El héroe José Luis Soto
José Luis Soto Córdoba, fue un joven liberiano, empleado de telégrafos de Costa Rica. Destacado en La Cruz, Guanacaste y en cumplimiento de su deber, fue cruelmente asesinado en diciembre de 1948, al inicio de la llamada contrrevolución del 48. Su pecado, avisar sobre la invasión que sufría Costa Rica desde Nicaragua. Un héroe no reconocido y ni un retrato suyo ni en Liberia, ni en el museo de Correos de Costa Rica. Ofrendó su vida por la patria.
El siguiente relato de lo sucedido, es tomado un extracto de la crónica de don Félix Pedro Martínez, del día a día de la contrarrevolución en La Cruz:
“Víctimas de la entrada
Los primeros disparos fueron escuchados del lado del telégrafo, los que se suscitaron, por haber encontrado al telegrafista Sr. José Luis Soto, haciendo una llamada: creyendo y que así lo era, estaba en contacto con alguna oficina cercana, le hicieron disparos con mosquetón para asesinarlo, haciendo blanco en la cabeza, la que le fue destrozada completamente. Pero no solamente tenía que ser la víctima de aquellos sedientos de sangre, si no que posiblemente las mismas balas que mataron al valiente Soto, traspasaron el forro de la casa, hirieron gravemente en el abdomen al niño Luis Alberto Zamora Loáiciga, de diez años de edad e hijo del Sr. Arnoldo Zamora y quién en esos momentos se encontraba en dicho telégrafo, acompañando a su hermanito que hacía de mensajero, era un 10 de diciembre, también habían atacado y tomado el Resguardo.”
Este muchacho era el telegrafista de La Cruz cuando las huestes bárbaras asaltaron la población. Sorprendido por los tiros de los revoltosos le gritaron los guardas que huían, porque eran sólo dos y no podían hacer resistencia: —Comunícale al Gobierno, arranca el aparato y escápate con él. Eso hacia cuando irrumpieron en la sala telegráfica y lo mataron a balazos. Junto con el mensajero, un pequeño de doce años.
Como de todos los héroes de esta lucha se ha hablado, menos de este anónimo telegrafista, que antes de huir murió en su puesto de honor, quiero recordarlo a la memoria de sus compatriotas: El valiente muchacho era José Luis Soto, hijo adoptivo de la señora Ercilia Soto vda. de Montiel, el único sostén de esta anciana señora.
Honor al costarricense bravo y decoroso que murió heroicamente por defender a su patria.
(Nota enviada por el Lic. don Adrian Saborío. Juez de Liberia a un periódico de la época)
Con la colaboración de Gerardo Carballo.
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