Marcial Aguiluz Orellana
1915 – 1986
Adaptado del libro
“Compañero Marcial Aguiluz ¡Presente!.
Su lucha en América Central”
de Evangelina Aguiluz Castro
Marcial Aguiluz Orellana nació el 3 de setiembre de 1915 en el Departamento de Olancho, República de Honduras, en la pequeña hacienda de sus padres, don Pompilio Aguiluz y doña Evangelina Orellana. Sus hermanos fueron Virgilio, Marina, Elba, Ada y Consuelo.
A los 18 años, en su primer periplo, se trasladó a México, deseoso de estudiar medicina. Las dificultades económicas truncaron su carrera; trabajó como ayudante de bibliotecario con el historiador hondureño Rafael Heliodoro Valle.
Conoció en México a los lideres de oposición de su país y se entusiasmó con la Revolución Mexicana, que marcaría sus firmes ideales y su lucha al lado de los trabajadores.
Pasó a El Salvador, donde tuvo una dura experiencia de trabajo, en los galpones y agobiado por el paludismo.
Luchó en casi todos los países de Centroamérica contra dictaduras militares. En El Salvador aprendió a elaborar quesos tipo Holandés (Edam). Desde allí incursionó en su propia tierra, hasta que vino a Costa Rica, donde se encontró con su padre, hacia 1942.
Aquí consiguió la administración de una planta quesera en la Hacienda El Volcán, Turrialba, propiedad de don Florentino Castro. Al poco tiempo conoció a Daisy Castro Arias, hija de don Florentino con quien se casó.
Más tarde, en 1946, pasó a administrar la Hacienda Paso Hondo, en Cañas, Guanacaste.
Al año siguiente se hizo cargo de Lindora, en Santa Ana. Las tres haciendas pertenecían a su suegro, don Florentino Castro. Surgió el movimiento revolucionario de 1948 y Marcial se unió a Figueres; organizó, en La Lindora el batallón Carlos Luis Valverde.
En diciembre del 48 partió hacia La Cruz y ayudó rápidamente a sofocar un intento de invasión de grupos bien armados de costarricenses que habían emigrado a Nicaragua, después del triunfo del ejército que comandaba Figueres. Otro intento de invasión del mismo origen fue repelido en 1955, donde fue figura clave para rechazar la invasión de Somoza.
Llegó a ser diputado, del partido Liberación Nacional, por la provincia de Puntarenas, de 1958 a 1962. En esa legislatura reconocida por muchos como una de las mejores, unido a Luis Alberto Monge Alvarez, Rolando Laclé, Fernando Volio y a Daniel Oduber, entre otros, libró algunas de sus más brillantes batallas como la ley del Instituto de Tierras y Colonización (ITCO), la ley del décimo tercer mes (aguinaldo) y el porcentaje obligatorio para los meseros. Su preocupación por la provincia de Puntarenas y por el medio ambiente, lo hizo auspiciar la ley de creación del Parque Manuel Antonio, en Quepos, en la provincia de Puntarenas.
Entre las peleas que lo llevaron a una confrontación con el Partido Liberación Nacional, se destaca el apoyo decidido a la Huelga Bananera de 1959.
En los vértices de la historia, le correspondió ayudar a una revolución que siempre representó un hito de esperanza para América Latina: la Revolución Cubana. El aporte audaz, auspiciado por Figueres, de un avión y armas que llegaron en un momento crítico a Sierra Maestra, haría que por siempre se estableciera un vínculo inalterable con el comandante Fidel Castro.
Tenía dotes reconocidas de líder: serenidad, valor, destreza, generosidad y resistencia física. Había dejado en sus luchas testimonio de respeto por la población civil.
En La Lindora cambió el rumbo tradicional y transformó la hacienda en un Centro Turístico, llamado “Lagos de Lindora”, donde podrían tener esparcimiento también personas de escasos recursos.
Su hondo sentimiento de servicio social lo movió a ayudar a las víctimas infantiles de la epidemia de poliomielitis de 1954 y cedió en La Lindora un terreno de seis manzanas y media, para construir el Hogar de Rehabilitación que ideó el Doctor Araya Rojas, cuyas instalaciones se inauguraron el 9 de setiembre de 1962, bajo el cuidado de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
Siendo miembro del Partido Liberación Nacional, consideró que no se cumplía con los cambios profundos en que él creía y formó el Partido Acción Socialista que lo llevó de nuevo a la Asamblea Legislativa durante el período de 1970 a 1974.
Sin olvidar a su querida Santa Ana, apoyó de lleno el empeño del comité provisional comprometido en dotar al Cantón de un colegio diurno de enseñanza secundaria. Mantuvo firme su apoyo hasta que se fundó el colegio, que inició lecciones en un pabellón provisional construido de emergencia en el seno de la Escuela Andrés Bello. Aquella obra se comenzó a levantar en octubre de 1971 y en marzo de 1972 comenzó a funcionar allí el Colegio.
Se empeñó luego en que el distrito de Pozos contase con su propio campo de deportes más una casa comunal y donó el terreno necesario; formalizó su ofrecimiento en la sesión municipal del 24 de abril de 1975. La cancha de deportes se inauguró el 8 de diciembre de 1976, en ceremonia que le dio el nombre de “Marcial Aguiluz Orellana” y la placa que se colocó fue develada por su esposa.
Con motivo de la celebración del 75º aniversario de la creación del cantón de Santa Ana, la Municipalidad local lo declaró Hijo Predilecto y en la Sesión especial realizada en la Iglesia Parroquial, el día 29 de agosto de 1982, le fue entregado un diploma junto a otros servidores especiales del cantón.
Don Marcial fue sepultado en Santa Ana el 4 de mayo de 1986, de acuerdo con su voluntad. Hubo una multitud en los funerales del hombre noble, valiente y generoso, firme y simpático, que tanto amó a Costa Rica, a Santa Ana y a la gente más necesitada.
En agosto de 1987, con motivo de la celebración del 80º aniversario del cantón de Santa Ana, se develó el retrato de don Marcial Aguiluz Orellana en el salón municipal en sesión solemne.
En ese momento, Fernando Volio Jiménez, diputado por ese cantón, destacó una vez más el valor y el amor a la libertad que distinguían a su compañero de Asamblea. Asimismo, ofreció un importante testimonio sobre las luchas que libraron juntos.
Placa en el Monumento de los Caídos
en el Parque de Santa María de Dota
A
MARCIAL AGUILUZ ORELLANA
HEROE NACIONAL, COMPAÑERO DE
ACERO Y SONRISA GENEROSA
JOSE FIGUERES FERRER
3 DE MAYO 1987
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