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70 aniversario del Pacto de Ochomogo

Conferencia de Rodrigo X. Carreras, Embajador ex officio sobre la figura del Padre Benjamín Núñez como Delegado Plenipotenciario en las Conversaciones de Paz durante la ruta crítica del cese de hostilidades y rendición del gobierno.

70 aniversario del Pacto de Ochomogo

Hace 70 años cuatro hombres, con visiones distintas y altruistas, desde sus perspectivas, quienes en su vida habían trabajado juntos en ideas y sueños, pero la guerra les había convertido en enemigos, arriesgando sus vidas y sus existencias y su razón de ser, se encontraron una noche en el alto de Ochomogo, en tierra de nadie entre dos ejércitos dispuestos a acabar uno con el otro. El riesgo era de ellos y ellos tenían, por así decirlo a lo costarricense, su propia carne en el asador. Su piel estaba en juego como en el mercader de Venecia.

Curiosamente el significado de la palabra Ochomogo en Nahuatl es “oxomogo” que significa: EL PRIMER HOMBRE. En hebreo “Ben Adam” es el hijo del hombre como dicen los evangelios, en los evangelios se refiere al sacrificio supremo de un hombre en la pasión por la salvación de los demás. Así llamaban los indígenas a estas alturas desde que los españoles llegaron a los cerros de la Carpintera.

Es una altura que marca la división de aguas de Costa Rica entre la vertiente del Caribe y la vertiente del Pacífico, adonde en abril también pero de 1823 se había librado nuestra primera guerra civil para determinar si nos convertíamos en república o, si nos plegábamos a la invitación a ser parte del imperio de Iturbide, resultó en una victoria republicana.

Cuando se libró la batalla entre cartagos y herdianos monárquicos contra josefinos y alajuelenses republicanos, ya el imperio de Iturbide no existía, así eran las comunicaciones que entre otras cosas hicieron imposible el sueño de una república centroamericana unida. En aquella ocasión no hubo dialogo ni hubo negociación. En abril de 1948 todo fue distinto marcándose el futuro y la esencia de nuestro país por el heroísmo de estos cuatro hombres.

Nos hemos preguntado si existe paralelismo histórico en que se reúnan los comandantes en jefes de ejércitos en pie de guerra, arriesgando sus vidas para alcanzar algún acuerdo similar. Únicamente he encontrado un caso en el 212 a.c. cuando en vísperas de la batalla de Zama al final de la segunda guerra púnica, Escipión el africano comanda un trirremo cruzando el Mediterráneo desde Iberia hasta Númidia, curiosamente relativamente cerca de Cartago y aprovechando la neutralidad en peligro de Numidia, buscando alianza con ella se reúne con el Rey Sífax y cenan en ostentación de diplomacia de altura junto a Asdrúbal Giscón. Asdrúbal hábilmente enfrentó la diplomacia de Escipión ofreciendo su hija en matrimonio a Sífax. El problema de Numidia no sería resuelto para Roma sino hasta que se instaló como Rey a Massinisa, que era pro romano. La tercera guerra Púnica a diferencia de la segunda, en cambio, fue una carnicería innecesaria ante los resultados positivos para Cartago de su paz romana y establecida tras la segunda guerra. Fue en parte el temor romano del éxito de Cartago en su crecimiento económico como la insistencia de Catón en el Senado.

Este Senador terminaba todos sus discursos de cualquier tema con la sentencia: “Delenda est Cartago!” (Cartago debe ser destruida). No faltaban, como veremos, catones en 1948 en distintas actitudes de algunos dirigentes importantes.

UN POCO DE TEORÍA PARA UBICACIÓN

Mucho se ha especulado y debatido sobre la guerra y la paz a lo largo de la historia de la humanidad. Sobre las causas de la guerra y sobre la propensión a la paz. A Hesíodo se le atribuye haber acuñado la frase señera de ”Vox populi, vox dei” y como poeta en torno al 700 a.c. junto a Homero se le atribuye nuestros conocimientos sobre la mitología griega con diferencias conceptuales.

Para Homero la jerarquía de los Dioses emanaba de su primogenitura con respecto a Cronos su padre, pero para Hesíodo era más un asunto más acorde a la lucha por el poder. Pero dentro de ello también se relata un certamen poético en que el público proclamó vencedor a Homero pero los jueces otorgaron el premio a Hesíodo por haber cantado a la paz mientras Homero había cantado a la guerra.

Bien decía el pensador estadounidense John Dewey que la única manera de abolir la guerra es hacer que la paz sea heroica.

Hoy veremos como de la guerra cruenta misma y del pensamiento surge el heroísmo de aprovechar instancias de propensión a la paz. Así pasa en los públicos entre distintos participantes de las guerras. La propensión a la paz y a la guerra siempre está presentes entre los seres humanos y son extremos de una misma realidad. Están presentes en la mente y en la naturaleza humana.

