Manuel Enrique “Pillique” Guerra Velásquez
1923 – 2008
Manuel Enrique Guerra Velásquez, conocido como “Pillique” Guerra, fue uno de los pioneros más destacados de la aviación costarricense, y una figura indispensable para comprender el papel decisivo que tuvo la aviación en los acontecimientos armados de mediados del siglo XX. Nació en San José el 1 de febrero de 1923 y falleció el 10 de junio de 2008 en Santa Ana, provincia de San José.
Su nombre quedó asociado al heroísmo aéreo de una generación de pilotos sin los cuales la Revolución de 1948 y la contrarrevolución de 1955 difícilmente habrían sido posibles. Junto a otros aviadores, “Pillique” Guerra participó en operaciones de transporte, enlace y apoyo logístico que resultaron fundamentales en conflictos donde Costa Rica carecía de una fuerza aérea formal y donde cada vuelo implicaba riesgo extremo, improvisación y pericia técnica.
En el campo de la aviación civil, Guerra Velásquez fue también un emprendedor visionario. En 1945 fundó la empresa TAM, un esfuerzo temprano por consolidar una aerolínea nacional. El proyecto tuvo una vida breve, al verse rápidamente superado por la competencia extranjera tras la firma, en octubre de ese mismo año, del contrato entre el gobierno costarricense y la empresa Pan American, que dio origen a Líneas Aéreas Costarricenses (LACSA).
Lejos de abandonar el sector, “Pillique” Guerra continuó impulsando nuevas iniciativas. En 1964 fundó el “Servicio Nacional de Helicópteros LTDA”, con el objetivo de atender la creciente demanda de servicios de aviación aérea en el país. La empresa inició operaciones con pequeños helicópteros en la provincia de Guanacaste y posteriormente extendió sus servicios a las regiones Pacífica, Central y Atlántica, contribuyendo de manera significativa al desarrollo del transporte aéreo especializado en Costa Rica.
Manuel Enrique “Pillique” Guerra Velásquez encarna así la figura del aviador integral: combatiente en momentos decisivos de la historia nacional y empresario innovador en tiempos de paz. Su legado permanece ligado tanto a la dimensión aérea del 48 como al proceso de expansión y modernización de la aviación costarricense a lo largo del siglo XX.





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