Otilio Ulate Blanco

Otilio Ulate Blanco

Otilio Ulate Blanco

Alfredo Trejos Salas

Un 25 de agosto de 1891 nació el periodista, diputado y presidente de la República, don Otilio Ulate Blanco. Además don Otilio fue Embajador de Costa Rica en España entre 1970 y 1972.

En efecto, don Pepe nombra a don Otilio como su embajador en Madrid a partir de mayo de 1970 (¿cómo una jugada astuta para mantener lejos a uno de sus críticos? Quizás.)

Mi hermano Gerardo se había casado el 4 de julio de 1970 y al día siguiente partiría con su esposa Marina Volio hacia España para iniciar meses después sus estudios de postgrado.
Durante los meses de junio, julio y agosto de 1970, no había llegado a Madrid ninguno de los funcionarios diplomáticos designados desde mayo por el nuevo gobierno del Presidente Figueres y entonces, por inopia, el Ministro de Relaciones Exteriores designó a mí hermano Gerardo con el pomposo cargo de “Encargado de Negocios a. i.”, es decir, Jefe Interino de la Embajada de Costa Rica en España. Gerardo tenía entonces 24 años de edad.

En agosto de 1970, estando Gerardo al mando de la Embajada, visitaron España, en compañía de sus abuelos maternos, los dos hijos menores del Presidente de la República: Mariano y Kirsten Figueres Olsen (ambos ya fallecidos). Eran unos niños. Gerardo los invitó a conocer la ciudad de Toledo. En ese viaje mi hermano consumió los gastos de representación de ese mes.

Una vez que don Otilio asumió días después como embajador en España, Gerardo tuvo el honor de convertirse en su más joven colaborador.

Don Otilio, como viejo e impenitente solterón, solitariamente habitaba un modesto apartamento en la capital madrileña. Después del trabajo, algunas veces solía pedirle a mi hermano que lo acompañara a su residencia. Conversaban y compartían algunas bebidas espirituosas. Frecuentemente se refería a lo que él llamaba, con orgullo, su “mala reputación” y no pocas veces iniciaba sus conversaciones nostálgicas con Gerardo – no siempre de política – con la frase “Mi mala reputación…” Gerardo, en 2010 – cuarenta años después – lo recordaba con especial cariño por su generosa amistad con un joven que apenas tenía sueños y ambiciones.

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