El inicio de las guerras es importante conocerlo ya que si bien la historia no se repite tiende a establecer patrones de comportamiento que permite anticipar situaciones o prepararse para ellas. Muchas veces las guerras suceden como la primera guerra mundial por una serie de sucesos interconectados que nadie previó y nos hacen exclamar: “… si tan solo hubiéramos sabido…”

Una vez iniciada requiere mucha atención distinguir cuando surgen propensiones a la negociación, con o sin armisticio. Es necesario crear las condiciones como sitio y nivel de representación, la conducción de la guerra mientras se lleva a cabo la negociación y más importante la sustancia de posibles acuerdos. La propensión está ligada a como le vaya la conducción de la guerra a las partes, si le va muy bien con espíritu triunfalista o si le va muy mal ante los fracasos y como perciban el ánimo en el enemigo. En esto la intermediación por interlocutores válidos es de gran ayuda así como la facilitación.

Las guerras pueden ser entre estados, entre sistemas estatales, o civiles. Hay mucha normativa internacional sobre la guerra entre estados que incluso las hace a todas ilegales.

De acuerdo a la normativa internacional todas las guerras han sido ilegales salvo dos en que fueron dentro de lo previsto en la carta de la ONU. Esas dos fueron la guerra de Corea la guerra de “papa Bush” contra Irak por la invasión a Kuwait. El Derecho internacional ante la guerra desaparece y permanece únicamente el derecho de la guerra. El derecho en la guerra ha sido establecido en una serie de convenciones como la de San Remo y en base a costumbres antiguas. Existe el derecho humanitario sobre cómo hacer la guerra más humana… También están previstas las guerras defensivas de acuerdo al artículo 51 de la carta y se hace eterna la discusión en que se justifica y se califica el carácter defensivo u ofensivo. Pero en las guerras civiles y de insurgencia no existe normativa de derecho internacional sino que el perdedor es sedicioso o tiránico.

Las guerras terminan de distintas formas: Puede ser que los beligerantes se agoten y dejen el conflicto dormido y latente sin satisfacción generando irredentismo latente, situación muy peligrosa y más en una situación de guerra civil. Las guerras pueden terminar por el exterminio o por la expulsión de los beligerantes contrarios que es el anhelo de cada parte al iniciar la guerra. Pueden terminar por el rechazo o por el repliegue final de uno de los beligerantes. Pueden terminar por la capitulación o rendición del enemigo, puede ser por un armisticio sin arreglo explícito o provisional en el que puede negociarse antes o después del armisticio. A veces las guerras locales son absorbidas por una guerra mayor internacional hasta que se desdibuja y se olvida su naturaleza y origen, a veces así terminan por intermediación y garantía internacional. Como veremos la intermediación y facilitación internacional son vitales a veces para hacer posible la paz.

Existen cálculos de Paul R. Pillar, analista de inteligencia en una muestra de conflictos 1792 y 1979 sobre estos arreglos, según estos cálculos 48% de los enfrentamientos armados civiles concluyeron por vía de negociación. La vía de negociación es más frecuente en los conflictos internacionales entre estados (68%) que en los civiles. Un 31% de los civiles terminaron por rendición o capitulación comparativamente eso en internacionales es únicamente un 20%. Mientras 22% de los civiles concluyeron por exterminación o expulsión lo que en los internacionales solo fue un 13%. Son cálculos que no tomaron en cuenta nuestra guerra.

Ha existido una tendencia entre historiadores de querer disminuir nuestra guerra civil y su significado histórico, llegando a considerarla como un simple tiroteo o escaramuza sin importancia. La guerra fue de un ejército irregular contra tres ejércitos, uno el de Costa Rica y dos irregulares. El ejército de Costa Rica tenía oficiales y soldados muy valerosos y experimentados como entre muchos otros el Coronel Rigoberto Pacheco Tinoco, quien había sido oficial de la Legión Extranjera Española y había luchado contra los moros y como el General Tijerino quien había sido del Estado Mayor del General Sandino contra los marines. Al contar los efectivos en combate con excepción de los soldados regulares los demás eran civiles.

Se ha discutido sobre si fue revolución o si fue una guerra civil o tan solo una asonada. Es una tiranía de conceptos en nuestro caso hubo una guerra civil del 48, pero también una Revolución que se dio como la Mexicana, con distintos instantes, distintas fases y distintos héroes.

¿Quién fue el héroe de la Revolución Mexicana? no podemos decirlo, hubo muchos en conflicto entre sí en distintos momentos. Las reformas que Rafael Ángel Calderón Guardia, don Manuel Mora y Monseñor Sanabria propiciaron se relacionan dialécticamente con la construcción de la Segunda República tras el rompimiento del orden constitucional. Hubo sin lugar a dudas una Revolución Costarricense de la que salió una Costa Rica totalmente distinta de la de 1940 y diferente de los demás países de nuestra subregión sin dejar de estar intercaladas. Hubo una guerra civil seguida de muchos conflictos en el Caribe entre patriotas, políticos y guerreros cuyos ecos aun retumban en nuestros mares.

