El Gobierno de la conciliación nacional en Costa Rica (1958-1962)

Rituales de inclusión

Por rituales de inclusión, se entiende, todas las acciones realizadas durante el gobierno de Echandi con el propósito de reconocer, públicamente, que los derechos de los vencidos de la Guerra Civil de 1948 fueron violentados, producto de la característica persecución política de la posguerra costarricense. Así como el objetivo de restablecer su condición de sujetos políticos e implementar medidas de compensación. Dichas acciones pudieron ser de tipo legal o simbólico y permitieron la recuperación paulatina de derechos y de espacios. Además, dichas medidas se llevaron a cabo en algunos casos por iniciativa del gobierno y en otros, de la sociedad civil. De esta forma, los rituales de inclusión son considerados parte de los rituales políticos de conciliación.

Una de las primeras acciones realizadas por el gobierno de facto de La Junta, fue la colocación del retrato de León Cortés en la oficina de Figueres en la Casa Presidencial, lo que puede interpretarse como una forma de legitimación, al representar una continuidad entre ambos caudillos, es decir, una especie de herencia. A su vez, el retrato de Calderón fue guardado. Este acto de sustitución de retratos era, asimismo, un acto simbólico de sustitución del poder. Teniendo esto presente, al iniciar el gobierno de Echandi, el diputado Rojas Tenorio de la provincia de Guanacaste, propuso colocar el retrato de Teodoro Picado en la galería de retratos de exmandatarios, explicando que sería un gesto de cordialidad y «no tenía matices políticos y menos tendía a romper la armonía y el buen propósito de esta cámara de alejarse de la política…».65

La propuesta generó una serie de opiniones valiosas de recuperar como muestra de la reflexión que se gestaba en torno a la conciliación nacional. En primer lugar, Montero Padilla, presidente de Asamblea Legislativa, hizo «un llamamiento a la cordura y al sentimiento de confraternidad entre los costarricenses, que se verán robustecidos con estos gestos que significan que, si algunos errores pudo haber cometido el licenciado Picado en el ejercicio del poder, estos han quedado olvidados». Por su parte, el diputado Luis Alberto Monge señaló: «estamos frente a la patriótica necesidad de sanar heridas» y el diputado Hernán Garrón aseguró: «el país desea la paz y armonía entre los costarricenses y que desaparezcan los odios. Hay que superar esas pasiones y los del Liberación lo estamos haciendo, en servicio del país». Mientras que el diputado Fabio Fournier afirmó: «Lo he visto sufrir el calvario de su expatriación y de sus enfermedades y no puedo olvidar al brillante profesor y escritor para quien en todo momento he guardado el afecto y el respeto más profundos».66

Finalmente, se realizó una votación y la propuesta de colocar el retrato de Picado en la galería de expresidentes obtuvo cuarenta votos a favor y cuatro en contra. A pesar de ser un acto simbólico, a lo interno de la Asamblea Legislativa da cuenta de la forma en que estaban transformándose las relaciones políticas y en general, la memoria sobre la Guerra Civil de 1948. Los enemigos empezaban a coincidir en que la conciliación nacional era necesaria para restaurar el tejido social, de esta manera, la equiparación de las violencias ejercidas por ambos bandos era el camino que llevaría al olvido. Para que las elecciones fueran consideradas el único mecanismo de acceso al poder debía existir, primero, una renuncia a la violencia, aunque esto último solo podía ocurrir mediante el perdón oficial.

Compartir esto:

Comentarios Facebook

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa cookies. Conozca más acerca de las cookies de este sitio.