Reseña Biográfica de Francisco J. Orlich Bolmarcich
1907-1969
Nació en la ciudad de San Ramón, Provincia de Alajuela, el 10 de marzo de 1907, del hogar formado por don José Orlich Zamora y doña Georgina Bolmarcich Lemecich.
Hizo sus estudios de enseñanza primaria en la escuela de su ciudad natal, pasando luego al Colegio Seminario, en San José, en donde cursó los estudios de segunda enseñanza.
Muy joven viajó a los Estados Unidos en donde estudió Contabilidad, comercio, Administración de empresas y el idioma inglés. Cuatro años permaneció en aquel gran país, de donde regresó a Costa Rica para incorporarse a las actividades agrícolas, comerciales e industriales de su familia.
Desde su infancia cultivó una entrañable amistad con su coterráneo José Figueres, años después prominente hombre público, amistad que se fue, consolidando por la similitud de ideas, principios e inquietudes que a ambos animaba, y por las que, al correr de los años, habrían de librar juntos, cruentas luchas.
Su primera intervención en política fue a fines del año 1929, cuando apenas contaba veintidós años de edad. Participó activamente a favor de una papeleta, para diputados, independiente y de oposición al gobierno de entonces, en la que figuraba como candidato un tío suyo.
En el año 1932 participó en forma moderada en la campaña electoral que llevó a la Presidencia de la República a Ricardo Jiménez Oreamuno, brillante, político costarricense que ocupó ese elevado cargo durante tres diferentes períodos.
En el año 1934 participó activamente en la campaña electoral de la que salió triunfante el Lic. León Cortés Castro, uno de los caudillos más queridos del pueblo costarricense.
Durante esos mismos años, de 1934 a 1936, desempeñó el cargo de Presidente de la Junta de Caridad de San Ramón, institución de beneficiencia a la cual dio un vigoroso impulso, dotándola de las instalaciones necesarias para dar un eficiente servicio a la comunidad.
En el año 1938 resultó electo regidor municipal por San Ramón, recibiendo por el voto de sus compañeros munícipes, la designación de Presidente de ese Ayuntamiento, posición desde la cual realizó una meritoria labor cuyo reconocimiento por parte de sus coterráneos se hizo patente al elegirle como diputado para el período 1940-1944.
En febrero de 1940 resultó electo Presidente de la República Rafael Angel Calderón Guardia, cuyo gobierno se echó por el atajo haciendo una pésima administración de los dineros públicos y ejerciendo una fuerte presión, por todos los medios a su alcance, para obstaculizar la candidatura presidencial de León Cortés, quien contaba con el apoyo de una gran mayoría del pueblo. El gobierno tomó la determinación de imponer, a como hubiera lugar, al sucesor del Dr. Calderón Guardia en la Presidencia de la República y echó mano a todos los recursos disponibles para el logro de esa finalidad.
Francisco J. Orlich fue uno de los líderes que se opuso abierta y decididamente a las arbitrariedades del Gobierno. Como señal de protesta abandonó su curul en el Congreso y, en compañía de don José Figueres y del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales fundaron el Partido Social Demócrata, que se constituyó en baluarte de las fuerzas oposicionistas y de la que saldrían, más adelante, los líderes fundadores de la Segunda República de Costa Rica.
En las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo el 13 de febrero de 1944 el gobierno hizo efectiva la disposición que había tomado de imponer al sucesor de Calderón Guardia. Y en un proceso electoral tormentoso, en el que las autoridades volcaron su fuerza contra el pueblo, se burló la presidencia de la República al Lic. León Cortés, jefe y candidato de la oposición y se «eligió» a Teodoro Picado.
En el año 1946 Francisco J. Orlich resultó nuevamente electo diputado por la provincia de Alajuela, como representante de la Oposición.
