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El padre Núñez

Benjamín Núñez

El padre Núñez

Teniendo la capacidad, la inteligencia y hasta los adeptos no fue, probablemente, Presidente de la República por Liberación Nacional por ser sacerdote y tampoco Obispo por estar metido en la política.

Vladimir de la Cruz
Historiador

El sacerdote Benjamín Núñez Vargas, más conocido como el Padre Núñez, nombre de guerra y reconocimiento cariñoso y respetuoso de quienes le trataron, sin ninguna duda es una de las personalidades que más influjo ha tenido en la vida política, intelectual y social de los últimos 50 años.

Inició su activismo político en la década del 40. Primero como religioso cuando asumió el compromiso que le trazó el Arzobispo Víctor Manuel Sanabria Martínez de prepararse en el campo sindical, para lo cual fue enviado a los Estados Unidos, con e1 ánimo de desarrollar una central sindical alternativa a la Confederación de Trabajadores de Costa Rica (CTCR), que dominaban los comunistas y actuaba como única organización obrera en el país.

Así retornó, llamado de urgencia por Sanabria, e impulsó una nueva organización sindical, la Confederación de Trabajadores Costarricenses Rerum Novarum (CTCRN), organización que en la práctica se puso al frente del sindicalismo existente y del gobierno reformista de Calderón y luego de la Administración Picado.

Sanabria consideraba que la nueva organización no era divisoria del movimiento sindical por cuanto los afiliados que llegó a tener no ingresaban a la CTCR por diversas razones, incluidas las políticas anticomunistas y, que el esfuerzo que la Iglesia impulsaba era consecuentemente un fortalecimiento del movimiento sindical porque ampliaba los niveles organizativos de los trabajadores.

En la práctica la organización que impulsaba a través del Padre Núñez sí dividía al movimiento sindical aludiendo sentimientos cristianos y antigobiernistas, convirtiéndose de hecho, en esos años, en el brazo sindical de la oposición política a los gobiernos de Calderón y Picado. Ello a pesar de que los comunistas estuvieron de acuerdo “en cederle” un puesto en la junta Directiva de la CCSS como representante de dicha Confederación, por lo que el Padre Núñez llegó a la junta Directiva, como miembro suplente de la Caja en representación de la CTCRN, durante el período 1946 – 1948 y, durante el período 1948- 1949, como Ministro de Trabajo del Gobierno de Facto, de la Junta Fundadora de la Segunda República, presidió dicha Junta Directiva, período en que también ejerció por recargo el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

En los sucesos armados de marzo y abril de 1948 participó activamente como Capellán del Ejército de Liberación, que comandaba José Figueres, por el cual se le dio el grado de Coronel, que se lo mantuvo el Ministerio de Seguridad hasta su muerte. En este conflictivo papel importante de mediador desempeñó, al final de la Guerra, y con su firma, la de Figueres, la de Manuel Mora Valverde y Carlos Luis Fallas, se firmó el Pacto de Ochomogo, en el cual se comprometían, los triunfadores de la guerra, a respetar la libertad de organización partidaria y sindical, entre otras medidas, que rápidamente la Junta de Gobierno, de la cual era miembro, no cumplió.

Le oí decir que en el seno de la Junta, José Figueres, Francisco Orlich y él fueron los únicos que se opusieron a la ilegalidad del Partido Vanguardia Popular, del decreto No 105, de 17 de julio de 1948 y que repercutió al segundo párrafo del Art. 98 de la Constitución Política de 1949, que sirvió para ilegalizar muchos partidos políticos en Costa Rica hasta 1969. Sin embargo, en agosto de 1948, él como Ministro de Trabajo asumió, personalmente, la tarea de disolver y proscribir a la Confederación de Trabajadores de Costa Rica y de someter a un sector de los trabajadores organizados en el blanco de la persecución, la cárcel, y obligarlos a la lucha clandestina y, a algunos de ellos, al autoexilio porque no se les daban garantías a sus vidas.

Junto con su hermano Santiago Núñez, también sacerdote, desarrolló parte de sus luchas sindicales y también, más su hermano, dedicaron importantes esfuerzos para desarrollar e impulsar el movimiento cooperativo en la década del 40.

