MIS PRIMEROS DIAS EN LA REVOLUCION DEL 48
Alberto Martén Chavarría
Setiembre de 2003
El 1º de marzo de 1948 los famosos 27 diputados, famosos por haberse prestado a esta manipulación, anularon la elección de Ulate y le encargaron al Dr. Calderón Guardia el ejercicio de la presidencia. Yo escuchaba por la radio las noticias y quedé convencido de que por la vía civil nada se podría hacer. Por esto, a pesar de las diferencias de criterio en cuanto a programas ideológicos con José Figueres, opté por unirme a mi entrañable amigo, y empezar la lucha armada.
El gobierno tenía retenes de policías en las salidas de la ciudad, por lo que esperé a la noche para poder escabullirme por el Río Torres, este quedaba a las 100 varas de mi casa y así, a campo traviesa, llegaría a La Lucha para unirme con Pepe y sus hombres.
Estaba ya listo para partir, con uniforme de campaña, con mi pistola 45 al cinto, cuando apareció Chico Orlich en un jeep y me preguntó que pensaba hacer. Le conté mis planes y el me contestó que yo podría serle muy útil en el Frente Norte que el comandaba. Chico estaba en La Paz de San Ramón con su gente. En el sur, Figueres estaba en la finca La Lucha organizando un batallón. Habían proyectado un plan de pinzas contra las fuerzas del gobierno: Chico al Norte y Pepe al Sur. Yo estuve de acuerdo con la sugerencia de Chico y me monté en su jeep.
Nos fuimos camino a San Ramón, al llegar ahí un reten del gobierno nos detuvo. Yo estaba dispuesto a batirme a balas con la policía para poder seguir la marcha, pero cuando reconocieron a Chico, que era el político más influyente de toda esa zona, lo saludaron respetuosamente y le dieron el paso. Sin más problemas llegamos a la finca La Paz.
Recuerdo una anécdota: de camino teníamos sed y Chico me dijo que había una gruta a la orilla de la carretera donde salía un agua purísima, así era y no se me olvida la refrescada que me di con esa riquísima agua nacida del paredón.
Ya en finca La Paz empecé a organizar el batallón, pero a los pocos días llegó Alex Murray, amigo de Figueres y de Chico, que venía a buscarme urgentemente, porque Figueres quería hacerme una consulta. Chico estuvo de acuerdo en que partiera a hablar con Figueres, pero debía volver rápidamente al frente Norte para terminar la organización del Batallón.
Cuando llegamos a La Lucha, Pepe estaba nervioso ante la inminencia de las hostilidades que ya se veían venir, su hermana Carmen, que estuvo en esas horas junto a él, exclamó: ¡Por dicha que llegó Alberto, a ver si se calma Pepe! Figueres tenía mucha confianza en mi criterio, éramos como hermanos, amigos desde la infancia.
La idea era regresarme de inmediato en el mismo jeep e incorporarme de nuevo a la tropa de Chico. Pero al momento de emprender mi regreso oímos un bombazo muy fuerte y Figueres dijo: ¡Volaron la Panamericana! La «voladura» había sido preparada por él mismo, para impedir el ingreso de las tropas del gobierno a La Lucha. Quedé entonces encerrado, sin posibilidad de regresar a donde Chico.
La lucha armada se inició poco tiempo después. El frente de San Ramón, al darse cuenta de que no podía resistir el embate de las fuerzas del gobierno, por ser superiores en número y armamento, optó por unirse a las tropas de Pepe. Chico pudo llegar al Sur con su gente en un avión. Y así, quedó incorporado al frente Sur con José Figueres.
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