Reseña Biográfica de Alfredo González Flores
1877 – 1962
Don Alfredo González nació en la ciudad de Heredia en el 15 de julio de 1877. Fue el primogénito de un numeroso hogar compuesto por dieciocho hermanos. Sus padres fueron Domingo González Pérez y doña Elemberta Flores Zamora.
Realizó los estudios primarios en las escuelas públicas de su ciudad natal, y los secundarios en el Liceo de Costa Rica de donde se graduó en 1896.
En 1897 ingresó a la Escuela de Derecho, obteniendo el título de Bachiller en Leyes en 1903.
Durante sus años de estudiante en la Escuela de Derecho, se interesó por todas aquellas materias relacionadas de las Ciencias Jurídicas, como la Filosofía del Derecho, Derecho Penal, Civil, Público, Romano, Comercial, entre otras. También se interesó por las Ciencias Económicas y su disciplina científica.
Desde sus primeros años de estudiante en la Escuela de Derecho, Alfredo González comenzó a intervenir en la política costarricense, combatiendo en contra don Rafael Iglesias.
Dedicado al comercio estableció un negocio en el Mercado Central de Heredia, para colaborar con el sostenimiento de su familia.
En 1898 viajó a Inglaterra, con el fin de radicarse en ese país y poner en práctica un proyecto comercial. Su estadía en Londres fue de mucho provecho para su formación intelectual. Le permitió ampliar y mejorar sus conocimientos de la lengua inglesa, la cual resultó de gran provecho durante su permanencia en Estados Unidos.
En 1905 regresa a Costa Rica y toma parte activa en la campaña política contra la candidatura del Lic. Cleto González Víquez. En 1910, fue electo diputado al Congreso para el período 1910-1914, durante la administración del Lic. Ricardo Jiménez Oreamuno.
Fue diputado, Primer Designado a la Presidencia y llamado al ejercicio del poder el 8 de mayo de 1914 por el Congreso, como resultado de un pacto entre las dos agrupaciones políticas con mayor número de votos: el Partido Republicano y el Duranista, porque ninguno de los tres partidos en lucha obtuvo en las elecciones la mayoría absoluta.
Llegó a la presidencia cuando el país atravesaba por momentos difíciles. Gobernó durante la Primera Guerra Mundial lo que trajo graves consecuencias para la situación financiera del Gobierno. Al negarse los bancos a facilitarle crédito, creó el Banco Internacional (hoy Banco Nacional) con poder para emitir moneda. De ahí en adelante el Estado entró a competir con la banca privada. Debido a sus ideas revolucionarias en el campo económico y fiscal, tuvo gran oposición. Más que un administrador, fue reformador.
Durante su administración, fundó la Escuela Normal de Heredia en 1915 y el Banco Internacional de Costa Rica. Creó las Juntas de Crédito Agrícola, que logró el resurgimiento de la vida económica, comercial e industrial del país. Estableció los Almacenes Generales de Depósito, el sistema de Tributación Directa y la Ley del Impuesto de Beneficencia.
Se le considera una autoridad en cuestiones financieras y un gran precursor de la democracia dinámica. Era confiado y por estar tan dedicado a la realización de su obra administrativa, no hizo caso de las advertencias sobre deslealtad de sus colaboradores.
El 27 de enero de 1917, su propio Secretario de Guerra y Marina, Federico Tinoco, se hizo fuerte en los cuarteles y lo derrocó.
Siguió el consejo de sus otros ministros que pensaban en su seguridad personal y abandonó el país con rumbo a Estados Unidos de América, donde vivió tres años.
A finales de 1919 regresó a Costa Rica, e hizo publicar un documento llamado: «Manifiesto a mis conciudadanos».
A partir de ese momento, don Alfredo se apartó completamente de la política, escribiendo en muchas oportunidades artículos, los cuales publicaba en los medios de comunicación.
Posteriormente fue representante de Costa Rica en el exterior, trabajó en beneficio del reconocimiento de los derechos del país en distintos foros internacionales.
En mayo de 1922, contrajo matrimonio con doña Delia Morales Gutiérrez. Ese mismo año representó a Costa Rica como abogado ante Mr. White, el Chief Justice de los Estados Unidos.
Fue fundador y Presidente de la Junta Nacional de Electricidad. Ejerció la Presidencia de la Junta de la Escuela Normal y de la Municipalidad de Heredia.
Su último cargo público fue como presidente de la Junta Directiva del Banco Nacional de Costa Rica en 1936, pero a fines de 1940 se vio obligado a renunciar a su cargo por motivos de salud.
