Relación con la Asamblea Legislativa
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Al inicio del gobierno de Echandi hubo un claro intento por evitar los enfrentamientos políticos, como parte del compromiso que diversas tendencias habían asumido con la conciliación nacional. No obstante, una pequeña fracción dentro de la Asamblea Legislativa representada por José Cordero Croceri, José Vega Rojas y Roberto Losilla Gamboa empezó a cuestionar al gobierno de Echandi, asegurando que se escudaba en la tesis de conciliación nacional para restringir el derecho de la oposición a criticarlo:
Nuestro objetivo era desenmascarar lo que se ha dado en llamar «conciliación nacional», a la que, todos los altos funcionarios del actual régimen recurren en forma constante. Esto lo vemos corrientemente en los debates en la actual Cámara Legislativa. Los diputados gobiernistas para refutar a un representante de otra fracción que hace una crítica al Gobierno, a falta de argumentos, le acusan de poner en peligro la tesis de «conciliación nacional».24
En agosto de 1958, se informó en la prensa sobre una reunión que tendría Echandi con el presidente de la Asamblea Legislativa, Álvaro Montero Padilla, pues parecía existir un ambiente de tensión entre ambos poderes.25 Además, participaron algunos diputados como Frank Marshall,26 con quien Montero hizo «remembranza de nuestros años de colegio donde juntos habíamos convivido años inolvidables en el Liceo de Costa Rica […] para ir aflojando la tensión que en ese momento prevalecía, por lo menos ante el país, entre los dos Poderes».27 En una segunda reunión, se consideró indexar una comisión de diputados de todos los partidos, su responsabilidad era velar por el alejamiento de los temas que podían avivar las pasiones políticas. No obstante, el diputado Enrique Obregón Valverde se opuso tras señalar que la tesis de conciliación era un vacío epistemológico por parte de quienes habían llegado al gobierno y no podían liderar por ellos mismos.28 En respuesta, el diputado Fernando Lara Bustamante aseguró que la tesis de conciliación nacional:
[…] respondió a un anhelo nacional, de casi todos los partidos, pues todos en su propaganda, ofrecían esforzarse en lograr la unidad de la familia costarricense […] no significa incapacidad para gobernar, ni menos desorientación concreta y definida hacia una meta de bien público; acabar con las hondas divisiones y con las pasiones políticas.29Por su parte, Ángela Acuña, fundadora de la Liga Feminista en Costa Rica, también aprovechó el debate generado en la Asamblea Legislativa para convocar a la unidad nacional, diciendo: «Aprovechemos la era de paz que se ofrece a manos llenas […] Unámonos en el afán de engrandecer la tierra de nuestros mayores, en la acción civilizatoria de olvidar rencillas y desterrar caprichos». Además, se refirió a Echandi como un «noble visionario que se esfuerza, sin ambiciones personales, ni codicia alguna, en señalar una nueva era para Costa Rica».30 Finalmente, en declaraciones de Echandi se identificó a Francisco Orlich, Bolmarcich31 como el mayor oponente de la conciliación y la paz en el país debido a su renuncia al diálogo:
Jamás imaginé que tan hábil y distinguido político optara por dar al país la evidencia de que a él no le interesa la paz de la república, ni le preocupa llegar a la armonía deseada entre las distintas tendencias para bien de la patria […] continuaré haciendo cuantos esfuerzos estén a mi alcance por lograr la armonía de todas las fracciones políticas […] Juzguen los costarricenses los hechos en la seguridad de que nada me detendrá en mi afán de lograr para ellos la paz en que creo y la armonía que, por tenérselas prometidas, merece mis mayores esfuerzos.32
La promesa de campaña de Echandi de trabajar por la conciliación nacional tenía el apoyo, en primer lugar, de un amplio sector de la sociedad que había decidido votar por él, como una forma de manifestar su deseo de que acabara la fragmentación producto de la división política y la Guerra Civil de 1948 y segundo, por un sector del Poder Legislativo que pertenecía a otros partidos políticos, pero había acordado que Echandi fuera el candidato a la presidencia del Movimiento Democrático Oposicionista (MDO).33 Sin embargo, existía una pequeña fracción de la oposición liberacionista que consideraba que el discurso de la conciliación era una mampara para ocultar la incapacidad de Echandi para dirigir el país.
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