Durante los Gobiernos de Figueres se desempeñó en el campo de la diplomacia, siendo Embajador ante la ONU en el período 1954-1956; Embajador en Israel (1970-72), Embajador en Rumania (1971-1972); en el Gobierno de Oduber también ocupó la Embajada de Israel (1977 1978), llegando a identificarse notablemente con la causa sionista del Gobierno Israelí y a querer inmensamente al pueblo judío, al extremo que en broma manifestaba que él podía llegar a ser rabino. Fue Presidente “vitalicio” del Instituto Costarricense Israelí. Durante el Gobierno de Luis Alberto Monge se desempeñó también como Embajador ante la UNESCO, Francia, (1982 1986).

También desempeñó parte de su práctica política como miembro de la Junta Directiva del INVU (1957 a 1968) y como activista distinguido del Partido Liberación Nacional, asesor espiritual y político de los Presidentes que ese partido ha producido, al extremo que se ha afirmado que los discursos de inauguración de las administraciones liberacionistas pasaban por su consejo y pulido, cuando no por su redacción íntegra.

Miembro destacado del Partido Liberación Nacional desde el propio nacimiento de dicha organización, al suscribir en la finca La Paz, en San Ramón de Alajuela, el 12 de octubre de 1951, el documento que hizo surgir el Partido, su Carta Ideológica. Desempeñó un papel activo en la renovación que se le trató de imprimir a Liberación cuando un grupo distinguido de sus partidarios impulsaron, a finales de la década del 60, el Movimiento de Patio de Agua, del cual fue mentor y gestor.

Quizás su última lucha política a fondo fue impulsar y apoyar la precandidatura, primero, y, luego, candidatura de José María Figueres Olsen, con lo cual cerraba en cierta forma el círculo de su activismo vinculado a los Figueres. Al morir se le había nombrado Presidente Honorario del Partido Liberación Nacional.

De origen campesino, de Pacayas de Cartago, pudo estudiar en e1 Colegio Seminario donde desarrolló su vocación sacerdotal. Desde 1938 año en que se ordenó sacerdote ejerció el magisterio católico con bastante liberalidad, no solo por sus vínculos, con el sindicalismo y la política, sino también por algunos pronunciamientos suyos, que algunos han visto como paralelo de los movimientos revolucionarios cristianos de teología de la liberación que se desarrollaron en la década del 60 y 70 en América Latina, así como por su práctica académica. Durante los últimos diez años de su vida desempeñó también el sacerdocio activo en San Isidro de Coronado, lugar donde vivía, Iglesia que también había tenido a cargo como cura párroco desde 1949 y algunos años en la década del 50.

En el campo intelectual sus primeros estudios universitarios fueron en Niagara University, en 1941, donde obtuvo, el título de Bachelor of Arts en Ciencias Sociales, luego en The Catholic University of America, en Washington, donde en 1943, obtuvo el título de Master of Arts en Ciencias Sociales y finalmente en 1976 obtuvo su Philosophiae Doctor en Sociología. Durante muchos años se desempeñó como profesor en la Universidad de Costa Rica en Sociología, particularmente en los Estudios Generales.

En el segundo gobierno constitucional de Figueres se le encomendó la organización de la Universidad Nacional, como un nuevo proyecto académico, que él luego llegó a definir como la Universidad Necesaria. Bajo su rectorado (1973-1977) muchos profesores del exilio latinoamericano y particularmente chileno tuvieron el calor de los costarricenses y la posibilidad de un trabajo digno.

Como Universidad Necesaria impulsó la idea de vincular la Universidad a regiones marginales del Valle Central y crear en aquellos años iniciales un sistema de ingresos a la Universidad avanzado, audaz y revolucionario en muchos sentidos, que incluyó la posibilidad de que no bachilleres pudieran ingresar a la Universidad si atestaban experiencia y trabajo en el campo profesional.

De madre costurera y padre herrero nació el 24 de enero de 1915 y murió el 19 de setiembre de 1994. Su vida agitada, intensa, activa en todos los campos ejemplifican sobre uno de los hombres que más impacto ha tenido en el desenvolvimiento institucional y político del país. Teniendo la capacidad, la inteligencia y hasta los adeptos no fue, probablemente, Presidente de la República por Liberación Nacional por ser sacerdote y tampoco Obispo por estar metido en la política.

(Artículo publicado, de Vladimir de la Cruz, en el periódico, de la Universidad Nacional, UNA INFORMA, edición de octubre de 1994, p. 16)

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