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Rodrigo Facio: Pensamiento y acción

III. LAS FUENTES DE SUS IDEAS POLITICAS

A. NACIONALES

Múltiples son las fuentes que alimentan las preocupaciones políticas y económicas de Rodrigo Facio; citaremos algunas de ellas:

1. Liberalismo costarricense.

Después de la muerte de don Tomás Guardia en 1882, el Presidente designado don Próspero Fernández se rodea de un grupo de brillantes y jóvenes colaboradores: Bernardo Soto, Ascensión Esquivel, Mauro Fernández, etc., y cuenta con el apoyo desde fuera del gobierno de otros jóvenes prometedores: Ricardo Jiménez, Cleto González Víquez, Rafael Yglesias. Es la llamada generación de 1889 que se caracteriza por su temple civilista, tolerancia, apego a las libertades políticas y cierto anticlericalismo. Los bautizará como grupo el 7 de noviembre de 1889, cuando una revuelta cívica de carácter popular obliga al gobierno a respetar el derecho del sufragio. Dos de estos hombres, don Cleto y don Ricardo, dirigirán al país durante veinte años del siglo veinte, imponiendo el estilo, las virtudes y los defectos de los regímenes liberales. Cuando Rodrigo Facio se gradúa de abogado y cuando actúa en el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, don Ricardo Jiménez es todavía una figura respetada que opina diariamente en los periódicos sobre todos los problemas de la vida nacional. Los jóvenes de entonces, aunque discrepan del estilo y de algunos de los planteamientos de estos viejos liberales, admiran su apego a la libertad política, la auténtica tolerancia de sus ideas, el claro repudio del militarismo y la reconocida probidad en el manejo de los fondos públicos. Si bien es cierto que como gobernantes vivieron un tanto de espaldas a los problemas sociales, también lo es que advierten en ellos, en sus últimos años, un inesperado convencimiento de que es necesario emprender una política de mejoramiento social.

Aunque de otra generación y de distintas preocupaciones, conviene citar en este apartado dos hombres que Rodrigo Facio ha leído con evidente provecho: Tomás Soley Güell y Mario Sancho.

2. Alfredo González Flores.

El pensamiento y la acción de González Flores son estudiados con verdadero entusiasmo por Facio y por los miembros de su generación, y los frustrados proyectos de reforma del político herediano serán para siempre una lección inolvidable. En la revista Surco hay muy frecuentes referencias a González Flores lo mismo que en Estudio sobre Economía Costarricense. En los escritos de don Alfredo, Rodrigo Facio encuentra las mejores y más completas críticas al gobierno de nuestros liberales, especialmente en sus notables mensajes presidenciales. Pero allí va aprendiendo el joven estudiante de Derecho que no basta la crítica mejor fundamentada: es indispensable elaborar planes concretos dirigidos a la solución de los problemas. Lo importante de esta influencia perdurable no está solo en la ideas y los proyectos, sino en algo decisivo que no puede olvidarse: para llevar adelante proyectos importantes de transformación es necesario el respaldo de un movimiento político, precisamente lo que causó al final la caída de González Flores. La preocupación de Facio por el tema de los impuestos directos (renta, territorial, imposición progresiva sobre cierto tipo de propiedades) viene directamente de las ideas de don Alfredo.

3. Jorge Volio y el Partido Reformista.

Las ideas renovadoras de Jorge Volio y su Partido Reformista merecen su claro interés, examinando los discursos y proclamas del religioso, filósofo, militar y político cartaginés, que en 1923 funda el Partido Reformista y obtiene en ese mismo año un notable apoyo popular. De personalidad muy distinta a la de Volio, aprende de él que es indispensable acudir a la clase media, los obreros y los campesinos para construir un movimiento político importante. Además, simpatiza con muchas de las ideas contenidas en el programa del Partido Reformista, que examina años después de que esta agrupación pierda su vigencia.

4. Nacionalismo de la década de 1920.

Estudia con mucho interés este movimiento, que culminó en la Liga Cívica en 1928, con la activa participación de figuras muy importantes: Lic. Ricardo Fournier, el Dr. Ricardo Moreno Cañas, Omar Dengo, los Lics. Víctor Guardia Quirós, Octavio Jiménez Alpízar; este populariza el seudónimo Juan del Camino, y escribe en ese tiempo y después durante años, docenas de artículos antiimperialistas en Repertorio Americano. El objetivo primordial de estos nacionalistas es la defensa de las riquezas nacionales y el ataque sin cuartel a las tres compañías extranjeras que tienen el monopolio de la siembra y exportación de banano, la producción y distribución de energía eléctrica y el transporte por ferrocarril a la zona del Atlántico. Curiosamente, la fundación de la Liga Cívica coincide con una larga visita a Costa Rica del líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre.