El Dr. Calderón cometió tres errores estratégicos humanos. El primero fue interrumpir y arrebatar el micrófono a don Pepe (¡primera vez que le arrebataban uno! Y no sería la última). Ese primer arrebato de dio cuando Don Pepe denunciaba los motines del 4 de julio de 1942, si no lo hubiera interrumpido, cabía la posibilidad de que don Pepe hubiese vuelto a su trabajo de convertir una finca rural en una industria con visión humana. Una transición del “gemeinshaft” al “gesselshaft” de TOENNIES… QUIEN SABE? A como fueron las cosas, mientras lo sacaban pudo gritar al micrófono: “Acá lo único que debe hacer el gobierno es irse”.

El segundo error fue expulsarlo del país, quizá el mismo se hubiera confinado y aislado en sus montañas muy ocupado! El tercero fue consecuencia de haberlo exilado y que se fue a México adonde se relacionó con sectores importantes del exilio de los dictadores de toda la región empezando su tarea de lucha contra las dictaduras latinoamericanas y buscando adquirir armas.

La guerra civil costarricense se inició formalmente antes de los primeros tiros creando la condición de guerra el 12 de marzo tras larga preparación. La guerra terminó el 25 de abril con el desfile de la victoria. Interesante que el ejército victorioso que se había formado y entrenado en el combate tuvo que entrenar la víspera del desfile a aprender a marchar en fondo como todo ejército lo hace en entrenamiento básico. Esto puede explicarnos mucho de estos civiles convertidos en soldados y de actos de indisciplina en distintos combates y de dos oficiales quienes dispararon al avión en que iba don Manuel en su salida del país.

Fueron únicamente 38 días de hostilidades en la guerra civil. Se discute, como todo el número de bajas. Hay quienes lo disminuyen a 2 000 muertos.

Yo he visto en archivos de mi padre documentos que calculaban en el orden de 3 500 muertos. Para proporciones de otros conflictos pareciera muy bajo. Los números son inciertos porque hubo muchos muertos nicaragüenses y de otros países que no se contabilizaron adecuadamente. Tras las batallas se hicieron piras fúnebres, en las que mi padre como capellán oficiaba los ritos finales. Esos números de muertos tras 38 días de hostilidades para una población como la de Costa Rica que rondaba en 1948 los 750 000 habitantes es demasiado alto aun comparándolo con otras guerras como la española y la guerra de independencia de Israel. Un 0,46 por ciento de la población en 38 días de combate es demasiado alto… Fue una guerra cruenta y espantosa. En los ocho años de crisis hubo muchos muertos también.

EL CAPELLÁN DEL 48

¿Qué llevo a un joven sacerdote, quien se autodefinía como cura de aldea, nacido campesino en Pacayas desde la herrería de su padre a estar en ese paramo ventoso una noche entre dos ejércitos?

Monseñor Sanabria le había seleccionado, desde muy joven para fundar el movimiento sindical católico que consideraba necesario para enfrentar a los esfuerzos del COMINTERN en el sindicalismo costarricense. Lo mandó a estudiar Sociología en los Estados Unidos, eran los años de crisis de entre guerras y el lugar de ir era los EEUU, adonde en esos años dicho sea de paso, mucha de la escuela de Fráncfort se habían refugiado ante los embates totalitarios. De no haber sido así, probablemente lo hubiera mandado a Lovaina en Bélgica adonde se formó el Doctor Calderón como médico, cuna del socialcristianismo. Al declararse la segunda guerra mundial el padre quiso alistarse en el ejército americano como capellán para enfrentar al eje, pero el Arzobispo no le dio permiso porque le tenía otra misión en Costa Rica. Años después su hermano menor José María si se alistó y sirvió con el ejército victorioso de Patton.

Regresó a Costa Rica a fundar el movimiento sindical católico la Rerum Novarum luchando palmo a palmo la creación de sindicatos en la bananera y otros campos de trabajo. Y al mismo tiempo, como cura párroco en Tibás, fue anfitrión de don Oscar Barahona Streber quien vivió en la casa cural, en medio de su crisis familiar. En esa casa se reunía con Monseñor Sanabria y don Manuel Mora Valverde, trabajando en la redacción del código de trabajo y del capítulo de garantías sociales. Así como él su otro hermano el Padre Santiago trabajó en el campo cooperativo que se iniciaba en el país.

Al iniciarse la guerra civil el padre pronunció su discurso en que planteaba la lucha frente a la burla del sufragio en que planteó al país: Primero montando en santa ira “¡Anatema popular y anatema eterno a los que se burlan de los pueblos y atropellan su conciencia!”

