Ese Figueres…
Luis Alberto Monge Álvarez
No sé a quién se le ocurrió llamarlo el General Figueres. Me parece recordar que el General Ydígoras Fuentes, en su correspondencia, hablara del General Figueres. Alguna prensa en los años 1949,1950 y otros se refería al General Figueres.
… Y Don Pepe, como le dice el pueblo, no es, ni ha querido jamás ser un general. Don Pepe es una atormentada expresión del civilismo y del pacifismo de los costarricenses.
Hace casi 40 años utilizó la estrategia y la táctica de las guerrillas. Después de él, se puso de moda la guerrilla en el mundo. La diferencia: Figueres la aplicó contra un régimen en coalición con el comunismo, que irrespetó las libertades electorales. Después de él, la guerrilla ha tratado de justificarse como una lucha a favor de la libertad y contra la injusticia social.
Figueres es el padre de la nueva Costa Rica, símbolo del pacifismo y el civilismo que son esencia del ser costarricense.
Generalmente los mandos militares cayeron en manos del extremismo ideológico, sobre todo el marxismo leninismo, cheguevarismo y otros ismos. En varios casos, para citar dos de América: Cuba y Nicaragua, el triunfo de la guerrilla terminó en una dictadura militar de distinto signo ideológico al de la dictadura que se logró derrocar.
Figueres, en 1948, echó mano al recurso de la guerra. Ha dicho que habría preferido no utilizar la violencia. Pero fueron cerrados los caminos de la legalidad y el pueblo de Costa Rica le acompañó en una guerra para restaurar lo derechos electorales y restablecer la paz social y política perdidas.
Figueres es el único guerrillero triunfador que disolvió su propio ejército. El único que con sinceridad convirtió cuarteles en escuelas y museos. Fue bajo su inspiración que los constituyentes de 1949 incluimos el artículo 12 de la Carta Magna. Proscribiendo el ejército como institución permanente. Pasamos a ser una democracia desarmada. Somos un ejemplo para el mundo. No tenemos dinero para ejércitos y para armas. El poco de que disponemos, lo invertimos en salud y en educación.
Ese Figueres, a quien algunos de sus rencorosos adversarios califican de extranjero, de catalán, representa con impresionante fidelidad dos de las corrientes históricas más importantes en la formación del ser costarricense: pacifismo y civilismo. Y es el Figueres que un día de marzo de 1948 convocó a tomar rústicas armas a campesinos, artesanos e intelectuales. Pero no para oprimir al pueblo, sino para redimirlo.
Ese Figueres… tan polémico, tan aparentemente contradictorio, con el que hemos tenido frecuentes discrepancias. Ese Figueres, es el Padre de la Nueva Costa Rica. De la Costa Rica con la que ingresamos al Siglo XXI. Así le llamé, Padre de la Nueva Costa Rica, en el discurso ante el Congreso Ideológico Francisco J. Orlich, en octubre de 1981. Es el Padre de la Nueva Costa Rica por las instituciones que ha creado, por las instituciones y políticas que ha inspirado. Pero sobre todo, es el Padre de la Nueva Costa Rica, como símbolo del pacifismo y el civilismo que son esencia del ser costarricense.
Tomado de la revista especial «Figueres, 80 años de amor a Costa Rica», publicada en 1986 por el Partido Liberación Nacional.
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