Revista Surco No. 27

Revista Surco


publicación mensual del
CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS NACIONALES


27


contiene:

   PENSAMOS: Inclinado sobre este surco que hace dos años abrió, el CENTRO comprende que debe trabajar con brío por la Costa Rica del mañana.
  DE AMIGOS DEL «CENTRO»: —Voces Claras:
   Unas palabras con don Alfredo González Flores: Inflación; Deficiencias Tributarias, Desarreglo Fiscal.
   Política Personalista y Política Ideológica.—Otilio Ulate.
  DEL «CENTRO»:
   Sobre el gravísimo Problema Monetario.—Comisión de Asuntos Bancarios.
   El Merodeo: Un problema para el mantenimiento y desarrollo de nuestra Agricultura.—Comisión de Agricultura.
   Panorama de las Industrias Nacionales y Posibilidades de su incremento.—Comisión de Industrias.
   Puntos de vista y sugerencias de la Comisión de Trabajo.
  ADEMAS:
   Crisálida de Rosa.—Daniel Oduber.
   Un mensaje a la juventud herediana.
   Nuestras Mujeres. Margarita Esquivel R.—Por Amara.

AÑO III      —      San José, Costa Rica, Setiembre 1942


EDITA:

CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS NACIONALES

Dirige:

JORGE ROSSI

y administran:

GONZALO FACIO SEGREDA,
Distribuidor General.

DANIEL ODUBER,
Tesorero.

MARIO QUIROS S.,
Agente de Suscripciones.


Apartados:

Administración, 301
Dirección, 1530
Teléfono: 4595


Suscripción anual: ¢ 2,00
Suscripción semestral: ¢ 1,00
Número: ¢ 0,20
Número atrasado: ¢ 0,25


PENSAMOS

Inclinado sobre este surco que hace dos años abrió, el Centro comprende que debe trabajar con brío por la Costa Rica del mañana

Con la entrega del mes anterior, cerró SURCO sus dos primeros años de existencia. Dos años de penetración en vastos sectores de la ciudadanía costarcicense, con halagüeños resultados para quienes editamos esta revísta. Creemos que ella ha sido bien aceptada por el público; nos lo dice el aumento de tiraje impuesto por la demanda de los lectores; nos lo dice la correspondencia que recibimos de muchas regiones del páis. Esto nos sátisface, porque es un síntoma de que el CENTRO va arraigando en el suelo de la nación toda. SURCO es una avanzada del movimiento renovador que por el impulso de las nuevas generaciones tiene que cuajar en Costa Rica. Y el éxito de SURCO en estos dos primeros años de circulación, es un estímulo para todos los que alientan la idea de una vigorosa cruzada de renovación cívica, y principalmente para quienes luchamos por este ideal.

Se abre el tercer año para SURCO, en la época más azarosa de la República. Lugares comunes serían las frases que pudiéramos emplear para describir, la situación presente. A nadie escapan los graves problemas que pesan sobre las espaldas nacionales. Y la preocupación por ellos, el sincero deseo de contribuir para solucionarlos, debe existir en todo ciudadano. Este empeño por servir a la patria, es la razón de ser del CENTRO, y es el norte de sus actuaciones, aunque muchos no lo comprenden, y otros no quieran entenderlo. Pruebas hemos dado ya de nuestro sano interés por las cosas públicas; pero aprovechamos la celebración de este aniversario de nuestra revista, para dar nuevo testimonio de nuestros propósitos de trabajar por el bien de Costa Rica, y así afirmar aun más la gran pasión costarricense que nos mueve.

