Un mural para nuestra nación

Un mural para nuestra nación

 

Un mural para nuestra nación
“La Segunda República”

Resumido de un artículo de Gustavo Naranjo Chacón
publicado en La Prensa Libre

Durante años sus próceres y sus habitantes despidieron con silencio a los viajeros; y con igual e inescrutable actitud los recibieron en el seno de la patria que ayudaron a levantar.

Se trata nada menos que de los seres que pueblan «La Segunda República», el gigantesco mural que durante años adornó uno de los salones del aeropuerto Juan Santamaría, y que acaba de salir de las hábiles manos del restaurador Gerardo Hidalgo.

Realizada por encargo de la Dirección General de Aviación Civil (su actual propietario), el conjunto de 13,18 metros de largo por 4,4 metros de alto fue realizado por el creativo italiano Lucio Ranucci, quien radicó en Costa Rica durante la década de los años 50.

En total son casi 60 metros cuadrados que capturan, en el mejor estilo muralista inspirado por la obra del mexicano Diego Rivera, la historia de nuestro país, desde la Conquista y la Colonia, hasta la fundación de la II República en 1948.

Su lectura, que se realiza de izquierda a derecha, nos enfrenta con el educador Mauro Fernandéz, responsable de la reforma educativa de 1886, entronizado y velando sobre un escolar y una pareja de universitarios, con el paraninfo de la antigua Universidad de Costa Rica al fondo.

A ellos les sigue el progreso, en la forma de obra pública, representado por agrimensores y topógrafos; seguidos por una alusión a la Guerra de 1948, los próceres de la Campaña Nacional de 1856 y la imagen de Juan Vázquez de Coronado, gobernador y pacificador de Costa Rica durante la Colonia.

Complementan al final el conjunto un grupo de agricultores, cuyo énfasis muestra las principales -y hasta hace algunos años tradicionales- productos agrícolas del país: el café y el banano.

Sus figuras, cuyos colores en lugar de contrastarse parecen fundirse con el paisaje, con cadencia y equilibrio, son típicas del muralismo, monumental forma de arte que floreció en América Latina -y con peculiar fuerza en México- entre las décadas de 1920 y 1940.

Después de estar guardado por varios años en las bodegas del Museo de Arte Costarricense, en la actualidad el mural está en el nuevo Centro Nacional de Convenciones, donde puede ser admirado por todos.

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