Se le declaró Benemérito de la Patria el 23 de julio de 1954.
Murió en Heredia el 28 de diciembre de 1962, a la edad de 85 años.
El presidente de la República, don Francisco J. Orlich, en las honras fúnebres dice lo siguiente:
“Don Alfredo González Flores forma parte de los inmortales, de aquellos que nunca mueren porque su luminosa huella continuará animando la existencia de Costa Rica. La vida y obra de don Alfredo es uno de los mejores ejemplos que los costarricenses debemos tomar de inspiración”.
Algunos de sus escritos más importantes son:
- Mensajes Presidenciales (1914, 1915, 1916)
- Una conversación con el pueblo (1916)
- Manifiesto a mis compatriotas (1919)
- El petróleo y la Política en Costa Rica (1920)
- Nacionalización de la fuerza eléctrica y creación del Servicio Nacional de Electricidad de Costa Rica (1929)
- La crisis económica de Costa Rica, su origen y proceso (1936).
Algunas de sus obras son:
- Escuela Normal, hoy Universidad Nacional.
- Escuela Braulio Morales.
- El palacio municipal de Heredia y el edificio de Correos y telégrafos de San José, inaugurados entre 1914 y 1916 respectivamente.
Homenajes:
Un parque situado al norte de la ciudad de Heredia, lleva el nombre de “Parque Alfredo González Flores”. Es un reconocimiento de la Municipalidad de Heredia por sus múltiples servicios prestados a la ciudad.
La Directiva del Banco Nacional de Costa Rica, en su edificio central en San José, colocó un busto de don Alfredo y rindió en su honor un homenaje por haber sido el fundador de esa institución.
El Liceo Nocturno de la ciudad de Heredia, lleva su nombre por los múltiples servicios en beneficio de la escuela y la educación costarricense.
El puente sobre el río Virilla en la autopista General Cañas lleva su nombre.
Fue un hombre preocupado también por los ancianos; pues al morir dispuso en su testamento un capital de cinco millones de colones para la fundación de una institución que bautizó como “Hogar para los ancianos”. Esta institución está ubicada en la provincia de Heredia.
Cronología
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Con los periodos más importantes de su vida, con hipervínculos y multimedios (imágenes, audios y videos). Pueden ser entradas anuales, mensuales o diarias, dependiendo del lapso de tiempo o por ser una fecha aproximada. Revisión y edición para la Web de Carlos Revilla.
Galería
La casa posee una importancia especial por haber sido el lugar donde habitó don Alfredo González Flores, expresidente, Benemérito de la patria y herediano de reconocidos méritos.
El inmueble permite recordar la vida y obra de don Alfredo, pero también la historia de la ciudad de Heredia. El inmueble, construido en 1790, ha permanecido durante más de 200 años como testigo del quehacer de generaciones y generaciones de heredianos.
La edificación es parte del patrimonio arquitectónico que brinda identidad a los heredianos, recuerda su pasado y los define como comunidad en el presente.
El siguiente texto está basado en el libro “Alfredo González Flores: Visionario de un cambio para Costa Rica” (Pdf) de Óscar Aguilar Bulgarelli conmemorativo del 140 aniversario de su nacimiento.
Situación Económica
La situación económica del país durante la administración González Flores, será una de las más difíciles de nuestra historia en el presente siglo. Como muy bien lo dice don Tomás Soley Güell en su Historia Monetaria:
“Muy difícil, muy tormentosa, debía ser la administración del Lic. Alfredo González Flores iniciada el 1º de mayo de 1914, tenía que tropezar antes de tres meses con las adversas condiciones creadas por un acontecimiento de la magnitud de la gran guerra… …Todas las naciones se aprestaban a defender su vida material interrumpiendo el libre juego de las transacciones, limitando las actividades económicas o dirigiéndolas en sentido determinado por las necesidades de la guerra… …Se impedía el libre juego de los metales amonedados, nosotros también lo impediríamos. Se decretaba la tasa de los artículos: nosotros también la decretaríamos. Se prohíba la exportación de determinados productos: prohibición pondríamos, también sobre los nuestros. Se declaraba la inconvertibilidad de los billetes, lo propio haríamos nosotros. Se recurría a las emisiones inconvertibles: no nos detendríamos nosotros en ese camino…Se establecían impuestos especiales: a ello recurriría nuestro Fisco”.