Anatema es equivalente bíblico de excomunión y también condena moral, y luego consolaba al pueblo ante lo que sabía… se venía: “Los Molinos de Dios, muelen despacio, muy despacio, pero fino, muy finito. No podemos escaparnos a la historia que nos da una cita que no queremos eludir”.

Se integró a la lucha armada como capellán, esta vez sin permiso de su mentor monseñor Sanabria. Al llegar a la Lucha don Pepe levantó su mano en alto y grito: “Viva el PADRE NUÑEZ, VIVA EL CAPELLAN DE LA REVOLUCIÓN”. Nació así una leyenda, decían que montaba su .45 apuntaba y decía las fórmulas de absolución y disparaba. Pero no era más que leyenda, el llevaba ayuda humanitaria a los muchachos en el frente, les ayudaba espiritualmente absolviéndoles de sus pecados antes de los combates de los que bien podían no volver.

En efecto se había llevado con él una estola y su breviario y al cinto su escuadra automática en caso de cualquier eventualidad… Una noche con un compañero necesitaban agua para el radiador del jeep y encontraron una casa en oscuridad. Se aproximaron sigilosos y escucharon voces masculinas. Deparó su arma en una ráfaga de tres tiros al aire y grito: “Esto es una ametralladora” y se abalanzo sobre la puerta entrando a lo película de combate… se encendió una linterna de canfín y se escuchó una voz de una señora que dijo: “¡Mirá! Si es el padrecito Núñez que me bautizó la chiquita en San Rafael”.

SOMOS UN PAIS CHIQUITICO

Monseñor Sanabria visitó el frente y estuvo reunido en Santa María de Dota el 3 de abril, traía una propuesta de amnistía, con doscientos salvoconductos para salir del país. Don Pepe no aceptó y llevó a Monseñor Sanabria al cementerio y le dijo que su compromiso era con muchos muertos y solo consideraba la rendición del gobierno y la entrega del poder a los legítimos ganadores. ¡Así influyen la ánimas sobre los ánimos de los hombres! Monseñor durmió en Santa María y conversando con el Padre su pupilo y le encargó como misión canónica MANTENERSE CERCA DE ESTA GENERACIÓN POLITICA QUE GOBERNARÍA AL MENOS POR LO QUE RESTABA DEL SIGLO.

En efecto el 6 de abril empezó la “marcha fantasma” para trasladar el ejército de liberación, en silencio absoluto por montañas y trillos, invisibles para el ejército del gobierno en la interamericana a tomar Cartago. Comenzaron al oscurecer con la tropa en silencio reverente pasando ante una imagen de la Virgen de los Ángeles que el Padre Benjamín levantaba en sus manos. Y una densa niebla les envolvió y los protegió. Como decía don Pepe así nacen las leyendas y los cuentos. Durante la marcha en un bosque encontraron una pareja campesina con una niña de días de nacida con fiebre a quien uno de los médicos atendió y el padre la bautizó, don Pepe fue el padrino. Años después el padre conoció en una cena de rica olla de carne en Copey de Dota a la niña ya adulta y casada con tres güilitas…

LA INICIATIVA DEL CUERPO DIPLOMATICO

En plena batalla del Tejar, tras la toma de Cartago, cuando las tropas del gobierno quisieron contraatacar para retomar la antigua Capital mientras aún resistía la comandancia un sitio de los rebeldes, el gobierno permitió llamar por teléfono, los teléfonos eran aparatos que se les daba cuerda con una manigueta y se pedía conectar a una telefonista. La llamada era para pedir al Comandante en Jefe Figueres una audiencia para una delegación del Cuerpo Diplomático.

Ya desde antes de las acciones de guerra se habían dado muchos esfuerzos vanos de personajes en San José por convencer a Figueres de deponer las armas en aras de una falsa paz. El 13 de abril se presentaron en el Cuartel General en el Colegio San Luis Gonzaga: Monseñor Luigi Centoz, Nuncio Apostólico de Su Santidad, El Embajador Darío Ojeda de México, el Embajador Nathaniel Davies de los EEUU, el Embajador Narciso Garay de Panamá y el Ministro Plenipotenciario Guillermo Bianchi de Chile.

No tengo idea como nació la iniciativa ni se designaron los diplomáticos. Recordemos que estábamos ya en los inicios de la Guerra Fría en el mundo. Hay autores como Kyle Longley que consideran que nuestra guerra fue la primera de muchas de la fría, ser la primera es una innovación de construcción política, estratégica y diplomática… Y quienes sabemos alguito de eso, sabemos que un diplomático actúa solo con instrucciones de su Gobierno, muy rara vez y muy de vez en cuando un diplomático actúa a “motu propio”, menos cinco experimentados jefes de misión.

