V. LAS COOPERATIVAS
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El tema de las cooperativas define la posición personal de Rodrigo Facio y la del Centro para el Estudio de Problemas Nacionales, y explica el desinterés o la oposición que siempre tuvo por el asunto el Partido Comunista. Un editorial de Surco lo señala claramente:
«Para el Centro la cooperativa de consumo tiene que ser entonces, como lo es, un instrumento progresista que merece apoyo. Para el Partido Comunista que espera el punto álgido de agudización de todas las fallas del régimen actual para hacer estallar la revuelta, la cooperativa de consumo tiene que ser, como lo es, un instrumento reaccionario, de apaciguamiento de la lucha social, de adormecimiento del malestar y el descontento de las clases pobres, que debe ser desechado y atacado» (Surco, Nº 28, oct. 1942)
Se ha reprochado recientemente a Rodrigo Facio su posición ante el tema de las cooperativas:
«El planteamiento de Facio, no solo en el campo cooperativo sino en general, representa prioritariamente las aspiraciones de los pequeños empresarios agrícolas e industriales, y de paso pretende beneficiar a los obreros y demás peones agrícolas, pero por su misma naturaleza, han servido para desarrollar empresas en que los socios con mayores recursos hegemonizan y orientan la cooperativa en función de sus intereses» (Núñez, José Manuel: Los planteamientos de Rodrigo Facio sobre el modelo cooperativo, y su coexistencia con el gran capital. Revista Horizontes Cooperativos, Nº 13, 2002).
Sobre el peligro de que una cooperativa llegue a supeditar al gran capital llamaron la atención antes algunos críticos, como el Pbo. Santiago Núñez en 1961 (Revista Combate, Nº 18, Sept.-Oct. 1961, pág. 53) y el Dr. Jorge Enrique Romero en 1977 (La social democracia en Costa Rica. Imprenta Trejos Hnos. Sucs, 1977). Es justo recordar que Facio escribió sobre cooperativas especialmente entre 1940 y 1943, años antes de que se crearan las grandes cooperativas de nuestro país y de que aparecieran las situaciones criticadas. ¿Qué pensaría Rodrigo Facio en el 2003 sobre sus palabras de sesenta años atrás?. Conviene señalar que Facio no era un pensador dogmático, empeñado en acomodar los hechos a sus ideas. Fue, por ejemplo, el teórico de la autonomía institucional y de la planificación económica en nuestro medio, pero no tuvo ningún reparo en matizar o complementar sus puntos de vista sobre la materia cuando la experiencia le demostró que era necesario hacerlo. Es posible que lo mismo hubiera ocurrido en el tema de las cooperativas -recuérdese que murió en 1961- pero esto nunca podremos saberlo.
Rodrigo Facio y el Centro realizan en la prensa diaria una campaña de explicación y divulgación sobre las ventajas de las cooperativas; las publicaciones adquieren su mayor intensidad en los años 1942 y 1943. En Diario de Costa Rica y en La Hora -ambos propiedad de don Otilio Ulate- se publican estudios de las comisiones del Centro y columnas periodísticas permanentes. Como resultado de esta campaña sistemática, y también por las persistentes gestiones de los agricultores de Grecia y Poás, en julio de 1943 una ley autoriza al Poder Ejecutivo a traspasar al Banco Nacional las fincas en donde más tarde se asentaría la Cooperativa Victoria. Un año antes el Centro lo había propuesto públicamente en un artículo periodístico (Diario de Costa Rica, 30 Sept. 1942).
En el citado Estudio Sobre la Economía Costarricense (1942) Facio habla del asunto y propone «un programa de política económica interior»:
«Formación de cooperativas de crédito, producción, compra y venta y distribución, por pequeños propietarios; organización de cooperativas de consumo en ciudades y pueblos; federaciones cooperativas; acuerdos regionales entre cooperativas de producción y consumo… Formación de cooperativas de pequeños cafetaleros para transformar y exportar su café» (Op. cit., en Obras de Rodrigo Facio, Tomo L, pág. 173 y 175).
Pero es en la revista Surco donde pueden encontrarse más escritos sobre cooperativas, tanto de Rodrigo Facio y del Centro como de otros miembros de esta agrupación. No podemos saber, en los artículos que no llevan firma, qué corresponde a Facio y qué corresponde a los otros; sin embargo, en este tema había una absoluta coincidencia de criterios. Además de los artículos que llevan la firma de Facio, podemos atribuirle la paternidad de algunos editoriales en los que es muy visible su estilo de razonamiento.
Deben citarse los artículos Ventajas sociales y económicas de las cooperativas, El cooperativismo como ideología o programa de reforma social, Desarrollo del cooperativismo en la América, Ensayos cooperativos en Costa Rica, lo mismo que los editoriales de Surco Nº 28 y Nº 31, el primero sobre El movimiento cooperativo, El Partido Comunista y el Centro, y el segundo Cooperativismo, solución orgánica para el desarreglo del mercado interno. En otros artículos de intención más general toca también el tema de las cooperativas: así en Un programa costarricense de rectificaciones económicas (Nº 38 y Nº 39, agosto y septiembre de 1943), Legislación social y organización económica (Nº 40, Oct. 1943). Muy importante es también el resumen del propuesto programa del nuevo partido político (Nº 49, Sept. 1944) el programa de ese nuevo partido que luego se llamó Social Demócrata (Nº 52, Febr. 1945).
