Recuperando derechos y espacios
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Durante la posguerra costarricense, los perdedores de la Guerra Civil fueron excluidos de diversos espacios, como fue de la contienda político-electoral y se les limitó el acceso a los medios de comunicación. Por lo anterior, el cambio más evidente se dio en las elecciones de 1958. Después de diez años los calderonistas volvieron a ocupar diputaciones. No obstante, los comunistas continuaron excluidos de la lucha electoral hasta 1975. Ahora, con el inicio del gobierno de Echandi hubo una mayor tolerancia con respecto al acceso al ámbito público, a las calles, la prensa y la radio. Pues durante el período de La Junta, así como los gobiernos de Ulate y, posteriormente de Figueres hubo políticas de censura y violación a la libertad de expresión. Por ejemplo, en 1951 Mora denunciaba «Todas las puertas de la prensa nacional están cerradas para un sector de la ciudadanía al cual pertenezco yo…».67 Asimismo, en 1954 a Mora se le prohibió dar un discurso radial, por lo cual interpuso un Recurso de Amparo sin tener éxito.68
Esta situación de exclusión se vería claramente modificada en julio de 1958. Como se muestra en el siguiente discurso del diputado Sotela, propietario de la Radio Atenea, por petición expresa de Echandi, dicha estación radial le cedería el espacio a Mora para que diera un discurso, detallando lo siguiente:
pese a la afirmación que personalmente hiciera el Lic. Echandi Jiménez de que él asume la responsabilidad de esta transmisión al solicitar el espacio, quiero relevar al señor Presidente la gentileza que tuvo al hacernos esas manifestaciones, y nosotros en la radioemisora, queremos endosarnos la responsabilidad que esto implica, por cuanto sin ser amigos ni enemigos del señor Mora Valverde […] tiene derecho a ocupar esta misma tribuna que tantas veces ha levantado su voz para darle más fuertes raíces a la libertad de expresión y pensamiento.69
Esta petición de Echandi no es una muestra de particular simpatía por los comunistas, por el contrario, él era un acérrimo anticomunista, como lo muestra su participación en el acto inaugural del 1º Congreso Regional Anticomunista Centroamericano realizado el 28 de enero de 1959 en San José. Este evento fue convocado por la Federación Anticomunista Centroamericana (FAC).70 Por lo anterior, pareciera que Echandi no quiso violentar la libertad de expresión de ningún sector, así se establece en la siguiente declaración:
Para que hable un ciudadano por la radio, no necesita permiso oficial […] En esto de que los ciudadanos digan lo que piensan, es preferible que se excedan, que limitarles la libertad de dar a conocer sus pensamientos, buenos o malos, que al fin, son responsabilidad exclusiva de quienes los expongan […] Sabe él que vivimos en un régimen de opinión pública, que no es el mismo, afortunadamente, que el de los regímenes que suele defender con calor…71
En este punto, cabe preguntarse por qué se le presta tanta importancia a que Mora emita un discurso en la radio, al punto de que Echandi se haga públicamente responsable por las implicaciones de este acto. El discurso radial de Mora significó una ruptura de la cotidianidad, es decir, no era frecuente la participación de los comunistas en la radio o al menos, era de conocimiento popular que en los gobiernos anteriores habían sufrido restricciones. Por lo anterior, se podría plantear que durante el gobierno de Echandi los comunistas recuperaron de forma plena el derecho a la libertad de expresión, pues el Ejecutivo podía, como en otros períodos lo había hecho, solicitar previamente el discurso de Mora, sin embargo no lo hizo.
Sobre la forma como Echandi fue visto por los comunistas, destaca una interesante resolución del Comité Nacional del PVP. En ella se hacía un análisis del gobierno de Echandi en los siguientes términos:
[…] puede caracterizarse como un gobierno de tendencia centrista […] aunque mantiene a nuestro partido en la semilegalidad, no se afana en perseguirlo […] El Gobierno del señor Echandi ha sido respetuoso de la libertad de prensa y sindical y no se ha querido prestar a las maniobras antidemocráticas que se han realizado a través de los llamados Congresos Anti-comunistas.72Los vencidos también tuvieron limitado su acceso a los espacios públicos; se les prohibió realizar manifestaciones, marchas o discursos. Los vencedores monopolizaron el ámbito público y relegaron a sus enemigos al ámbito privado, el cual, además, era constantemente intervenido por la policía. En el gobierno de Echandi empezaba a modificarse esa situación, pero algunos sectores desaprobaron los cambios. Por ejemplo, en un Editorial del periódico La Hora, propiedad de Ulate, se acusaba al Ministro de Gobernación de haber permitido una manifestación de comunistas el 15 de setiembre de 1958, esto a pesar de que la actividad había sido oficialmente convocada por la Federación de Juntas Progresistas. Además, se decía que habían improvisado una tribuna a las puertas de la casa presidencial donde, al igual que Mora, Echandi había dado un discurso. Este acto público fue caracterizado de «alarmante debilidad» del gobierno.73 Para Echandi dicho permiso se había concedido «porque no se justifica que precisamente el día de la Independencia y la Libertad en Costa Rica, se coartara el derecho de desfilar a los ciudadanos […] Sí me complació mucho que los costarricenses llegaran hasta la Casa Presidencial, porque ellos tenían la certeza de que no los iba a recibir con tiros».74
Como parte de las actividades programadas el 15 de septiembre de 1958, en el Parque Morazán se inauguró el Monumento a los Héroes, también llamado Monumento al Soldado Desconocido, homenaje realizado por las escuelas y colegios de Costa Rica y dirigido por Estela Quesada75, Ministra de Educación, (Ver Imagen 2). En la prensa se señaló que dicho monumento era un «recuerdo de cuantos cayeron a través de los años en los distintos campos de batalla…».76 Este acto es parte de los rituales de inclusión, pues el anonimato se convierte en una conmemoración al costarricense, un homenaje cívico y no político que convocaba a todas las tendencias políticas.