Creemos conveniente analizar algunos de los problemas que se han presentado como consecuencia de las condiciones anormales de época presente, y proponer las soluciones que podrían darse paca aminorar los efectos de la guerra, y si es posible, hasta obtener ventaja de algunas situaciones especiales. Para esto hemos contado con la valiosa colaboración de amigos que honran a SURCO: el Ex-Presidente González Flores y el periodista y ex-diputado don Otilio Ulate. Ambos son hombres que se han preocupado siempre por el bienestar de la nación. Y mucho les debe el país a ellos, que han actuado en la política con espíritu independiente y con lealtad a sus convicciones. No han sido políticos de oficio ni de beneficio; han sido hombres de trabajo a quienes sus conciudadanos consideraron capaces de ostentar representaciones populares. Ellos tienen legítimó derecho a examinar los problemas de la vida política y económica; por eso SURCO les ha pedido colaboración para esta entrega; y estamos convencidos de que hacemos un verdadero obsequio a nuestros lectores, al permitirles conocer las ideas de esos dos ciudadanos con respecto a diferentes aspectos de nuestra nacionalidad.

También presentamos los puntos de vista de algunas comisiones de estudio del CENTRO, en relación con varios de los más importantes asuntos que interesan a las diversas actividades económicas de la nación.

Y terminamos estas palabras editoriales, con el ofrecimiento que hacemos los miembros del CENTRO, de prestar nuestra colaboración no remunerada en cualesquiera obras o empresas que organicen el Gobierno o entidades públicas para coordinar con criterio sano los elementos de nuestra vida económica, o para robustecer las instituciones políticas que vertebran o más bien que debieran vertebrar a la República en esta hora de crisis y de desconcierto mundial.


ESE QUE LLAMAN PUEBLO de Fabian DoblesEl pueblo costarricense visto por dentro, por un joven novelista, representante auténtico de las nuevas generaciones de la República.

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Inflación; Deficiencias Tributarias; Desarreglo Fiscal

Unas palabras con don Alfredo González Flores.–R. F.

En 1860, los intereses oligárquicos amenazados fusilaron a Juan Rafael Mora. En 1917, los mismos intereses depusieron a don Alfredo González Flores. Pero la marcha de la Historia es indetenible, y así como los proyectos bancarios de don Juanito llegaron a hacerse realidad, así mismo los proyectos fiscales y los puntos de vista sociales y nacionalistas de don Alfredo terminarán finalmente por imponerse: porque estos, como aquellos, responden a los intereses imperativos del desarrollo democrático del país.

El CENTRO lo ha comprendido así, y siente –como grupo democrático organizado– responsable ante la Patria de continuar la obra por él emprendida; ve, admira y respeta en don Alfredo a un verdadero precursor de su movimiento.


Estamos en su residencia en la ciudad de Heredia; nos saluda amablemente: Impone su autoridad moral y su autoridad científica.

Es el CENTRO que le pide algunas palabras para SURCO…

Lic. Alfredo González Flores

Lic. Alfredo González Flores

-He visto a través de sus últimas publicaciones que el CENTRO se inspira en materia fiscal, en -las mismas ideas que yo propugnara, veinticinco años atrás en el Congreso y en la Presidencia de la República, y eso me llena de honda complacencia, no por cuestión de vanidad personal, sino porque sigo creyendo, como entonces, que la reforma tributaria es el paso previo -imprescindible- para la solución efectiva de los diversos problemas sociales y económicos que el país viene sufriendo cada vez con mayor agudeza. Y tiene entonces que complacerme mucho que un grupo de jóvenes como el de Uds., levanten esa bandera patriótica y realista que yo enarbolé con tanto entusiasmo.

No hay exageración alguna en darle tal importancia a la revisión de nuestro sistema de impuestos; tienen Uds. a la vista -en el problema monetario- un ejemplo claro de la responsabilidad que cabe a nuestro anticuado anti-económico e injusto régimen tributario en todos los más graves asuntos nacionales.

El sistema implantado por doctor Max para nuestra moneda es magnífico, y la labor del Departamento Emisor, que es su dirigente, -debe ser calificada como inteligente y seria; sin embargo, estamos asistiendo en estos días a un fenómeno progresivo de inflación o desmedido aumento del circulante, con la consiguiente desvalorización del colón. Y la causa no es otra que el flujo de divisas extranjeras que el país ha venido y parece que va a continuar recibiendo, forzado por el déficit fiscal de los últimos años. Mientras el Estado no cuente con una hacienda bien nutrida por un sistema mixto de impuestos directos e indirectos, capaces de compensarse los unos a los otros en épocas de emergencia o crisis, siempre tendrá que estar dependiendo, como hasta la hora, del crédito exterior. Pero eso significa, fuera de tantos otros daños, el inmediato y directo ingreso al país de grandes cantidades de moneda extranjera, que obliga al Departamento Emisor a practicar emisiones desproporcionadas a las necesidades efectivas de la economía nacional.

