5. Consecuencia de las elecciones del 8 de febrero de 1948
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La fragmentación de los grupos opositores al Gobierno de Teodoro Picado y la falta de entendimiento entre ellos constituía una falla muy peligrosa. Entonces, surgió la idea de crear un frente único de lucha; para lograrlo acordaron reunirse en Convención Nacional el 13 de febrero de 1947. Esta escogió al periodista Otilio Ulate Blanco candidato a la Presidencia de la República, quien hizo una vibrante y valiente campaña electoral. Las elecciones se efectuaron el 8 de febrero de 1948, con los resultados siguientes: Ulate, 54 931 votos; Calderón Guardia, 44 438.
El Partido Republicano Nacional no estuvo conforme con los datos a causa, según alegaron sus directores, de que hubo alteraciones en el padrón electoral y negligencia en algunos funcionarios. Días de febril agitación vivió el país; los seguidores del señor Ulate estaban convencidos de que el triunfo era legítimo y que nada ni nadie podría arrebatárselo.
El Tribunal Electoral debía hacer, a más tardar el 28 de febrero, la declaratoria de Presidente de la República, según mandaba la ley. En un clima de incertidumbre, violencia y rumores, se hablaba de revolución. Las cosas subieron de punto al pedir el Partido Republicano Nacional nulidad de las elecciones. El Tribunal no encontró buenas las razones y documentos aportados, y procedió a declarar electo provisionalmente Presidente de la República al señor Otilio Ulate Blanco.
El doctor Rafael Ángel Calderón Guardia dirigió su pedimento al Congreso de la República, que fue convocado a sesiones extraordinarias el 1° de marzo. En ambiente cargado de pasiones y temores los diputados discutieron la solicitud, unos a favor y otros en contra. Al final de las deliberaciones el Poder Legislativo declaró, por mayoría de votos, nulas las elecciones. Los oposicionistas no aceptaron la actitud asumida por el Congreso, pues tenían el convencimiento de que habían ganado las elecciones en buena lid. Acudieron a las armas.
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