Creo que no es casualidad que unos días antes se había dado en Bogotá el asesinato de Jorge Eliezer Gaitán, que si por coincidencia fue presenciado por integrantes del equipo de futbol costarricense La Libertad que se encontraba en esa ciudad y andaban como buenos ticos de compras. En ese momento se desató el Bogotazo en medio de la conferencia de Cancilleres que tuvo que ser trasladada a un gimnasio, ya que el lugar designado fue destruido por las turbas. Así se producen los eventos y enmarcan otros locales que pueden ser absorbidos en uno mayor. Geopolíticamente nuestra ubicación es delicada como pudimos constatar durante la segunda guerra mundial y la guerra fría.

LOS DIPLOMÁTICOS

Para comprender la magnitud veamos quienes eran estos facilitadores diplomáticos que aprovecharon una propensión a la negociación que había visto el Presidente Picado y había decidido en su conciencia que no podía ganar. Quiso arrebatar la victoria del ejército de liberación nacional de las fauces de la derrota del gobierno, comprando tiempo y buscando alternativas.

El nuncio apostólico había tenido una carrera difícil, larga y tensa en Lituania durante la segunda guerra mundial, había estado en Caracas y Pio XII lo invita a un lugar tranquilo en Costa Rica… Interesantemente en su carrera posterior fue designado en Cuba en 1952. Luego ascendió a Cardenal y fue muy importante en la organización del Concilio Vaticano II.

Curiosamente había quienes en la Iglesia llamaban al padre Núñez el mentor del pre “agiornamento” por su trabajo de la Función Social de la Religión publicado en la revista combate y en su vida eclesiástica y sindical.

Nuestro anfitrión el Embajador Ojeda, se las traía, era un partidario importante de un General Mejicano de la Revolución, Adalberto Tejeda Olivares quien fue Gobernador de Veracruz, había sido muy activo y anticlerical durante la revolución de los cristeros. Después de Costa Rica llego a Oficial Mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores en el Palacio de Tlatelolco.

El Embajador Davies era joven para ser ya Embajador de su país y sirvió después en Bucarest y en el Departamento de Estado como consejero senior de asuntos soviéticos y de la cortina de hierro. Sirvió casualmente como Embajador de su país en Santiago durante el gobierno de Salvador Allende y los primeros tiempos del General Pinochet.

El Embajador Garay, quizá el más artístico y exitoso dentro de su carrera tiene una calle con su nombre en Panamá, así como el Padre Núñez una en Jerusalén, y llego a ser Canciller panameño en una carrera disputada entre su vocación diplomática y su formación musical de cantante y musicólogo distinguido.

Y el Ministro Consejero Bianchi fue un distinguido periodista y escritor, su permanencia en Costa Rica fue larga y tengo entendido tiene una hija y familia costarricense. Entre sus escritos destaca una novela que no conozco pero deseo leer: EL CURA SENTIMENTAL. Fue escrita muchos años antes de venir a Costa Rica y antes de conocer al padre Núñez…

LA PROPUESTA DIPLOMÁTICA

El señor Presidente Picado había días antes llegado a la conclusión que no era viable ganar la guerra, necesitaba crear condiciones, pidió al cuerpo diplomático interceder, otros intentos habían fallado incluso Monseñor Sanabria en su visita al frente. El catalán era en efecto muy testarudo y su compromiso inalterable. Invitaba al Comandante en Jefe a asistir a la Embajada de México para determinar una salida. En ese momento don Pepe estaba recibiendo partes de guerra del Tejar, la batalla era sangrienta y difícil, en ella empezó su gente a ver caer compañeros de armas como no sucedía en el empalme, en la Sierra ni en otros escenarios. Durante la reunión con los embajadores a cada rato le interrumpían con partes de guerra de la batalla en curso que le susurraban al oído, no eran buenos, pero poniendo su mejor cara de póker, sin ser jugador, dijo a los diplomáticos que no podía ya contener a sus muchachos quienes querían ya atacar San José.

Les dio una propuesta de rendición incondicional en que se designara un nuevo gobierno bajo su mando con sus designados. Los diplomáticos regresaron a San José y el Presidente Picado contestó que los designados a gobernar no podían ser los combatientes y debería ser gente nueva con una visión fresca no comprometida con ninguno de los bandos. En esto el Presidente Picado citaba la guerra contra los Tinoco y como tras la salida de estos no fueron los combatientes sino otros ciudadanos distinguidos. Posiblemente el Presidente pensaba en señores asiduos al Club Unión y de nombre aceptable a dichos círculos de poder.

LOS PROTOCOLOS DE LA PAZ

En ese ir y venir de los diplomáticos, Don Pepe le encargó al padre Núñez tras reunión tarde en la noche con su Estado Mayor, tras una guerra cruenta, aun inconclusa pero ya victoriosa ser el representante plenipotenciario para esas conversaciones de paz, hace exactamente casi 70 años, en la página más gloriosa y valiente de su vida. Quizá don Pepe a sabiendas de las habilidades intelectuales, espirituales de negociación del padre, no pudiendo arriesgar a ninguno de sus altos oficiales de combate confió al padre la misión peligrosa de venir a conversar lo que demandaba: la rendición total e incondicional del gobierno. Todos los días los Embajadores con sus banderas trasladaban al padre de Cartago a la Embajada y de vuelta al concluir.