Ahora tenemos los cuatro millones y medio del primer empréstito con el Eximbank, el medio millón que en obras de higienización está invirtiendo el Departamento de Sanidad de los Estados Unidos, y los 3 mlllones que estaban atesorados en manos particulares, y están además por llegar los dos millones del segundo empréstito con el Eximbank y los que el Departamento de Estado tenga en plan invertir en la construcción definitiva de la vía interamericana en Costa Rica.

Todas esas divisas suponen una doble corriente inflacionista; primero, la representada por las emisiones, que contra ella se hacen, y segunda, la representada por el crecimiento de los depósitos bancarios, creados por la expansión de crédito provocado por el aumento de numerario.

Con respecto a ese problema actual, urge pues que, en acción conjunta el Gobierno y el Consejo Emisor procedan, con todos los recursos a su alcance, a esterilizar todos los medios de pago que se importen o se hayan importado en cantidad superior a las necesidades legitimas de nuestra econonía y que están conspirando contra la estabilidad económica, base de nuestra tranquilidad y bienestar social.

La inflación que el CENTRO denunció con certeza desde hace varios meses, y que ignoramos hasta donde llegará si no se toman medidas oportunas, ha tenido pues su origen en gran parte en el problema fiscal. No es cuestión de fondo ni de forma de las leyes bancarias y monetarias del año 36. En el año 28, cuando el país estaba adherido al sistema de cambio oro, mediante la Caja de Conversión, también sufrimos una inflación de terribles consecuencias; la moneda de entonces gozaba de un respaldo directo en dólares, o sea indirectamente, en oro; y sin embargo la inflación se produjo. Y es que la estabilidad del valor interno del colón, cualquiera que sea el mecanismo monetario mediante el que pretenda garantizársele, se ve en último término afectada por la política financiera del Gobierno y las deficiencias del régimen fiscal vigente. Mientras el Estado no consulte las medidas de carácter financiero con el Consejo Emisor, haya extravagancia en los gastos públicos y no se obligue a todos los ciudadanos a pagar en la proporción en que cada uno de ellos resulta efectivamente beneficiado con los servicios públicos y tenga entonces, para salvar los déficits fiscales, que acudir periódicamente al crédito exterior, los más perfectos sistemas bancarios y la mejor política monetaria no podrán dar resultados positivos y seguros.

La brevedad de SURCO, desgraciadamente nos impide recoger otros aspectos de su conversación, tan interesantes como el transcrito.

Pero el CENTRO ha recogido decididamente la bandera que don Alfredo enarbolara 25 años atrás…

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Política Personalista y Política Ideológica

Otilio Ulate

SURCO se honra con la coloboración de don Otilio Ulate. Sería inútil y ocioso presentarlo al público lector: Costa Rica, entera lo conoce a través de su labor parlamentaria y periodística como hombre íntegro y moderno. EL CENTRO le considera uno de los escasos políticos liberales orientados y responsables con que el país cuenta en los actuales momentos, y se siente, en algunos aspectos de sus actitudes y sus ideas, al lado suyo. El CENTRO tiene además que agradecerle hondamente la cálida acogida que siempre le ha prestado en su Diario de Costa Rica.

Y oigamos ahora lo que el señor Ulate piensa que Costa Rica ha sido en materia política, y lo que pronto tendrá que ser; «hurgando en la historia… oteando el porvenir…»

Nuestra independencia política fue un regalo de los dioses. Un buen día llegó el aviso de que el criollo de estas provincias debía sentirse libre de la dominación ultramarina. Pero la libertad sin sacrificios asustó a nuestros próceres y dijeron que era mejor esperar a ver lo que pasaba. Los cabildeos y las vacilaciones le marcaron paso inseguro a la marcha de la nacionalidad. No fue por tanto, oro purísimo cuanto cayó en crisol para fundar esta patria y habiéndose mostrado el medio tímido desde su nacimiento, aquel modo de ser se proyecta, a la distancia de una centuria y cuarto, sobre el temperamento político del costarricense de nuestros días.

