banco Central Cooperativo encausando la política crediticia de todo el país en este aspecto, de doce bancos subordinados, distribuidos por todo el país en otros tantos distritos de conformidad con las necesidades agrícolas de cada región y destinados, principalmente, a satisfacer las necesidades de crédito de los pequeños finqueros.

El capital del Banco Central se fijó en $50 millones y el de los bancos subordinados en $5. millones para cada uno. El Banco Central puede prestar a los bancos locales o a sociedades cooperativas en cantidades mayores de $500.000. Los bancos locales están destinados exclusivamente a conceder préstamos a sociedades cooperativas, dentro de la jurisdicción de su distrito, por sumas menores de $500.00. En ambos casos el beneficiado con el préstamo está obligado a suscribir, como aporte de capital hacia la entidad que concede el crédito, una suma igual al 5% del valor facial de la operación, capital que readquiere el banco una vez cancelado el préstamo.

La financiación de este sistema de crédito cooperativo se efectuó mediante la venta de bonos por parte del Banco Central, con el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos, y el sistema en general está sujeto a las reglamentaciones que son comunes para los sistemas bancarios modernos.

Mucho ha de ser el interés del Gobierno de los Estados Unidos en la protección y desarrollo de las cooperativas, cuando para su fomento ha creado este sistema y lo ha puesto a funcionar en todo el territorio de la Unión. No se aventura un Gobierno a llevar a cabo una campaña de esta naturaleza, si no es cuando está plenamente convencido de los beneficios que ella ha de traer a la nación. Y así es en efecto: El cooperativismo es la forma justa, la forma lógica de levantar el nivel económico del campesino, del obrero, del trabajador. Por eso es que el CENTRO lo ha tomado como bandera de lucha, y está dispuesto a demostrar que en Costa Rica no es una planta exótica y que su aceptación es ya un hecho.


«La gran superioridad del cooperativismo integral consiste en que no recurre a la violencia ni a la imposición».

Del libro «Historia de las Doctrinas Económicas» de René Gonnard.

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BOLETIN COOPERATIVO

Somete la Federación Gráfica el proyecto de ley general sobre Cooperativas, elaborado por el CENTRO, al Poder Ejecutivo.- En el memorial suscrito por el Comité de Taller de la Casa Lehmann y la Directiva de la Federación Gráfica Costarricense, proponiendo al señor Presidente de la República un plan sobre expropiación de los negocios nazis para hacerlos pasar a manos de cooperativas formadas por los empleados de esos negocios, se hace ver la necesidad de un estatuto legal ara organizar el movimiento cooperativo, y se somete, como base de discusión, el Proyecto de Ley General sobre Cooperativas elaborado por el CENTRO. Dicho proyecto se inspira en las legislaciones más avanzadas de Sur América, y sobre todo, en la colombiana de los años 1931 y 36, y toma en cuenta condiciones objetivas del medio nacional. Consta de 2 capítulos, 9 secciones y 82 artículos, y puede asegurarse que es sumamente completa.

Explicación sobre Cooperativas de Producción.- La noche del 16 de setiembre último, invitados por el Comité de Taller respectivo, los compañeros Rafael Alberto Zúñiga, Rodrigo Facio y Fernando Jones hicieron algunas explicaciones sobre la teoría y la práctica de las Cooperativas de Producción, a los obreros y empleados de la Casa Lehmann, insistiendo en el hecho de las dificultades que presenta la fundación en épocas normales, y de la magnífica oportunidad que ahora se presenta para su establecimiento por las circunstancias extraordinarias de guerra, que obligan a la expropiación de los negocios incluidos en las Listas Negras. Los asistentes se mostraron muy interesados y menudearon sus intervenciones pidiendo aclaración de diferentes puntos.

Visita un delegado del CENTRO la Cooperativa de Consumo de la Ciudadela Calderón Muñoz.- Invitado por la Directiva de dicha Cooperativa, estuvo presente en su reunión general del domingo 20 de setiembre, el compañero Rodrigo Facio, para dar algunas explicaciones sobre cooperativismo y ofrecer la ayuda del CENTRO. Dicha cooperativa, apenas comenzando a organizarse y pequeña como es, tiene todas las garantías de éxito, pues tiene a su favor el espíritu progresista y de colaboración de todas las familias integrantes de la Ciudadela.

Las Cooperativas de Consumo ante la reglamentación oficial del comercio de consumo indispensable.- Las cooperativas de Consumo están encontrando dificultades para sus compras al por mayor en dicha reglamentación. El mes antepasado la Cooperativa La Unión de Tres Ríos presentó a la Junta de Defensa Civil una solicitud para poder adquirir esas mercancías en grandes cantidades; la Junta de Defensa Civil pidió que la Cooperativa hiciese un cálculo de sus compras mensuales para extenderle permiso de compra hasta por esos cupos máximos, y se estaba en eso cuando la politiquería terminó con la Junta. El mismo cálculo lo está haciendo la Cooperativa de la Ciudadela Calderón Muñoz para dirigirse a la Fábrica Nacional de Licores, que está expendiendo artículos de primera necesidad. Probablemente esa será la forma que se generalice para conciliar la política oficial de víveres con las necesidades de las Cooperativas. Pero para este aspecto, como para muchos otros, será muy importante la ley, que dará los medios de demostrar la existencia legal de tales sociedades.

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Cómo funciona la Editorial SURCO

La EDITORIAL «SURCO», fundada por el CENTRO para darle publicidad a una serie de trabajos de orientación democrática costarricense, realizados bien por sus miembros activos, bien por componentes de sus Comisiones de Estudio, bien por personas que aunque no asociadas al grupo comulgan en sus mismos principios, funciona en la siguiente forma:

El autor del trabajo que se va a publicar cede sus derechos de la primera edición, a la Editorial; en consecuencia, él no gana otra cosa que la publicación de su obra, que en esta Costa Rica poco lectora es ya mucho ganar para quienes escriben.

La Editorial tiene un arreglo con la Imprenta Soley y Valverde -buena amiga del CENTRO- en virtud del cual el valor de cada edición se va pagando, una vez terminada la misma, conforme se vayan vendiendo los volúmenes.

Pero previamente a entregar los originales a la Imprenta, la Editorial se encarga, con la colaboración de todos los socios y simpatizantes del CENTRO, de colocar en forma de suscripción, una cantidad de volúmenes que multiplicada por el valor de venta que se le haya asignado a cada uno, cubra totalmente el costo de la edición, de modo que, una vez concluida la edición, rápidamente se pueda recoger la suma del caso y cancelar la obligación con la Imprenta.

La ganancia neta que se obtenga de la venta del libro se dedica, en primer lugar, a cubrirle a la tesorería del CENTRO, los adelantos hechos para financiar los cupones de suscripción, la propaganda, etc., y luego, a un fondo de reserva para la publicación de nuevos trabajos.

En la forma dicha se financió y se llevó a la Imprenta la entrega número UNO de la Editorial SURCO, que contiene el ESTUDIO SOBRE ECONOMIA COSTARRICENSE del compañero Rodrigo Facio y la cual está ya a la venta en las librerías de la ciudad.


«La teoría cooperativa se desarrolló extensamente y algunos de sus adeptos le suponen un vigor suficiente para contener, lo mismo que el colectivismo o el sindicalismo, la fórmula de reorganización de la sociedad económica entera».

Del libro «Historia de las Doctrinas Económicas» de René Gonnard.

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El Espíritu del 48
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