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Revista Surco

Jóvenes intelectuales fundaron el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales (CEPN) en los años 40 del siglo pasado, con el propósito de estudiar e investigar la realidad del país y de ofrecer soluciones prácticas a la convulsa Costa Rica de aquellos días. Es así como nace la revista Surco en agosto de 1940, cuando Rodrigo Facio Brenes expuso la necesidad de divulgar, a través de un medio informativo, las ideas que este grupo de jóvenes intelectuales le proponían al país.

Revista Surco

DE SETIEMBRE DE 1940 A JUNIO DE 1945

publicación mensual del
CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS NACIONALES

Todos los números de la revista en formato Pdf

Revista Surco

De Año I, setiembre 1940 a Año II, setiembre 1941 No. 16 (Surco-000.pdf, 43 Mb)

De Año II, setiembre 1941 No. 16 a Año III, enero 1943 No. 31 (Surco-001.pdf, 61 Mb)

De Año III, enero 1943 a Año IV, octubre 1943 No. 40 (Surco-002.pdf, 91 Mb)

De Año IV, noviembre 1943 No. 41 a Año IV, mayo-junio 1944 No. 44 (Surco-003, 48 Mb

De año IV, julio 1944 No. 48 a Año V, julio 1945 No. 53 (Surco-004, 40 Mb)

Gracias a Cenecoop por compartir la colección completa.

Una temática reiterada en las ediciones de la revista Surco fue el cooperativismo; en estas, se plasmó el ideario y la posterior consolidación del sector cooperativo en Costa Rica. El siguiente trabajo analiza el tema cooperativo durante los cinco años de publicación de la revista.

Antecedentes ideológicos del movimiento cooperativo en Costa Rica


 

Surco

Portada del primer ejemplar que circuló de esta revista el 15 de setiembre de 1940

Como nació «Surco»

Datos para la historia del movimiento centrista

El Cronista X

Tomado de Surco No. 39 de Setiembre de 1943

Funcionaba en la ciudad de San Ramón, en el año 1940, un «Centro Cultural San Ramonense», bajo la dirección y el entusiasmo de Bertalía Rodríguez, directora de la Escuela Jorge Washington de la localidad. Una noche por semana en los amplios salones de dicha Escuela, congregábanse un nutrido grupo de personas -jóvenes y viejos, hombres y mujeres, pertenecientes a todas las profesiones y los oficios y de todas las condiciones sociales- a escuchar un poco de música, poesía, y una charla de carácter cultural.

Una noche del mes de agosto correspondióle a nuestro compañero Rodrigo Facio, gentilmente invitado por el grupo, hacer la conversación semanal. Facio quedó agradablemente sorprendido: el auditorio pasaba de las 300 personas, y se le informó que alrededor de ese número variaba siempre la concurrencia a tales actos. En San José, con su extensa población, su universidad, sus diversos sectores estudiantiles, apenas sí podía interesarse a un grupo reducido en esa clase de actividades, y ello por un corto tiempo. ¿Cómo en San Ramón?… La herencia de la inquietud espiritual de don Julián Volio, era la explicación que daban los directores del «Centro Cultural».

Pues había que aprovechar esa herencia, ese ambiente despierto a la acción cívica y cultural. La forma: fundar una revista; la idea fue del profesor Brenes Mesén, a cuyas charlas literarias asistía un grupo de centristas: Gabriel Dengo, Hernán González, otros más, y en una de las cuales Facio manifestó su sorpresa y su entusiasmo por el espíritu que existía entre la gente de San Ramón. La idea encontró buena acogida en el grupo; fue consultada -respuesta favorable- a Bertalía Rodríguez y compañeros; cuajó pronto en un plan de financiación concreto; encontró -después de unas cuantas discusiones- su nombre: «SURCO», señalado por Isacc Felipe Azofeifa.

Pero aunque todos los que aquí, en San José, planeaban y organizaban la revista, eran centristas, el Centro no tenía intervención oficial en el asunto: en su seno se había discutido varias veces la fundación de un órgano de publicidad y aunque naturalmente todos estaban de acuerdo en su importancia y su necesidad para un grupo que tenía un mensaje que darle al país, hasta la hora había privado la idea de que el asunto debía posponerse unos meses más.

Primera página del primer número del Cuaderno Quincenal de Cultura Surco

Así «SURCO» en un principio fue sólo un «cuaderno quincenal de cultura», que se editaba en una imprenta ramonense, y cuya dirección y administración estaba repartida entre los grupos de San Ramón y San José. Su número uno vio la luz el 15 de setiembre de 1940; tenía una apariencia modesta, poco atractiva para el lector y para el anunciante; 16 páginas de texto y un tiraje de 250 ejemplares; era de tendencia esencialmente literaria, si bien la colaboración centrista se encargaba de colar el artículo político, económico y social.

El número uno de «SURCO» produjo una emoción en el centro: ¡era el resultado del esfuerzo de un grupo de compañeros!, ¡de allí podía salir el órgano de publicidad que cada día se hacía más imprescindible! Pero el momento era hacer brotar los laureles y no de dormir sobre los que no existían: había que buscar anuncios, conseguir suscripciones, planear las siguientes entregas, hacer propaganda, conseguir colaboración y ayuda financiera. Y la tarea era dura.

Cuando en la Escuela de Derecho se pretendió colocar suscripciones anuales, el escepticismo y el choteo ambientes, pidieron garantía de que siquiera el número dos vería la luz; cuando se pretendió conseguir anuncios, algún comerciante hizo notar que la revista parecía, por su inconsistencia y su delgadez física, más que revista un anuncio de teatro…

Pero estaba detrás de la tarea un grupo ambicioso y organizado, con el espíritu conquistador de las nuevas generaciones que quieren construir y saben que pueden hacerlo, y …el número dos salió a su hora, y el 3 y el 4… y el 39 también…

A poco, nuevos obstáculos surgieron: perdieron interés en la faena algunos de los amigos ramonenses; los que quedaron consideraron muy pesada la tarea para ellos, y se habló de clausurar la revista. El grupo josefino rechazó la idea y llevó al Centro el asunto: la situación era difícil: pocos anuncios, fondos escasísimos, 52 suscriptores en total después de haberse publicado 8 números. Sin embargo, por unanimidad -y como para dar y darse una lección de constancia en las labores que se emprenden- el Centro, en una sesión celebrada en el mes de enero de 1941, acordó hacerse cargo de SURCO, convertirlo en su órgano oficial, reorganizar las finanzas y la dirección, y proseguir adelante.

En febrero siguiente -ahora tirado en una imprenta josefina- salió SURCO número 9, «órgano del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales», con 500 ejemplares. Y siguió la lucha, ahora mejor organizada con más claros propósitos, con mayor espíritu centrista.

Hoy, SURCO ha publicado 39 entregas se paga a sí mismo con sus anuncios y suscripciones, tiene más de 36 páginas, mejor presentación, 600 suscriptores, un tiraje que varía de 1.600 a 2.000 ejemplares, circula por todo el país y ha conseguido un éxito indudable como factor de la opinión pública.

Pero el grupo que edita no está satisfecho aún ni lo estará nunca tampoco, que para las nuevas generaciones costarricenses la satisfacción no está en alcanzar una meta determinada, sino en la constante persecución de nuevas metas y mejores objetivos.

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