No sentimos la utilidad del sacrificio en ninguna de las empresas de la vida. Pasamos el presente lo mejor que se puede, y nos acostumbramos, y tenemos el gusto de hacerlo, a que en los planos ideológicos y de realizaciones del vivir costarricense, el pensamiento y la acción de un solo hombre sustituyan a los del conjunto, o los interpreten.

Yo sentí un poco de sonrojo leyendo, en una vieja página de historia que don Juanito Mora, libertador y proscrito, le decía, en un hotel de Nueva York, a don Luis Molina, plenipotenciario del gobierno que lo tenia en el destierro, que el costarricense era tímido y se iba detrás del victorioso. Moreno Cañas, por hombre definido hacía temblar a los tímidos en un clima no acostumbrado a las definiciones.

A favor de esta debilidad psicológica, nuestra pequeña casta militar impuso o decidió el curso de los acontecimientos por más de treinta años; todavía por los novecientos, asoma la silueta del caudillo de apariencia civil pero de arraigo semi-militar; y no es sino cuando llega a ser decisiva la influencia de dos hombres de bufete que desaparece el caudillaje de aquel genero y lo reemplazan la pericia jurídica y el gobierno de orientación civil, pero quedándose siempre los conductores con el derecho de interpretar el pensamiento de su pueblo. Nadie les pidió, a ellos ni a sus antecesores, que dijeran cuales eran sus criterios o sus planes de gobierno.

Ni aún la única guerra de nuestra historia, que el mandatario corajudo del año 56 llevó a cabo con el apoyo popular y en contra de la plutocracia dominante fuera del poder, y que tiene los alcances de la exclusiva empresa de sacrificio que el país alcanzó a realizar, ni aún esa guerra dejó pugna ideológica entre las dos corrientes, y bien pronto volvió a prevalecer el concepto personalista de la política.

Bastante tiempo después, hacia el 89, por un momento, el litigio dogmático sobre la idea caótica pareció mover a la gente en dos direcciones, pero pronto pasó la tormenta, se limpió la atmósfera y la gente volvió a juntarse en las casillas del presupuesto.

Insistimos hasta el fastidio en que tenemos levantada una democracia y en que somos liberales; pero ya dijo muy bien, en estas mismas columnas, el profesor Monge Alfaro que el liberal ortodoxo extrae sus ideas sólo de la teoría y se conforma con que se cumplan los postulados de la revolución francesa.

A fines del siglo pasado, el liberal de ese linaje creó el viejo Partido Republicano, que ganó batallas memorables por la libertad, pura y simple, y obtuvo efectivamente la libertad de conciencia, la de prensa, el ejercicio del derecho de habeas corpus, la supresión de la odiosa comisión permanente, sin llegar al logro de la libertad del sufragio, de que no disfrutamos todavía, por haber rendido su bandera en la componenda política. El Partido Reformista, que era un ensayo confuso pero evidentemente dirigido a darle contenido económico al pensamiento liberal también se hundió en la componenda. Vino el Partido de la Regeneración Nacional, que se alzaba desde la llanura para traer un gobierno de oposición con bastante claro de pureza administrativa y ordenación fiscal, y se lo tragó la componenda. Todavía en la última campaña para elegir presidente de la república se intentó una alianza, llamada Democrática Nacional, entre el partido de la oposición, el comunista y la agrupación regional que alienta simbólicamente el Guanacaste y se formuló un programa que contiene muy aprovechables principios de gobierno; pero el oficialismo liquidó la alianza y el programa. Recientemente, el partido comunista presentó a la consideración pública un plan de emergencia, que es plausible y bastante razonable iniciativa, pero que adolece del pecado de la abstracción al determinar, por ejemplo una elevación del treinta por ciento en los salarios sin discriminación de industrias, y sin fijar los modos de impulsar las fuentes de la producción para dar lugar, correlativamente, al alza de los salarios. La ley de accidentes del trabajo desampara al que más lo necesita, el trabajador del campo, con la tendencia de que no se produzca elevación en el costo de las subsistencias, limitando la protección al obrero urbano y al trabajador rural que cumple su tarea con la cooperación del maquinismo.