En el primer artículo señalado en el párrafo anterior, se indican las siguientes ventajas de las cooperativas: eliminación del intermediario, alza del nivel de vida de los socios, ahorro individual, formación de fondos sociales, solidaridad entre los socios y superación educativa (Nº 31, Enero 1943). En el segundo se afirma que
«…el cooperativismo no es una panacea, no es un remedio que sirva para todos nuestros problemas económicos y sociales… (pero) puede atenuar esa inequitativa distribución de la riqueza» (Id.).
Luego, en el mismo artículo, analiza la relación del cooperativismo con el liberalismo, el consumismo y la democracia.
En los mencionados editoriales de Surco Nº 28 y Nº 31 se analizan importantes asuntos: el primero, la relación entre el movimiento cooperativo, el Partido Comunista y el Centro; asegura que los comunistas
«…hipnotizados por movimientos políticos europeos que un supercapitalismo anárquico y exacerbado justifican, estiman que para la pequeña Costa Rica agrícola, con sus cuatro quintas partes de tierra laborable sin cultivar, con sus problemas de escasez y no de superproducción es también posible un movimiento de programación radical para destruir el actual régimen social e instaurar uno nuevo sobre sus ruinas» (Surco, Nº 28, Oct. 1942).
Y en el editorial de Surco Nº 31 (enero 1943) plantea la posibilidad del cooperativismo como una solución para el desarreglo del mercado interno, insistiendo en la tesis de que el capitalismo costarricense es «francamente conservador. Las cosas no podrán arreglarse, sin embargo, con una simple intervención estatal, sino que debe buscarse una solución «…orgánica en su concepción, democrática en sus fundamentos y en sus proyecciones; eficaz, rápida y barata en sus métodos económicos…»
Y termina expresando en un tono optimista que mañana «… los productores y los consumidores se entenderán directamente, al margen de Juntas de Custodia y de Defensa, de reglamentos y de decretos, de rígidos precios mínimos y máximos para la planificación orgánica de la economía patria«.
En el artículo Un programa costarricense de rectificaciones económicas (I), ya citado, aparece en forma importante el tema de las cooperativas; el autor divide la economía nacional en tres zonas: actividades monopolizadas, actividades semi-monopolizadas y actividades sometidas al mercado libre. En la segunda zona las cooperativas pueden cumplir un papel importante en la elaboración industrial del café y de la caña de azúcar, en el comercio de granos y en ciertas ramas de la importación como gasolina (Surco, Nº 38, Agosto 1943). Y en el complemento de este mismo artículo (II), Facio se refiere con amplitud a los Servicios del Estado (futuras instituciones autónomas), considerando la posibilidad de «…cooperativas de pequeños productores de café, caña de azúcar y granos por regiones geográficas para obtener una situación de fortaleza económica e igualdad de contratación con los propietarios de beneficios, ingenios y con los comerciantes en grande, respectivamente; cooperativas de crédito que probablemente serían la última etapa de perfeccionamiento social y técnico del sistema de Juntas Rurales de Crédito del Banco Nacional; cooperativas de producción agrícola industrial conforme ello vaya siendo posible, y siguiendo más o menos los lineamientos de la Cooperativa de Producción Agrícola Industrial de Grecia, actualmente en vías de organización» (Surco, Nº 39, Sept. 1943).
Es conveniente poner de relieve que en el momento en que Rodrigo Facio expone estas ideas, no existen las organizaciones cooperativas que él aconseja, y apenas se está organizando, con la decisiva intervención de Facio y del Centro, la cooperativa de Grecia.
En otro artículo de Surco, como ya lo indicamos, insiste Facio en el tema cooperativo:
«…la cooperativización, por un lado, cobija a todos los costarricenses en cuanto a consumidores, y es por tanto la norma que puede otorgar beneficios más generales o extremos al país; por otro lado cobija a todos los pequeños propietarios agrícolas y a todos los pequeños propietarios agrícolas y a todos los pequeños industriales, y es por tanto, a la par que la mejor garantía para la estabilidad de la pequeña propiedad y el pequeño capital, importante estímulo para la deprimida y desorganizada producción de artículos de consumo doméstico» (Surco, Nº 40, Oct. 1943).
Finalmente en cuanto se refiere a la revista Surco, en el Nº 49 (Sept. 1944) se incluyen ideas sobre cooperativas en un proyecto de programa que sirve de base a la unión del Centro con el grupo de Acción Demócrata, y en el Nº 52 (Febr. 1945) aparece una exposición programática del Partido que se denominará luego Social Demócrata; aquí aparecen también ideas sobre cooperativismo.
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