En 1948 se formó una coalición de todos los partidos de oposición al gobierno, y de ella resultó designado a la candidatura presidencial el periodista Otilio Ulate. Orlich apoyó resueltamente esa candidatura. Las elecciones se verificaron en medio de una gran presión de parte del gobierno, que contaba con el apoyo del Partido Comunista. La oposición triunfó por una mayoría de 10.500 votos y el Tribunal Electoral declaró Presidente de la República a Otilio Ulate. Pero el gobierno, que a la sazón contaba con mayoría en el Congreso, dejó sin efecto el pronunciamiento del Tribunal y anuló la elección del señor Ulate.
Como consecuencia de este hecho insólito, José Figueres y Francisco Orlich líderes de la oposición, se alzaron en armas contra el gobierno, convencidos de que sólo ese camino le quedaba al pueblo para hacer valer su derecho de elegir libremente a sus gobernantes y para sanear la administración pública, corrompida por la influencia comunista.
José Figueres se hizo fuerte en unas serranías situadas al sur de la Meseta Central y Francisco Orlich abrió un frente de combate en las inmediaciones de San Ramón, su ciudad natal. Ambos frentes se ensancharon rápidamente y en una guerra civil que se prolongó durante seis semanas el gobierno de Picado fue derrocado.
Inmediatamente fue integrada una Junta de Gobierno, presidida por don José Figueres, y en la que desempeñó el cargo de Ministro de Obras Públicas. Durante 18 meses ejerció el poder la Junta Fundadora de la Segunda República, para luego entregarle el gobierno a Ulate, quien había sido electo presidente de la República en las elecciones anuladas por el congreso dominado por el régimen derrocado.
En las elecciones verificadas cuatro años después resultó electo Presidente de la República don José Figueres Ferrer y Orlich nuevamente diputado al congreso. Pero dada su experiencia y sus singulares dotes de administrador y empresario, fue llamado a desempeñar de nuevo el cargo de Ministro de Obras Públicas, posición a la cual renunció antes de concluir el período, para aceptar su postulación como candidato presidencial del Partido Liberación Nacional para el período constitucional 1958-1962.
En esa campaña electoral se disputó el poder con Mario Echandi Jiménez, representante de una coalición de partidos políticos. El resultado de la elección le fue adverso y, por una pequeña mayoría, resultó electo Echandi Jiménez. Orlich reconoció su derrota, acató el fallo del Tribunal Supremo de Elecciones, felicitó al candidato triunfante y se retiró a la vida privada a cultivar la tierra y a organizar sus empresas.
Durante el gobierno provisional de la Junta Fundadora de la Segunda República y, posteriormente, durante el gobierno constitucional de José Figueres, en cuyos gabinetes figuraba como Ministro de Obras Públicas, el país fue objeto de dos invasiones armadas por la frontera norte del país, organizadas por los grupos que habían sido desplazados del poder y apoyadas por los gobiernos dictatoriales de países del área del Caribe.
Ambos intentos de subversión fueron sofocados por las fuerzas leales al gobierno, cuya jefatura fue encomendada al señor Orlich, primero en calidad de comandante de las fuerzas acantonadas en la Provincia de Guanacaste, frontera norte, y luego como comandante supremo de todas las fuerzas.
Sus limpios antecedentes cívicos; su brillante trayectoria en la vida pública y sus arraigadas convicciones democráticas mueven a su Partido, Liberación Nacional, a postularlo nuevamente como candidato a la Presidencia de la República, enfrentándose esta vez a su viejo adversario, Calderón Guardia, y a un disidente de la antigua oposición, el periodista Otilio Ulate.
En las elecciones verificadas el cuatro de febrero de 1962, Francisco J. Orlich resultó electo presidente de la República por una mayoría de votos sin precedentes en la historia.
Conforme a la Constitución Política de Costa Rica, asumió el cargo el 8 de mayo por un período de cuatro años. Su partido obtuvo también mayoría en la Asamblea Legislativa y en casi todos los municipios del país.
Francisco J. Orlich contrajo matrimonio en el año de 1932 con Marita Camacho Quirós. De este matrimonio nacieron dos hijos, Francisco José y Mauricio.
