El poder de las ideas de don Pepe trascienden el tiempo, hoy ciertamente corren otros tiempos, pero la claridad de su pensamiento debería inspirar a más de un funcionario, a más de un político, a más de un ciudadano porque Costa Rica es la suma de nuestras voluntades.
Lo que necesita hoy Costa Rica no son más ideas, sino más hombres que estén dispuestos a luchar por un país de oportunidades y justicia para todos.
¡Como necesitamos que el Espíritu del 48 corra de nuevo en nuestra Patria!