Así, la Primera Guerra Mundial, fue la nube que desde el inicio de su administración, trajo a Alfredo González Flores presagios de tormenta. Esta guerra traería desde el primer momento, casi, el cierre de los mercados tradicionales a nuestros productos de exportación, que se sintetizaba prácticamente en el café, que desde el año 1844 se había encarrilado hacia Londres que se había convertido en su principal mercado. Así la administración González Flores, que será pobre en recursos fiscales, tendrá que afrontar un problema tan serio como lo era el cierra del mercado inglés para el café, lo que traía la necesidad de crear nuevas relaciones comerciales con otros países, lo que era imposible hacer en forma rápida, ya que las continuas transacciones entre nuestros exportadores y los importadores ingleses, había creado relaciones comerciales sumamente estrechas.
En el momento de estallar la Guerra Mundial del año 14, el 78 por ciento de las entradas económicas del Estado, dependían de los impuestos aduaneros, que los productos importados debían pagar al Estado. Pero al estallar el conflicto mundial, viene, como hemos dicho, el cierre de los mercados ingleses. Al cerrarse el mercado inglés para nuestro café, se produce la lógica escasez de giros que significaba una casi total imposibilidad de importar una gran cantidad de productos. A esa escasez de giros, hay que agregar otros factores como las leyes restrictivas al comercio internacional implantadas por la mayoría de los países, la falta de transportes, etc., lo que produjo una reducción considerable de las importaciones nacionales y con ello una disminución en las entradas que el Estado percibía por concepto de impuestos aduaneros.
Sin embargo, todas las medidas no eran más que paliativos, remedios caseros que no hacían más que aliviar el dolor transitoriamente, porque, aunque tuvieron resultados positivos, no podían de manera alguna compensar las pérdidas que el Estado sufría a causa de la disminución de las importaciones que para la fecha anteriormente citada del 1º de mayo de 1915, habían marcado una rebaja de un SETENTA POR CIENTO, con relación al año anterior. Alfredo González Flores hará ver desde un principio que una buena parte de la culpa de aquella desastrosa situación fiscal y económica del Estado se debía a los sistemas rentísticos de los cuales éste dependía, ya que eran sistemas “anticuados, irracionales y profundamente inmorales por lo injusto…” Este cambio en el sistema tributario nacional se va a precipitar ante las necesidades del país, el gobierno tendrá que afrontar en el mes de agosto de 1915 una disminución en sus entradas de casi el CINCUENTA POR CIENTO, y esto lo llevará a tomar una serie de medidas económicas tributarias, que vamos a analizar a continuación.
La Gran Reforma Tributaria
En el año 1913, o sea el año anterior al inicio de la administración González Flores, el presupuesto de la nación fue de 9.612.533 colones, y de esa suma, el OCHENTA Y TRES POR CIENTO procedía de impuestos indirectos. Esta situación hará pensar al presidente González Flores, la necesidad de cambiar el sistema tributario en Costa Rica, lo que quedó patente en su mensaje al Congreso el 1º de mayo de 1915 al decir:
“Por medio de las contribuciones indirectas la mayor parte de las cargas públicas agobian al pueblo consumidor, a la masa, a los menos pudientes, a los desheredados de la fortuna. Esto es un axioma universal admitido.
Sin en cambio nos fijamos en los verdaderamente acomodados, en los capitalistas, vemos que ellos pagan impuestos en proporción inversa a sus rentas. Toda ganancia que pase de los gastos necesarios está absolutamente libre de impuestos. El capital que se acumula, los gastos de viaje en el extranjero, se sustraen completamente de la contribución… Pero más desfavorable para el fisco, más injusto para la masa contribuyente aún, es lo que se relaciona con las rentas que a capitalistas residentes en el extranjero producen sus negocios y empresas radicadas aquí.
Estos favorecidos, no viviendo entre nosotros, no pagan nada en el país y, por consiguiente, no contribuyen en nada absolutamente para el sostenimiento de nuestras instituciones y de nuestra administración pública, que son la base y la garantía de sus negocios y, por lo mismo de sus ganancias…”
En otras palabras, el presidente González Flores, se lanza por el duro camino de las reformas tributarias, enfrentándose a una serie de intereses adversos a estas medidas, que como él mismo decía, no había razón alguna para que el sistema tributario costarricense siguiera ceñido a moldes antiguos que reñían con los más elementales preceptos de justicia y de política económica sana dentro de un Estado.
Así, considera que la forma más justa y eficaz de contribución es el impuesto directo sobre lo que cada uno gana, sin tomar en cuenta cual es la fuente que produce esa ganancia. Además, señala el presidente González Flores en el mensaje presidencial antes señalado, que conforme crecen las entradas de un individuo, van paralelas a ese crecimiento nuevas exigencias a los servicios que el Estado debe brindarle, por lo que debe también, colaborar en un grado mayor a solventar los gastos que debe afrontar al gobierno para poder brindar esos servicios.