Tenemos que caer en la cuenta de que, más que los hombres lo que cuenta ya es la evolución de los tiempos y que no podemos seguir entregando a la gimnasia de un criterio unilateral, que puede ser arbitrario, la gobernación del estado. La guerra, que va lanzando a la vorágine ideas, instituciones y hombres, nos sacará de la indolencia y nos impondrá la obligación inaplazable de estructurar económicamente a la nacionalidad, dentro del liberalismo integral y de una política social viva y no abstracta, sobre la base de conceptos y no de valores humanos. En el sentido de las instituciones políticas, tenemos que crear el poder electoral.

Pero los programas rígidos, inflexibles referidos a una generación, o a dos, buenos para la época de la lucha por el liberalismo clásico, ya no se acomodan a los tiempos nuevos. Se puede luchar durante una generación por la libertad; pero no se puede pelear por un mínimo de bienestar colectivo a plazo largo, porque la gente pierde la fé y abandona los programas y a los hombres. Como no se pueden hacer estos programas para un futuro distante, Europa invento los planes trienales, o sexenales; América los importó y los tiene en México, en Chile, en Cuba, en Venezuela, con ríz en los hechos económicos naturaIes y conservando al estado intervencionista para lograr el equilibrio entre los factores la producción y el consumo y procurar así el límite del bienestar colectivo.

Algo tenemos que hacer en la misma dirección, si no por nuestra propia voluntad, empujados por el imperativo cronológico. Nuestro tipo de conductor de multitudes sin ideas, sin bandera y hasta sin personalidad, que limita su acción seguir las inspiraciones del poder oficial, obedeciéndolas sin discutirlas para contar con el poder público en su ascensión, esta llamado a desaparecer por anacrónico y aun porque es ejemplar exótico y hasta un poco hilarante, de la fauna tropical. El simple reparto de los presupuestos carece de utilidad para la república y Costa Rica presenta el fenómeno inexplicable, entre los países relativanente cultos, de que los factores que hacen la riqueza, le dan vigor a su progreso, canalizan las fuentes de la producción, nutren el fisco, llenan con el trabajo la vida nacional y cuyos factores derivan su existencia y su razón de ser los poderes públicos, se abandonan cada cuatro años, con espíritu suicida, en las manos de un señor que va a distribuirse, con sus amigos, los honores y los cargos.

Hurgando en la historia, extraemos la dolorosa experiencia de esa realidad; y oteando el porvenir, sabremos que va llegando la hora de las rectificaciones. La historia manda; y el porvenir espera.

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Sobre el gravísimo Problema Monetario

COMISION DE ASUNTOS BANCARIOS

El CENTRO escribió en el Diario de Costa Rica del 18 de marzo de 1942: «Las grandes cantidades de dólares que han llegado al país con la Compañía Bananera y con el empréstito del Eximbank, y las que habrán de llegar con el abacá -aparentes inyecciones de riqueza- en realidad no tendrán otra culminación que la de agravar la carestía pues es bien sabido que cuando en una comunidad corre mucho dinero y hay pocos artículos que comprar con él, los precios ascienden automáticamente a fin de adecuar los demandado a las existencias. Eso acontecerá, sobre todo, el día en que se entorpezca definitivamente nuestro comercio exterior»; el 25 del mismo mes y en el mismo periódico, aseguró, basándose en un examen cuidadoso de datos económicos: «Vivimos en un período de franca inflación»; y el 1ero de marzo siguiente, refiriéndose a esa afirmación, explicó: «Nuestra salida a la prensa fue simplemente inspirada en el deseo de llamar la atención del Departamento Emisor sobre un problema que juzgamos de bastante gravedad».