5. Partido Comunista de Costa Rica.

Es una fuente importante para su pensamiento económico-social. Fundado en 1931, cuando Rodrigo Facio llega al primer año del Liceo de Costa Rica, las ideas y los programas de este partido tienen que llamar la atención del joven estudiante, pues comparte con los comunistas la crítica a los sistemas basados en el liberalismo económico. Con el paso del tiempo, y el examen cuidadoso de lo que ocurre en Costa Rica, en América Latina y el mundo, rechaza el menosprecio de la libertad política y la intolerancia ideológica. Plantea sus resistencias al Partido Comunista -nacional e internacionalmente- pero estudia a fondo el marxismo en cuanto significa un análisis serio de la realidad social y de la historia. La insistencia marxista en la importancia primordial de los factores económicos es una enseñanza que Rodrigo Facio no olvidará.

6. Roberto Brenes Mesén.

Cuando el profesor Brenes Mesén vuelve a Costa Rica en 1939, Rodrigo Facio es un estudiante de Derecho de 4º año, lector voraz y ya muy enterado de los problemas de Costa Rica y del mundo. Lee, junto con todos los miembros de su generación los extensos artículos que Brenes Mesén publica dos veces por semana en el periódico La Tribuna. Los jóvenes estudiantes oyen también con verdadero interés al maestro costarricense, y buscan sus libros que -la verdad- están bastante olvidados. Brenes Mesén viene de los Estados Unidos muy impresionado con el New Deal del presidente Franklin Roosevelt, y pide modernizar la administración pública, exigiendo probidad en el manejo de los asuntos públicos y justicia social para los más necesitados. Pero, sobre todo, es importante el llamado de Brenes Mesén para que los jóvenes estudien seriamente los problemas del país y se organicen para tan importante tarea.

B. DE AMERICA LATINA

1. Haya de la Torre y el aprismo.

No me cabe duda que la más importante influencia de carácter político-social es la de Víctor Raúl Haya de la Torre (1895-1979), pensador y político peruano que fundó la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) en 1924. Haya de la Torre es una figura conocida en Costa Rica, a la que visitó en varias oportunidades; sus ideas se conocían por los costarricenses, porque muchos de sus artículos se publican en el Repertorio Americano y en el Diario de Costa Rica, y sus libros se encuentran fácilmente en las librerías de San José. La persecución política lo ha transformado en un símbolo de la lucha por la libertad en la América Latina, y su personalidad poderosa atrae sobre todo a los intelectuales, a la juventud y a los obreros organizados. Haya había elaborado toda una doctrina sobre la lucha antiimperialista y lo que muchos años después se denominó «dependencia» con gran imaginación política y sólidos conocimientos económicos y sociológicos. Sus primeros libros (El Antiimperialismo y el APRA, Por la Emancipación de América Latina, ¿A dónde va indoamérica? y otros) son leídos con verdadero entusiasmo, lo mismo que la biografía Haya de la Torre o el Político, de Luis Alberto Sánchez. Hay muchas razones para explicar la influencia del pensamiento aprista en Rodrigo Facio: el estudio de los problemas de acuerdo con nuestra realidad, sin ataduras ideológicas extranjeras; la utilización de herramientas marxistas, pero modificadas por las circunstancias del tiempo y de lugar; la lucha antiimperialista, de la que teníamos antecedentes por nuestra Liga Cívica de 1928; la lucha del político peruano contra las dictaduras latinoamericanas; la busca de la justicia social sin menosprecio de la libertad política. Debe recordarse que el lema del Partido aprista Pan con Libertad, renace en 1945 en el lema del Partido Social Demócrata Libertad y Justicia social que fundan Rodrigo Facio y otros compañeros de ideas.

Esta influencia de Haya de la Torre en nuestro medio se refuerza con las visitas que hace a Costa Rica en varias ocasiones; las más importantes en 1928, cuando vive aquí varios meses, hace muchos amigos y asiste, conmovido, a la muerte de Omar Dengo; y en 1946, cuando llega en su plena madurez y pronuncia tres memorables conferencias en el Teatro Nacional. En esta última oportunidad Rodrigo Facio, junto con otros, recibe en el aeropuerto al político peruano.