Una vez justificadas las nuevas medidas, anunció el envío al Congreso de los proyectos para una reforma tributaria completa que comprendía los siguientes aspectos:
Ley sobre la formación del Catastro, que vendría a ser el complemento exigido a la Ley Sobre el Impuesto Territorial que también se crearía. El catastro se considera piedra de toque en este aspecto de la reforma tributaria, ya que sin un estudio catastral, era imposible poder calcular el impuesto territorial. Sin embargo se establece que mientras se organiza este catastro, serán los propietarios los que impondrán el valor a sus tierras, con graves cargos y funestos castigos para aquellos que, valiéndose de la confianza del Estado, no le den a sus propiedades el verdadero valor y luego se les compruebe que han defraudado al Fisco. Este impuesto consistía en un cuatro por ciento sobre el valor total de la propiedad.
Otro de los aspectos que comprendía esta reforma tributaria era la Ley del Impuesto Sobre La Renta, sobre los ingresos los ingresos mayores a 1.200 colones con un impuesto del 1 al 15 por ciento, que iba en aumento hasta llegar a un ingreso de 40.000 colones anuales.
Estas medidas tenían una misión diferente, era una mirada hacia el futuro, es cierto que no solucionarían los efectos desastrosos que el conflicto mundial había producido en nuestro fisco, pero sentarían las bases de un sistema tributario sano y positivo para el país.
El Banco Internacional de Costa Rica
De todas las medidas económicas que se tomaron en la administración del Lic. Alfredo González Flores, la que merece destacarse con especialidad, por la proyección que posteriormente ha tenido, es la creación del Banco Internacional.
El proyecto de creación de un banco del estado, fue expuesto ya por el Lic. González Flores en su primer mensaje al Congreso el 8 de mayo de 1914. En esa oportunidad hizo ver la necesidad de crear una institución que canalizara el crédito agrícola hipotecario, para poder convertir muchos campos improductivos en zonas ricas y prósperas, para dar impulso a la agricultura, base de la riqueza y la economía costarricense. La idea va a empezar a plasmarse en realidad a mediados del año 1914, cuando el Ejecutivo presenta ante el Congreso un proyecto tendiente a la creación del Banco Agrícola Hipotecario.
El gobierno justificó aquel proyecto, argumentando que era difícil para el agricultor conseguir préstamos a intereses que estuvieran acordes a los rendimientos de la tierra, por lo que era imposible que pagara altos interese lo que significaba, a la postre, la paralización de la actividad agrícola.
Pero a este proyecto empezaron a correrle malos vientos, los intereses creados, el temor de la competencia del Estado en un campo que hasta ese momento había sido coto cerrado de la empresa particular, hizo que en el Congreso la Comisión de Hacienda diera un pronunciamiento desfavorable al proyecto, movidos por el prejuicio de que el Estado es un mal administrador y que el fracaso era seguro. Así, la idea del Banco Agrícola Hipotecario murió al nacer.
Pero si esta vez había fracasado, el presidente no iba a rendirse fácilmente. Aprovechando que en el año 1912, el Ejecutivo había autorizado la escritura constitutiva del Banco Internacional de Costa Rica a favor de la Compañía Lindo Brothers, y que éstos, en el año 1914 no habían realizado la apertura de aquella institución, va a valerse de este hecho para fundar el banco del Estado.
Los señores Lindo no estaban ya interesados en la apertura del Banco Internacional, a causa del estallido de la guerra, pero los billetes que emitiría este banco ya estaban en el país. En vista de esto el gobierno logró que se aprobara la creación de un banco de emergencia, que aprovecharía los billetes del Banco Internacional.
¿Por qué se le dio al Banco Internacional el carácter de un banco de emergencia? El gobierno, muy hábilmente, hizo ver la necesidad que tenía de un empréstito de un millón y medio de colones, cantidad que fue solicitada a los bancos particulares, pero por supuesto, al gobierno no le satisficieron las ofertas de estos bancos establecidos en el país en ese momento.
Por esto el Ejecutivo fue autorizado para crear un banco emisor con carácter de emergencia. Esta institución llevará el nombre de Banco Internacional y estaba autorizado a emitir papel moneda por un valor de cuatro millones de colones, que serían garantizados con los llamados Bonos del Tesoro. De estos cuatro millones, para realizar pequeños préstamos a los agricultores, a un interés del 12 por ciento anual, con el fin de solucionar el conflicto que había causado la guerra, por la falta de financiación a los agricultores.
