Una gallada de don Pepe Figueres
Canuto Ocaña Maza
La prensa dio a conocer como en Costa Rica, nación pequeña, con poca fuerza de seguridad, y ahora con los problemas de la Embajada rusa en su territorio, le marcó el alto a uno de los escándalos de los secuestradores de aviones que, en todo el mundo, comenzando por Estados Unidos, toleran y aceptan tales actos sin poner nada para evitarlos. Don Pepe Figueres, con quien en muchas ocasiones no hemos estado de acuerdo en su modo de actuar, cosa que a él le ha importado muy poco, se amarró los pantalones catalanes y dio muestras de poseer unos adminículos más endurecidos que aquellos que se estrenaron en San Isidro del General hace ya muchos años.
En efecto, unos piratas aéreos se apoderaron de un avión de la empresa de aviación nicaragüense y al dirigirse hacia Cuba, notaron que no había combustible suficiente e hicieron escala en San José, mejor dicho, en el aeropuerto internacional de Costa Rica, y exigieron gasolina abundante para el viaje a La Habana.
Amenazaron a los empleados de muerte, pero estos dieron largas al asunto y mientras tanto, don Pepe Figueres, que estaba en una función de no recordamos que inauguración, fue en persona a ordenar que se impidiera aquel acto. Y ordenó echar «reata» si se oponían los secuestradores a entregarse. Pero como estos lo hicieron, allá van las balas y dieron muerte a uno y detuvieron a los otros dos…
Pues por este acto, don José Figueres Ferrer merece una felicitación del mundo acobardado que tolera estas actividades de grupos minoritarios demagógicos. Los ticos, aunque no se nos crea, cuando dicen a ser amargos, lo son hasta la temeridad. Por ejemplo, en Guatemala no se atrevieron a perseguir a Morazán cuando lo derrotó Carrera en la ciudad capital; en cambio, dos años después, en San José de Costa Rica, al vencerlo, lo persiguieron, lo capturaron, lo juzgaron sumariamente y lo fusilaron juntamente con Villaseñor, el que le había entregado la fuerza que Carrillo pusiera en sus manos para defender al gobierno. También nos recuerda el hecho de que, cuando unos bandoleros asaltaron el negocio de un señor González Lahman, y le dieron muerte, los particulares prestaron su concurso a la policía que pronto capturó a unos muchachos de apellido Zequeira, a los cuales fusilaron.
Es decir, que los ticos tienen, cuando es necesario demostrarlo, más resolución que los ciudadanos de los países pletóricos de autoridad, de policía, de ejército, de organismos de represión etc. etc. Este caso señalado lo demuestra: todos los países, en cuenta los poderosos Estados Unidos y otros muchos, sabiendo que la táctica de los secuestros es una maniobra estudiada por las fuerzas marxistas, aguantan los palos y toleran a los actores. Es decir, que por adelantado se defienden de una agresión posible. Lástima que a Guatemala no le hayan secuestrado la Papaya Voladora, apellidos dados por don Ramón Blanco y Castañeda a la mejor unidad de nuestra Aviateca menopaúsica, porque de habérsela robado los piratas aéreos era conveniente regalárselas…
Bueno, pues, nuestro objeto, es señalar a don Pepe Figueres como gobernante de pelo en pecho, aunque al cónsul de Costa Rica en Guatemala, no cuadre eso del pelo en pecho de las mujeres ticas. De no haber procedido como procedió el presidente de Costa Rica, los pasajeros de tal avión estarían ahora sufriendo en La Habana, y el general Somoza abatido por la bofetada dada en su divino rostro, ya que no podría exigir la devolución con la amenaza de una guerra, porque al decir de los técnicos, Cuba, bajo Fidel, está más armada que los propios Estados Unidos y más resuelta que muchos para desatar sobre nuestro continente la más dura de las guerras. Y pensar que a lo mejor resulta un puro bluff de los cubanitos: y si se toparan con un Pepe Figueres más militarista, seguramente se desinflarían al pincharlos con una expresión que dijera, más o menos: Bueno Fidelito, deja de hablar y echa reata o te barremos a vos de ese pedestal de cobardía que te has levantado…
Y, por lo demás, solo cabe señalar esta gallada de don Pepe a los demás gobernantes que se mean ante los gritos de Fidel y de los piratas aéreos. Ojalá se hiciera la unión de Centroamérica, para votar para presidente de la gran patria, por un hombre de huevos, como don José Figueres Ferrer…
Artículo publicado en un periódico de Guatemala
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