Como agricultor, administrador, industrial, comerciante y empresario, tuvo conocimientos y experiencia múltiples. En política fue hombre de centro, cuidándose sobremanera de caer en extremismos de izquierda o de derecha. Fue absolutamente respetuoso de la ley y fiel cumplidor de los postulados de la democracia.
Su Partido presentó como plataforma un programa de «progreso con democracia y justicia social con libertad». Proclamó su resuelto apoyo al bloque democrático de occidente y, especialmente, al programa de «Alianza para el Progreso» del presidente Kennedy.
Murió el 29 de octubre de 1969 en San José. Sus restos reposan en San José y su corazón en los Jardines de la Catedral de San Ramón, de Alajuela.
Fue nombrado Benemérito de la Patria, por acuerdo No. 1735 del 25 de abril de 1977.
Cronología
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Con los periodos más importantes de su vida, con hipervínculos y multimedios (imágenes, audios y videos). Pueden ser entradas anuales, mensuales o diarias, dependiendo del lapso de tiempo o por ser una fecha aproximada. Recopilación y edición para la Web de Carlos Revilla.
Galería
Resumen
Actividades particulares
• Agricultor, industrial, administrador, empresario, contabilista.
Actividades públicas
- Presidente Municipal de San Ramón (1938-1940).
- Diputado durante tres períodos (1940-1944 / 1946-1948 / 1953-1958).
- Ministro de Obras Públicas durante dos períodos (abril 1948 a nov. 1949, nov. 1953 a nov. de 1957).
- Comandante del Ejército de Liberación Nacional en el frente norte durante la guerra civil de 1948.
- Comandante de las fuerzas acantonadas en la Provincia de Guanacaste durante la invasión que grupos mercenarios hicieron al país en diciembre de 1948.
- Comandante supremo de la Fuerza Pública durante la segunda invasión de que fue objeto el país en enero de 1955.
- Candidato a la Presidencia de la República para el período 1958-1962.
- Electo Presidente de la República para el período 1962-1966, en elecciones verificadas el 4 de febrero de 1962.
Don Chico: El político práctico
Enrique Obregón V.
Amable, risueño, bueno, así era Francisco Orlich. Siempre transmitiendo una sensación de paz y una confianza natural en él y en todo lo que representaba. Posiblemente haya sido el único Presidente de Costa Rica que abandonó el poder sin un solo enemigo. Ni antes, ni después de él hemos tenido el ejemplo igual. Se puede decir que fue un gobernante para todos los costarricenses.
Era fácil darle la mano, abrazarlo, comprenderlo. Estaba totalmente identificado con el pueblo y con los fundamentos sociales del Partido político al que pertenecía. Luchó sin dogmatismos y con un sentido práctico que había adquirido a lo largo de su vida. Fue un gobernante que llevó la lógica del hombre del pueblo a la función del gobierno. Sin presunción, con modestia que se desprendía de su esencia popular, solo aplicando lo mejor que sabía, que era el más elemental sentido común.
Por vía indirecta, fue el único que hizo una pequeña reforma agraria en nuestro país. Siendo Ministro de Obras Públicas, pidió que le presentaran un proyecto de construcción de caminos vecinales para todo el territorio nacional. Cuando los ingenieros le llevaron los planos, y al saber el alto costo, les dijo: “Esta bien, pero no tenemos tanto dinero para llevarlo a cabo. Solamente hay una solución: échenle ripio a todos los actuales caminos vecinales”.
Y así se hizo. Con ese sentido práctico, terminó con la carreta y el transporte a caballo, puso punto final a la explotación del pequeño agricultor por parte de toda clase de intermediarios. Acercó el campo a la ciudad y la ciudad al campo. A partir de don Chico, el campesino se sintió protegido y amparado por el Estado.
Muchos años después, cuando yo le comentaba las beneficiosas consecuencias de aquella medida, me respondió con el buen sentido del humor que lo caracterizaba: «Con tantos doctores aconsejando la aplicación de teorías aprendidas en las universidades extranjeras, y ante el fracaso de sus consejos, en ocasiones pienso que lo mejor que podemos hacer para solucionar los grandes problemas nacionales es echarle ripio a la economía del país.
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