2. José Carlos Mariátegui.

Facio y muchos de sus compañeros de generación leen apasionadamente los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, obra a la que se refiere en el Estudio Sobre Economía Costarricense; y siguen con interés su trayectoria en el Repertorio Americano, pero Mariátegui es un pensador y no un líder político, y no estuvo personalmente ligado a nuestro país. Por eso su influencia es menor que la del fundador del Aprismo.

3. La Revolución Mexicana.

En 1910 hay levantamientos populares en México contra el régimen imperante y en 1911 es elegido Presidente de la República don Francisco I. Madero; aquí se inicia la formación de una ideología revolucionaria original, años antes de la Revolución rusa, que desde el principio pone énfasis en la reforma agraria, como ocurre en el Plan de Ayala de 1911, y poco después insiste en medidas muy avanzadas de legislación obrera, sin influencia alguna del socialismo europeo. En la Constitución de 1917 se consagran la reforma agraria, leyes obreras de avanzada y normas que garantizan la propiedad nacional del subsuelo (Silva Herzog, Jesús: Un ensayo sobre la Revolución mexicana, Edic. Cuadernos Americanos, México, 1946, pág. 51 sig.)

4. Liberalismo colombiano.

Entre 1934 y 1942 gobiernan Colombia dos Presidentes del Partido Liberal, Alfonso López y Eduardo Santos. En un clima de estabilidad política se realizan profundas transformaciones: reforma agraria, legislación laboral muy avanzada, leyes tributarias. Estas ideas de cambio se convierten en proyectos concretos que imprimen un cambio notorio en la situación del país. De esta transformación Rodrigo Facio y sus compañeros son testigos muy cercanos, por la circunstancia afortunada de que el Embajador de Colombia en Costa Rica es el Dr. Plinio Mendoza Neira, hombre culto y trabajador que se vincula al medio muy estrechamente. Facio y sus amigos universitarios visitan frecuentemente la Embajada, y el Dr. Mendoza Neira realiza una amplísima tarea de divulgación distribuyendo y publicando boletines y revistas de ideología y de cultura. La influencia del liberalismo colombiano es doble: no solo por los efectivos cambios sociales y económicos, sino también por la seriedad y elocuencia de los discursos y mensajes que el activo Embajador distribuye ampliamente. Allá en Colombia se estaban concretando, al fin y al cabo, algunas de las ideas progresistas de don Alfredo González Flores.

5. Socialismo suramericano.

Hay influencias importantes del socialismo suramericano, especialmente argentino, uruguayo y chileno. En Argentina debe citarse al viejo luchador socialista don Alfredo Palacios, cuyo libro El Nuevo Derecho, Facio citaba frecuentemente y que luego todos corrimos a leer. En esos años Uruguay se cita como una democracia modelo, con leyes obreras progresistas y una experiencia importante, que Facio estudia detenidamente: el sistema de entes autónomos, que años después impulsaría en nuestro país. Es especialmente conocido el pensamiento del socialista Emilio Furgón, que más adelante escribiría un voluminoso libro sobre los orígenes y la evolución del socialismo. Y de Chile llega también una corriente renovadora de amplitud, tolerancia y progreso social, presentes en varias de sus organizaciones políticas. Y aunque no se conozca ningún ideólogo de esta nacionalidad que influya decisivamente en nuestro medio, hay algo más importante: el mensaje vivo y caluroso de muchos estudiantes graduados en Chile, que diariamente transmiten en el hospital, en la oficina o en el aula un clima de comprensión y afecto por las mayorías más necesitadas.

C. DE LOS ESTADOS UNIDOS

Las ideas y la acción del presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt a partir de 1932 impresionan hondamente a Rodrigo Facio, pues se trata de una rectificación importante al sistema capitalista en el centro mismo del imperio, los vicios y los abusos del liberalismo económico denunciados desde adentro, y con audaces proyectos se intenta revivir una economía en bancarrota; el propio Presidente de los Estados Unidos se pone a la cabeza de una gran lucha en defensa de los sectores más olvidados de la población. Los escritos y discursos de Roosevelt son leídos con creciente interés por Rodrigo Facio, y tiempo después el profesor Brenes Mesén contribuirá a divulgarlos en círculos más amplios. La enseñanza de estos hechos es muy clara: no es necesario el derrumbe del mundo capitalista para ejecutar planes concretos de progreso social; es posible un avance importante si hay un liderazgo inteligente y un efectivo respaldo popular.

