En la zona de San Carlos (Alajuela) se empezaron a agrupar calderonistas procedentes de de diversos lugares del país, principalmente de San José, con el propósito de iniciar un alzamiento armado el cual tendría su soporte principal desde Nicaragua, con el ingreso de calderonistas en el exilio que contarían con el apoyo de Anastasio Somoza García, dictador del vecino país del norte. Su plan inmediato fue atacar al día siguiente Ciudad Quesada, en una acción para distraer al Gobierno, a fin de que por Guanacaste se efectuara la invasión calderonista desde Nicaragua.