El primer día al salir de Ochomogo, al bajar la cuesta del Fierro se soltaron disparos del lado del Gobierno, posiblemente por descoordinación entre los tres ejércitos gubernamentales: EL DE COSTA RICA, EL DE LOS VANGUARDISTAS O COMUISTAS Y EL DE LOS CALDERONISTAS DE PURA CEPA. Los diplomático y el padre se tiraron al suelo en un drenaje en construcción, pero el Embajador Ojeda se mantuvo en pie, lo instaban a refugiarse y él dijo fuertemente: “Un mejicano nunca se agacha!” Pasado el peligro descubrieron que estaba de pie detrás de un bastión del puente en construcción lo que todos celebraron alegremente.

PARENTESIS PERSONAL DE MI PRIMERA MISIÓN DIPLOMÁTICA

Nosotros los hijos estábamos Martí y Muni en Villa Mills con su madre doña Henrietta. A mí me tenían escondido, los mariachis llegaban a la finca en San Rafael arriba de Desamparados en que nací y había amenazas de usarme como rehén con mi madre… a cada rato decían cuñas de propaganda como en la plaza de la artillería estaba en exhibición la sotana ensangrentada del padre que había dejado en una cerca, pero no había llevado sotana. Manuel, el más niño e inocente de nosotros los hijos, no había sido aún pedido ni soñado, eso pasó después en México.

Cuando el Padre llegó a la Embajada el Embajador Ojeda le preguntó si deseaba ver algún familiar bajo su protección y asilo. El padre sacó su billetera y se la dio al Embajador. Le dijo que fuera a una dirección en a cinco esquinas de Tibás y tocara la puerta y entregara a la señora la billetera y que nos llevara a la Embajada. Cuando llegó el carro del embajador al barrio y aquel gran señor y entregó la billetera, Doña Daisy exclamó angustiada: “¡Lo mataron!” El embajador con una sonrisa le dijo que no que estaba en la Embajada iniciando las negociaciones, allá llevaron todos los días al chamaco con doña Daisy. Lejos estaba mi vida en torno a la casa amarilla.

LA NEGOCIACIÓN

El padre llego a negociar, sólo, con instrucciones precisas, sin delegación alguna. Armado de su plenipotencia, inteligencia y valentía como le dijo el mismo Presidente Picado durante las reuniones. Primero habían tenido que comprarle ropa adecuada de trabajo diplomático y había dejado su .45 pero nunca su breviario romano.

La propensión del gobierno era el respeto a su vida y hacienda… Pero la de Vanguardia Popular que constituía las tropas más valientes y decididas del lado gubernamental, no exigían garantía a su vida ni su hacienda, tan solo exigía las garantías sociales.

Todo se dispuso con bastante celeridad tras detalles importantes. El día 14 el Presidente Picado ya había aceptado la fórmula de transición de entregar el poder a Santos León Herrera, tercer designado a la presidencia, pero nadie sabía adonde estaba… Por fin lo localizaron en el Yas de Paraíso (Un YAS, para efectos de nuestros amigos no costarricenses ES UNA ESPECIE DE AGUACATE SILVESTRE DE NUESTRAS MONTAÑAS). Paraíso esta como saben muy cerca de Tejar y de Cartago. Lo mandaron a traer a las negociaciones para que se hiciera cargo del gobierno hasta el 8 de Mayo.

Pero se dio una situación difícil a pesar de estar listo el cuerpo de acuerdos de paz de la embajada, el alto mando del comité central del Partido Vanguardia Popular no quería capitular y algunos creían que podrían aun prevalecer. La alternativa era una batalla por San José que hubiese costado entre 30 y 40 mil muertos en especial civiles no combatientes. Don Manuel la vislumbraba semejante a la batalla por Madrid.

EL ENCUENTRO

Ante esa situación demandaban a presencia de don Pepe lo que era un riesgo muy grande inaceptable, tampoco podía garantizarse la vida de don Manuel en territorio libre de Cartago. Convinieron reunirse, esa noche 17 de abril, solos y desarmados en el Alto de Ochomogo en tierra de nadie. Se confirmaría el encuentro a las 9 pm en radio hispana de Cartago con las notas de la quinta sinfonía de Beethoven, intercalando la palabra CARRETERA. En una noche documentada en recreación llena de heroísmo, por el cineasta e historiador don Víctor Ramírez, lograron un acuerdo que permitió terminar la guerra decía don Pepe digna de Homero, yo diría impertinentemente, digna de Hesíodo.

Don Pepe y el padre cruzaron el último retén de sus fuerzas con la excusa jovial de don Pepe de que iban a hacer una conquista, y ¡vaya que iban a hacer una conquista! Se separaron en caso de una emboscada que bien era posible.