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El Merodeo: Un problema para el mantenimiento y desarrollo de nuestra agricultura

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Panorama de las industrias nacionales y posibilidades de incremento

COMISION DE INDUSTRIAS

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Puntos de vista y sugerencias de la comisión de trabajo

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Crisálida de Rosa

Daniel Oduber

Presentamos hoy un nuevo poeta. En él se encierra una de las sensibilidades estéticas más delicadas. La dulzura es la característica de sus versos, llenos siempre de exquisitas sugerencias sentimentales. Muchos versos suyos publicará SURCO, porque sabemos que nuestros lectores lo buscarán con interés. Oduber comienza a ocupar lugar preferente entre los poetas de su generación, y entre los de muchas generaciones.

A. F. C.

Te llegó mi lamento,
creciendo cada hora
cuando estabas silente
cuando estabas ansiosa
de una voz,
de una boca,
de una mano ebullente…

¡Crisálida de rosa
en tí me presentías!

Yo sentí tus palabras en las noches sin fondo
buscando vacilante mis silencios sin forma,
te sentí en cada arrullo,
te sentí en cada nota…

Yo sentí que crecía
mi cuerpo de hoja seca
en busca de tus fuentes
¡crisálida de rosa!

Oh fantasma de niebla,
libélula de sombra,
desgarra mis entrañas,
desházte en mis silencios
¡crisálida de rosa!

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Mensaje a la Juventud Herediana

El domingo 23 de agosto último, diez jóvenes de vuestra hermosa ciudad organizaron la SECCION HEREDIANA del CENTRO PARA EL ESTUDIO DE PROBLEMAS NACIONALES.

Conscientes de su responsabilidad como miembros de una generación que entra al ejercicio de la ciudadanía en momentos gravísimos para la Patria, decidieron construir en su Ciudad de las flores, un nuevo reducto para la gran lucha por la auténtica Democracia Nacional.

Así commemorarán, con el homenaje más silencioso pero más efectivo de la República la trágica desaparición del gran ciudadano Moreno Cañas.

Jóvenes Heredianos: esos diez decididos compañeros os señalan el puesto de combate que corresponde a nuestra honestidad cívica y vuestros juveniles ímpetus. Sabemos bien que vosotros -como todos los que por estos años irrumpimos al escenario de la vida ciudadana- os sentís angustiados por el derrumbe que sufre la Nación, y no podéis ahogar dentro de los corazones, el estallido de una enorme rebeldía.

Sabemos que repugnais -como nosotros- esa hidra de cien mil cabezas que se llama politiquería, y que tiene rodando a la República por la sima de la indecencia política, el desastre económico y la prostitución moral. Y sabemos que estais dispuestos a resistir sus sobornos y a rechazar airadamente su invitación al encorvamiento.

Pero a la Patria no puede bastarle con eso: la protesta aislada, la negativa individual a dejarse arrastrar por la corriente -si bien dignifica a quienes las presentan- no resuelven en cambio ninguno de los problemas del derrumbe nacional.

Es necesario organizarse, juntar con hombro cuantos cuentan la misma pasión costarricense, formar los cuadros de lucha de las generaciones nuevas, para luego, con la imponencia y solidez que presta la colaboración de corazones y de brazos, ponerles sitio a los grandes males nacionales, en un afán aguzado por terminar con ellos.

Jóvenes Heredianos; cumplid y valientemente vuestra misión social: acudid al entrenamiento cívico, de pensamiento y cooperación, que os ofrece la SECCION HEREDIANA del CENTRO PARA EL ESTUDIO DE PROBLEMAS NACIONALES.

CENTRO PARA EL ESTUDIO DE PROBLEMAS NACIONALES.


Nota: La Dirección de la Sección Herediana está a cargo de los compañeros Alberto Trejos, Francisco Rodríguez y Luis Quesada.

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Nuestras Mujeres

Margarita Esquivel R.

por Amara.

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