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Historia de Costa Rica: Movimientos Sociales y Acción Política (1924-1970)

9. Gobierno de Facto de la Junta

El 8 de mayo José Figueres prestó juramento de Presidente de la Junta Fundadora de la Segunda República y con él los Ministros.

La Junta de Gobierno, por decreto-ley N° 2, dejó sin efecto la Constitución de 1871, con excepción de las garantías individuales, sociales y nacionales. Nombró una comisión encargada de redactar un proyecto de Carta Magna. Después de varios meses de arduo trabajo redactaron un valioso documento, remitido para su estudio a la Junta de Gobierno. Esta convocó a elecciones para Constituyente el 3 de setiembre de 1948. El pueblo acudió a las urnas a votar por listas nacionales y escogió a 45 propietarios y 15 suplentes. La instalación se llevó a cabo el 15 de enero de 1949. La Carta fue promulgada el 7 de noviembre del mismo año.

El principal objetivo de la Junta de Gobierno, al hacerse cargo de la superior conducción de la «res pública», fue restaurar el orden en todas las zonas de actividad; estimular y orientar la producción, agricultura, ganadería e industria, mediante instituciones dinámicas, bien estructuradas; llevar adelante programas inspirados en principios y metas enunciados por diversos medios y grupos de acción cívica desde hacía una década; multiplicar las seguridades a los ciudadanos para que sus votos fuesen sagradamente respetados, ayudar a los trabajadores del campo y de la ciudad a desenvolver una vida digna y solidaria; mejorar las instituciones públicas creadas en pasadas administraciones sobre todo aquellas que buscaban mejorar la condición social y la calidad humana de los ciudadanos; garantizar, por medio de organismos especiales, las inversiones públicas tendientes a fomentar la producción, el mejoramiento de la familia, la educación, etc.; presentar fórmulas para distribuir con justicia y democráticamente el ingreso nacional; restaurar el orden constitucional con una Carta Política moderna que respondiese a la evolución de las ideas, de las ciencias y de los conceptos políticos, al par que a las demandas del pueblo de Costa Rica.

De acuerdo con el ideario del Ejército de Liberación Nacional —hijo del programa del Partido Social Demócrata— y lo proclamado en los momentos en que se obtenía el triunfo militar y cívico, la Junta respetó las instituciones de carácter social fundadas en el período de 1940-1948; garantías sociales, Caja Costarricense de Seguro Social, Código de Trabajo, etc. Ahora bien, punto esencial de la política del Presidente Figueres fue promover la agricultura y la ganadería, actividades primordiales de la producción e indudables fuentes de riqueza. Ello explica el nacimiento, a los pocos meses de hacerse cargo del gobierno, del Consejo Nacional de Producción. Entre los decretos-ley puestos en vigencia por la Junta hay uno que significó una verdadera revolución: nos referimos a la NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA, el 21 de junio de 1948. De los considerandos, el 4° lo juzgamos capital. Dice:

«4° Que las grandes ganancias de los bancos, garantizadas por el Estado y por el ordenamiento social, no es justo que pertenezcan a los accionistas que representan una parte exigua del capital movilizado, sino que deben convertirse en ahorro nacional, cuya inversión debe ser dirigida por el Estado.»

El Decreto dice en su artículo 1°:

«Nacionalízase la banca particular. Sólo el Estado podrá movilizar, a través de sus instituciones bancarias propias, los depósitos del público«.

Nuestro país dio un extraordinario paso en el desenvolvimiento de un régimen social demócrata y en la afirmación de una línea político-económica de carácter socialista.

En estos meses la Junta de Gobierno gozaba de popularidad. Muchos ciudadanos cansados de una república pletórica de fallas, sin haber experimentado cambios radicales; y otros, que habían luchado incansablemente por lograr nuevas orientaciones para la historia nacional, vieron en el decreto-ley aludido algo bueno para el país.

La obra de la Junta de Gobierno la juzgamos excelente: en 18 meses hubo de atender el desarrollo nacional en circunstancias en que el país se encontraba deteriorado en muchas líneas, consecuencia de una lucha larga y apasionada. Así, de crisis en crisis, de sobresalto en sobresalto, logró traer equilibrio principalmente entre las fuerzas productivas y en el desenvolvimiento de la cultura y la educación. Se trataba de poner en marcha un país que sin preterir lo valioso del pasado echara los cimientos de una república y una democracia más humana, que garantizara la excelencia y la dignidad del hombre. Nuestro país, a esa altura del desarrollo histórico de América Latina, apareció como progresista, apto para hacer experiencias político-sociales de tipo socialista, sin desmerecer ni atentar contra la libertad. Antes bien, el objeto era armonizar los valores fundamentales en que se asienta la vida humana: la libertad y la justicia social. Si por un lado se nacionalizaba la banca, por otro se hacían esfuerzos por mejorar el régimen del sufragio.

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