Se encontraron con don Manuel en el lugar previsto. Hubo dos incumplimientos al acuerdo como veremos en la recreación, don Pepe llevo su pistola y don Manuel llegó acompañada por don Carlos Luis Fallas y por un chofer, curiosamente apellido Alvarado… sería interesante que alguien vea su genealogía… Pero es que don Manuel como veremos después necesitaba un testigo de honor.

Durante la conversación se pusieron de acuerdo en el tema fundamental de las garantías sociales, el código de trabajo y el Seguro Social. Pero aún quedaban problemas el principal que ya don Manuel sabía y denunció en encuentro de Ochomogo era que tropas de Somoza estaban ya en Costa Rica, y temía una intervención militar de los EEUU. Ante Somoza don Manuel propuso unir sus fuerzas con las de Figueres para enfrentar la invasión. Don Pepe considero que eso sería fatal por los ánimos humanos que conocía. Calificó años después como “manuelmoristico”…

Don Manuel quería que se diera un gobierno con gente “progresista”, don Pepe le indicó que habían pasado la guerra diciendo que la guerra era contra las garantías y que los motivos eran otros. Sobre el impuesto a la renta les aseguró que lo aumentaría y así fue. Pero lo más asombroso es que fue un pacto de palabra sin nada firmado, solo el pelo del bigote. Pero como veremos para algunos no era suficiente y para otros demasiado.

EL PROBLEMA DE LA GUARDIA NACIONAL

El mismo 16 en la mañana el presidente Picado había volado con el Jefe del Estado Mayor Mario Fernández Piza al aeropuerto de Chacarita adonde llegó un avión de la Fuerza Aérea Nicaragüense en que venía don Francisco Calderón y el Embajador de Costa Rica a quienes el presidente Picado entregó una credencial a don Francisco para llevar al presidente Román de Nicaragua una autorización para ocupar áreas costarricenses, esto ante el peligro de una invasión de los rebeldes a Nicaragua.

El 17 en Bogotá el Canciller de Venezuela Rómulo Betancourt denunció la incursión nicaragüense. Hubo ante esto algunos diplomáticos de algunos países que se arrimaron a don Alejandro Aguilar Machado quien encabezaba la delegación costarricense, el Canciller no pudo ir por motivos de la guerra y le dijeron que podían ignorar la denuncia… para que siguieran su curso los asuntos internos sin intervención alguna, pero don Alejandro invocando sus principios patriotas a toda prueba, antes bien exigió a nombre de Costa Rica una investigación. Como que esa investigación no fue necesaria… al llegar el Padre a la Embajada en Barrio Otoya el Embajador Davies y el Embajador Ojeda estaban indignados y muy enojados al abrir la sesión también exigieron explicaciones al gobierno.

Aún quedaban problemas en que el padre arriesgó su papel extraordinario, para eliminar los vestigios de oposición de parte del Buró Político de Vanguardia Popular, encabezado por Arnoldo Ferreto. El buró político le indicó a don Manuel que no aceptaban si no había un documento por escrito, en que se comprometieran las fuerzas victoriosas a incluir en su gobierno elementos “progresistas” además de mantener las garantías sociales, el código de trabajo y el seguro social.

Don Manuel y el Padre necesitaban un comodín para lograr la firma don Manuel propuso un documento que el redactó con su letra. El padre le advirtió que tal documento sobrepasaría su plenipotencia y sería rechazado por el Estado Mayor y por don PEPE. ¡Le fusilarían de firmar! Por tanto pactaron en confianza de sus palabras de honor devolver el documento, apócrifo redactado por don Manuel y en que el padre escribió su nombre abajo, una vez logrado su objetivo. Pero en la firma de acuerdos la carta apócrifa fue olvidada sin devolverla.

Esa así como el acuerdo preliminar de la Embajada de México se convirtió en dos acuerdos incorporados en uno. En el primero en su artículo 6 se enuncia a solicitud de Vanguardia Popular la permanecía de las Garantía Sociales dando pie a un documento paralelo firmado únicamente por el Padre Núñez al respecto. Ese segundo texto es lo que llamaríamos un protocolo al principal en que se establecen las condiciones de entrega del poder y de las armas que quedaban, las mejores fueron llevadas a Nicaragua en un avión por oficiales del gobierno.

Don Pepe y el padre trataron de convencer a don Manuel no irse. El insistió su solidaridad y amenaza a su vida de parte de extremistas, de hecho al despegar su avión el 22, un día después del presidente Picado, a su avión se le disparo al despegar. Al llegar a Panamá se le detuvo y se le quitaron sus documentos, entre ellos la carta apócrifa del padre, que no había devuelto. Copia de ella fue entregada por el agregado militar de la Embajada americana, el Coronel Huggs al jefe de Servicio de Inteligencia Militar Mayor Miguel Ruiz Herrero quien se la pasó a su superior jerárquico el Coronel Edgar Cardona Quirós, Ministro de Seguridad Publica y ambos decidieron que había que eliminar al Ministro de Trabajo, Benjamín Núñez.

