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Carlos Luis Valverde Vega

Carlos Luis Valverde Vega

Carlos Luis Valverde Vega
1903-1948

Primer Mártir de la Segunda República.

Nació en la ciudad de San Ramón el 10 de abril de 1903.

Sus estudios primarios los realizó en su ciudad natal. Los secundarios en el Liceo de Costa Rica, donde obtuvo el bachillerato en Ciencias y Letras en 1922. Viajó a Europa y los estudios universitarios los cursó en la Sorbona en París, Francia; graduándose de médico y cirujano.

En vida fue considerado uno de los cirujanos más eminentes del país. Desde muy joven trabajó en el Hospital San Juan de Dios, donde se desempeñó como ayudante del recordado doctor Ricardo Moreno Cañas.

De pie: Dr. Carlos Luis Valverde y Dr. Quirce. Sentados: Dr. Ricardo Moreno Cañas; Dr. Carlos M. Echandi.

De pie: Dr. Carlos Luis Valverde y Dr. Quirce. Sentados: Dr. Ricardo Moreno Cañas; Dr. Carlos M. Echandi.

Fue un distinguido miembro del colegio de Médicos y Cirujanos y fundador de la Unión Médica Nacional. Fecunda fue su labor.

Otro aspecto de su notable personalidad fue su devoción por la Patria y su ejemplo de ciudadano de honor y patriota distinguido.

Murió en San José el 3 de marzo de 1948 a la edad de 45 años, dos días después de haber sido baleado por fuerzas del gobierno, a la entrada de su casa en San José, en los días previos al inicio de la Revolución. Su trágica muerte conmovió a toda la sociedad costarricense.

La Junta Fundadora de la Segunda República le confirió el título de Benemérito de la Patria mediante el Decreto-Ley No. 427 del 1ero de marzo de 1949, que fue ratificado por la Asamblea Constituyente con el decreto No. 5 del 3 de marzo de 1949. Dentro de los considerandos del acuerdo se anota que las relevantes virtudes cívicas, el abnegado ejercicio de su profesión, la entereza y el cabal sentido de probidad que siempre lo caracterizaron, significan ejemplo para las generaciones presentes y del porvenir. El decreto consigna también que la presente disposición será leída y comentada en todos los centros docentes del país, por lo que tiene de educativo el sacrificio de una vida por la Patria.

En su honor el Hospital de su ciudad natal —inaugurado en 1955— lleva su nombre, por acuerdo de la Junta de Protección Social de la localidad del 5 de julio de 1953. Reza parte del acuerdo: “que el cantón de San Ramón tiene al Dr. Carlos Luis Valverde Vega como uno de sus más preclaros hijos, que es justo y conveniente que el nombre del distinguido ciudadano se perpetúe en la memoria de los hombres para ejemplo y enseñanza de los que vendrán después”.

Busto en el Hospital Dr. Carlos Luis Valverde de San Ramón

Busto en el Hospital Dr. Carlos Luis Valverde de San Ramón

LA PATRIA AGRADECIDA
ERIGE ESTE HOSPITAL A LA MEMORIA
DE SU HIJO BENEMERITO
DR CARLOS LUIS VALVERDE VEGA
1 DE MARZO DE 1955

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DUELO NACIONAL
CARLOS LUIS VALVERDE

Aquí, en esta columna que se aparta de las bromas y de las cosas superficiales, queremos rendirle el más cálido homenaje a la memoria del doctor Carlos Luis Valverde, el noble médico y excelente ciudadano cuya muerte enluta el corazón de la patria y llena de baldón a sus victimarios.

Carlos Luis Valverde, hombre en cuya entraña se albergaba el mejor linaje-moral, mantuvo su espíritu de rebeldía hasta el mismo instante en que cayó como un cóndor herido a traición. El nunca se imaginó que pudiera ser allanada su casa, — santuario de amor y de virtud, — en la que, como una bendición del Señor, se destacaban su compañera, campanita de cristal, y sus pequeñas hijitas, lindos rayitos de luz que reconfortaban su espíritu de hombre de ciencia y de caballero ejemplar. En su pensamiento de hombre de ideas avanzadas y de eterno enamorado de los principios democráticos, no podía brotar nunca la sospecha de que se invadiera su casa en la cual precisamente tenía su despacho un candidato a la Presidencia de la República. Para él eran suficientes esos títulos y su fortaleza moral para aceptar que pudiera ser allanado su hogar, ese hogar en donde no en vano llamaba el desamparado seguro de obtener generoso consuelo, o bien, en donde de día o de noche, la campanilla del teléfono pedía la presencia del médico, del gran médico, alrededor de una familia agobiada por la pena.

Ante la demanda de las fuerzas armadas, el doctor Valverde se irguió decidido y altivo… Pero no hubo para él la consecuencia que después se empleó, — cuando el país ya estaba alerta, — en el caso de sus compañeros que se hallaban en una casa vecina. Esto es, rodearlos a fin de que se rindieran en alguna forma. Sólo hubo un pistoletazo que debía secar la mano maldita que lo hizo. Y así cayó el doctor Valverde, sin una queja, mirando hacia el cielo, como buscando allá en lo infinito un poco de piedad para esta patria que él llevaba toda entera dentro de su corazón.

Carlos Luis Valverde fue un hombre superior. Moreno Cañas en la ciencia, Martí en el apostolado, Quijote en el ideal, y Lincoln en el martirio, llenó su misión en la vida con la profundidad y con la grandeza del mar. Y como una antorcha gigantesca, iluminó cuanto lo rodeaba, y al morir tuvo la majestad de dar su más grande y mejor llamarada iluminando un camino de redención nacional.

¡Descanse en paz el noble médico, el noble ciudadano, el noble amigo…!

La semana cómica, marzo de 1948.

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