Lee con interés a autores norteamericanos como Walter Lippman y Robert MacIver, que piensan y escriben desde una realidad muy distinta a la costarricense.

D. ALGUNAS IDEAS EUROPEAS

La influencia fundamental es el marxismo. Estudia cuidadosamente las obras de Carlos Marx y valora los atributos notables del filósofo, economista y agitador alemán: no quiere rechazarlo porque así lo ordene la propaganda, sino que se preocupa por analizar a fondo las enseñanzas filosóficas, económicas, históricas, sociales y políticas de Marx. Solo lo rechaza cuando ya lo conoce; pero no es un repudio total dictado por el dogmatismo, sino la oposición razonada a algunas de sus tesis fundamentales. El conocimiento de otros autores, y el examen directo de la realidad costarricense y latinoamericana lo llevan a valorar aspectos fundamentales, algo que los marxistas consideran secundario o subordinado, o francamente despreciable: la libertad política, por ejemplo. Estudia también los escritos de otros autores marxistas, como Engels, Lenin y Bujarin.

El socialismo británico es una vertiente del pensamiento social que analiza con mucho interés; pensadores como George Bernard Shaw, Beatrice y Sydney Webb, J. Strachey y, sobre todo, Harold Laski, lo impresionan hondamente. De este último lee -frecuentemente lo cita- El Estado Moderno, Liberalismo Europeo y otros libros.

Más adelante estudiará a los grandes expositores de las doctrinas económicas, a J. A. Schumpeter, y sobre todo, a J. M. Keynes. Este ejercerá una influencia decisiva en su pensamiento económico.

En 1941 Rodrigo Facio termina los estudios de Derecho y presenta su tesis de grado: el Estudio Sobre Economía Costarricense. Es presidente de la República el Dr. Calderón Guardia, y Monseñor Víctor M. Sanabria ya ha sido consagrado arzobispo de San José. El Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales cumple una saludable tarea de estudio y de vigilancia cívica y, a fines de este año, se aprueba la ley de seguros sociales. Costa Rica es un país que apenas supera los seiscientos mil habitantes, San José es una gran aldea sin afanes pretenciosos que, en medio de esperanzas y temores, alberga en el propio centro de la ciudad a una Universidad recién nacida. El Teatro Nacional vive momentos de gloria, pues gracias a la guerra europea tenemos el privilegio de escuchar a las mayores figuras de la música mundial.

El año 1941 es típico de la década de 1940: quiero decir, una mezcla inevitable de política y cultura. En enero don Luis Demetrio Tinoco preside la primera sesión del Consejo Universitario, junto al rector don Alejandro Alvarado Quirós y el Secretario General don Rogelio Sotela Bonilla. Fuera de la institución quedan Brenes Mesén, García Monge, Mario Sancho, Elías Jiménez Rojas y otros. En enero circula el número nueve de Surco, la revista mensual del Centro para el Estudio de los problemas Nacionales; en el editorial se pide a la Universidad de Costa Rica que «humanice los grupos reaccionarios y sórdidos del país» y que «pode nuestra cultura de cierto gusto añejo por la retórica». En marro hay un brote nacionalista con motivo de la discusión de los contratos eléctricos, y entonces don Alfredo González Flores escribe cuatro notables artículos sobre el tema. En mayo hay muchas cosas: rompen definitivamente el Dr. Calderón Guardia y don León Cortés, se aprueba el tratado de límites con Panamá y se anuncia el envío al Congreso de un proyecto sobre seguros sociales. En junio Alemania invade la Unión Soviética rompiéndose el pacto Hitler – Stalin que estuvo vigente casi dos años, y Monseñor Sanabria publica su notable Carta Pastoral sobre el justo salario en la que dice: «Convénzanse los ricos de que la riqueza tiene una función social que cumplir…» En agosto se autoriza a los Colegios particulares de enseñanza media (todos religiosos) a extender el título de Bachiller en ciencias y letras. En diciembre, después del ataque a las instalaciones militares de los Estados Unidos en Hawai, Costa Rica le declara la guerra a Japón y días después a Italia y Alemania. A lo largo de todo este año 41, don Ricardo Jiménez, a sus ochenta y dos años, libra por la prensa memorables campañas de bien público.

En este año en que Rodrigo Facio termina sus estudios de Derecho, Julián Marchena publica Alas en Fuga, Carlos Luis Fallas Mamita Yunai, Carlomagno Araya Cenit y Monseñor Sanabria Bernardo Augusto Thiel: Segundo Obispo de Costa Rica, talvez su obra más importante.

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