El presidente González Flores logró su propósito de fundar una institución bancaria del estado, que viniera a competir con las casas particulares que operaban en el país. Una vez establecido el Banco Internacional, en el año 1916 va a pretender convertir al Banco Internacional en un Banco Nacional, como único banco emisor y con el fin de rebajar los intereses en los empréstitos, ya que consideró que el doce por ciento anual era sumamente alto, lo que traía una carestía de la vida en el país, cuando estos empréstitos se realizaban, que el interés ideal era el de cinco por ciento anual.
Sin embargo esta idea de convertir al Banco Internacional en el único banco emisor se a plasmar en realidad hasta años más tarde cuando en el año 1922, durante el gobierno de don Julio Acosta se dispuso que los bancos particulares quedaban excluidos de la importante labor emisora.
Con relación al pago y los salarios de los empleados públicos, la situación fiscal llegó a un extremo tal de crisis, que el gobierno tuvo que adoptar la medida de dividir los salarios de los servidores del Estado en dos partes, una por el valor de dos tercios del sueldo nominal, que sería pagadera cada fin de mes, y una tercera parte sería retenida, con el fin de aliviar la situación económica del erario público. Esta tercera parte sería pagada más adelante cuando la economía del gobierno se normalizara, mientras tanto, estas “tercerillas” como las llamó el pueblo, recibirían el uno por ciento mensual de interés.
Como puede verse fueron muchas las medidas que en el campo económico realizó el gobierno del Lic. Alfredo González Flores con el fin de nivelar la barca gubernativa que parecía se iba a pique. Es indudable que el presidente González Flores tuvo la visión en este caso de un verdadero estadista, ya que no quiso remediar los fiscales del país provisionalmente, sino dar una serie de medidas que vinieran a resolver el problema en forma definitiva, con instituciones tales como el Banco Internacional y la implantación de impuestos directos como el de la renta y el territorial. Sin embargo, la incomprensión a tan sanas medidas económicas, impidieron que éstas pudieran desarrollarse y dar los buenos frutos que se vislumbraban para el país, ya que de todas ellas, una vez efectuado el golpe de Estado que derrocará al gobierno de González Flores, sólo el Banco Internacional permanecerá como Institución estable y permanente hasta nuestros días.
La Política Educativa del Gobierno de González Flores
En este gobierno, la educación jugará un papel de gran importancia. No sólo se interesará por procurarle al individuo una capacitación para el éxito en la vida, pues el gobierno consideraba que se necesitaban hombres que lucharan por el progreso de la nación y de ciudadanos que supieran defender sus derechos y su libertad.
En este sentido una de las grandes preocupaciones del gobierno, fue la apertura de Colegios Vocacionales, por lo que pretende abrir instituciones que se dedicaran a la enseñanza de las Artes Industriales y de conceptos básicos de agricultura.
Sin embargo la realización más importante en el campo educativo, es la apertura de la Escuela Normal de Heredia, para lo que contó con el decisivo apoyo de su hermano don Luis Felipe, a cargo de la Secretaría de Instrucción Pública. La idea original fue la de abrir el Instituto Pedagógico Centro Americano, cuya creación había sido acordada en la convención de San Salvador el 2 de febrero de 1910 y ratificado posteriormente por los gobiernos de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Para esto separó del Liceo de Costa Rica la Sección Normal que venía funcionando en él y estableció con base en ella la Escuela Normal de Heredia. Al referirse a esta obra, el Lic. Alfredo González Flores dijo:
Un bien meditado plan de estudios y una perfecta organización escolar no podrán ser nunca la sola base de éxito en materia docente, si los encargados de dar vida a los programas y de evolucionar dentro del marco de los reglamentos oficiales, no poseen la preparación universal que requiere la enseñanza moderna y esa feliz iniciativa que les permitirá más tarde constituirse en mentores ilustrados de las jóvenes inteligencias que el Estado les confía para su modelación…
“Estos favorecidos, no viviendo entre nosotros, no pagan nada en el país y, por consiguiente, no contribuyen en nada absolutamente para el sostenimiento de nuestras instituciones y de nuestra administración pública, que son la base y la garantía de sus negocios y, por lo mismo de sus ganancias…”
En otras palabras, el presidente González Flores, se lanza por el duro camino de las reformas tributarias, enfrentándose a una serie de intereses adversos a estas medidas, que como él mismo decía, no había razón alguna para que el sistema tributario costarricense siguiera ceñido a moldes antiguos que reñían con los más elementales preceptos de justicia y de política económica sana dentro de un Estado.
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