Imagen 2. Placa conmemorativa
Otra de las formas como fueron violentados los derechos de los vencidos, especialmente de los comunistas, fue mediante la intervención de su correspondencia y el frecuente decomiso de material considerado propaganda comunista. En octubre de 1958, la prensa informó sobre un caso donde se demostraba que esta situación continuaba durante el gobierno de Echandi, se trataba de un decomiso de material realizado a Nydia Sáenz Ruiz, el cual había llegado por mar después de que ella había viajado «tras la Cortina de Hierro», y supuestamente, sería utilizado para el adoctrinamiento de niños y jóvenes.77 Asimismo, en marzo de 1959, un comunicado dirigido a los Administradores de Aduanas les recordaba que, según el decreto N°37 de 1954, se prohibía la importación y circulación de todo material de ideología comunista, por lo que se ordenaba su desalmacenaje y ponerse en comunicación con el Ministro de Gobernación. Además, se mencionaba que, según un informe del Jefe del Servicio de Inteligencia, en los últimos meses, el Partido Comunista había tenido gran actividad introduciendo propaganda de la Unión Soviética, por lo que se habían realizado decomisos en el correo, el aeropuerto y las aduanas.78
A pesar de lo descrito anteriormente, en diciembre de 1959 se registra un cambio significativo. Arnoldo Ferreto, Antonio Acosta y Gladys Sáenz habían sufrido el decomiso de material traído luego de un viaje a China. Al respecto, el Ministro de Gobernación, le dirigió una carta al Director General de Detectives donde le indicó:
He meditado muy detenidamente sobre el camino a tomar en este caso y sobre la interpretación que debe darse al Decreto Ejecutivo Nº 37 de 21 de julio del año 54, decidiéndome por lo que me parece saludable y conveniente para los intereses democráticos de la república: devolver a sus propietarios las pertenencias que les fueron decomisadas, tan pronto como se presenten a reclamarlas.79
La justificación del Ministro era que en cualquiera de las librerías del país se encontraban libros marxistas, por lo que no tenía sentido el decomiso. Es importante mencionar que Vargas Gené había sido de los periodistas heridos en un ataque aéreo en el territorio de la Casona de Santa Rosa, en la provincia de Guanacaste, mientras cubría la invasión de 1955 junto con su hermano Jorge Vargas Gené, ambos corresponsales de La Nación. Como consecuencia de las heridas, este último falleció. Por ende, el Ministro también había sido víctima de la violencia política de la posguerra sin estar directamente vinculado con ninguno de los bandos enfrentados. Sobre las declaraciones de Vargas Gené en el semanario Adelante se publicó el siguiente comentario:
El Gobierno de la República ha dado un paso más hacia la restitución de los derechos democráticos de nuestro pueblo. Primero restableció el derecho de reunión y de expresión para todos. Ahora ha restablecido el derecho de leer, que es parte fundamental del derecho de pensar […] vuelve Costa Rica por los fueros de sus mejores tradiciones.80
La cita anterior es importante porque confirma cambios con respecto al acceso a derechos que habían sido restringidos antes del gobierno de Echandi. Hubo variantes como la libertad de expresión, de reunión, el acceso a medios de comunicación y la libertad de pensamiento. Además, estas permutas estaban favoreciendo principalmente a los comunistas, los más afectados por la persecución y represión ejercida por los vencedores. Sin embargo, no se hicieron esperar los reclamos hacia el Ministro de Gobernación, como fue el caso de Gabriela Stein de Guzmán, presidenta de la agrupación anticomunista llamada Acción Femenina Cristiana (AFC), quien le dirigió una carta en junio de 1961 cuestionando por qué en Costa Rica se permitía la publicación y libre circulación de propaganda comunista y periódicos como Adelante, El Sol y Sinjua.81
Ahora, es necesario señalar que los mecanismos de control del Estado sobre los comunistas se reactivaron con motivo del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, así como por la huelga por el aguinaldo en las zonas bananeras, por señalar un ejemplo, algunos detectives le prohibieron a Carlos Luis Fallas abordar un vuelo hacia Golfito en enero de 1960 su respuesta fue plantear un recurso de hábeas corpus.82 Además, en el gobierno de Francisco Orlich, la inspección y el decomiso de material considerado comunista retomaron fuerza
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