Este fue uno de los orígenes del “cardonazo” unos meses después. La principal demanda de Cardona en su fallido intento de Golpe de Estado era la cabeza del Padre Benjamín y de don Alberto Martén, fundador del Movimiento Solidarista a quienes consideraba como comunistas.

Sólo este acto merecía para el Padre Benjamín, el Benemeritazgo, que nunca diputado alguno ha planteado a pesar de ser el quien insistió en la creación real del Partido Liberación Nacional, unos años después y quien redactó la carta fundamental de este.

Este año estamos conmemorando los 70 años del Pacto de Ochomogo y los acuerdos de la Embajada de México, con mis hermanos de sangre no derramada: José Martí Figueres y Manuel Mora Salas bajo auspicio de la Honorable Embajada de México. Esta celebración la hemos venido planteando hace muchos años. Lamentablemente hoy ya no está con nosotros Carlos Luis Fallas hijo, quien falleció años atrás.

En esta celebración y conmemoración de los 70 años del Pacto de Ochomogo y los Acuerdos de la Embajada de México, se nos ha atravesado una elección de presidencial atípica de la República de Costa Rica, que por lo que he sentido, demanda mucho aprendizaje de la reconciliación nacional en el espíritu de Ochomogo, después del pasado 4 de abril de 2018, que fue Domingo de Resurrección.

Y es que en el Alto de Ochomogo, fue adonde se luchó nuestra primera guerra civil y donde se alcanzó el acuerdo que puso fin a la última es un lugar sagrado y merece recordarse este hecho histórico que marcó la historia de nuestro país. Es en este lugar donde el Pacto de Ochomogo nos recuerda que el diálogo es el instrumento de la negoción para la resolución de conflictos.

El Presidente Luis Guillermo Solís y el rector de la UNA, don Alberto Salom quisieron colocar lo que yo llamo diplomáticamente como una primera piedra, un tanto abstracta y difusa, sin nombres ni mención, de lo que sería un parque conmemorativo del Pacto de Ochomogo y sus actores. Y es que de no haberse producido ese encuentro ni la estratagema apaciguadora que emplearon don Manuel y el Padre se hubiese producido una tremenda batalla que demandaba de las tropas rebeldes, volar a la Lindora y desde ahí avanzar en ataque de tenazas simultaneo sobre San José con las tropas de Cartago por Curridabat y por Coronado.

La cantidad de muertos, principalmente civiles no combatientes, hubiera producido una Costa Rica llena de odios insalvables. Además de los muertos pensemos demográficamente la gente que ni siquiera hubiera nacido. Como imagen de horror recordemos cuando en los años 30, el General Maximiliano Hernández Martínez en un fin de semana asesinó a más de 30.000 campesinos y dejó odios aún persistentes tras guerras largas y consecuencias sociopolíticas muy tristes. Algo semejante hubiera sido la historia contrafactual alternativa de nuestro país.

Estos cuatro hombres Don Pepe, don Manuel, don Carlos Luis y el padre fueron esa noche fría en efecto los primeros hombres para el país ante la amenaza de la carnicería de los catones de la historia. El espíritu de mayor enseñanza histórica de esta gesta es que estos cuatro hombres y su chofer “Alvaradito” como lo llamaban sus ilustres pasajeros… estaban arriesgando su propia carne y su propia existencia.

Como dice Nassim Nicolás Taleb en un libro reciente sobre las asimetrías latentes en la vida cotidiana el mejor negociador y tomador de decisiones es efectivamente el que tiene su propia carne en el asador.

Hace algunos días escuche la más grande nobleza del Presidente Arias, cuando celebrando el aniversario de los acuerdos de Esquipulas, manifestó como tenía una gran deuda con mucha gente que le ayudaron en el esfuerzo. Enfatizó como los otros Presidentes estaban con los acuerdos arriesgando más que él, quien de no haberse firmado el acuerdo, era quien menos tenía que perder y sin cuya iniciativa y gestión de nuestra cancillería quizá no habría existido firma de Esquipulas. Pero esa es otra historia de otra negociación.

Bibliografía

AMERINGER, Charles. La Legion del Caribe: Patriotas, políticos, y mercenarios, 1946-1950. Santo Domingo: Academia Dominicana de la Historia, 21015.
FIGUERES, José. El espíritu del 48. San José: .Editorial Costa Rica, 1987.
LONGLEY, Kyle. The sparrow and the hawk. Tuscaloosa: The University of Alabama Press.1997.
PILLAR, Paul R. Negotiating Peace: War termination as a Bargaining Process. Princeton: University Press, 1983.
TALEB, Nassim Nicolas. The skin in the game. New York: Random House, 2018.
VILLEGAS Hoffmeister, Guillermo. La Guerra de Figueres. San José: EUNED, 1998.

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