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“Caínes despiadados… Caínes invasores”

LA LEGIÓN CARIBE

LA LEGIÓN CARIBE

En julio de 1942, Figueres salió de Costa Rica, pasó por El Salvador y Guatemala y llegó a México. Durante su exilio en México, entre los años 1942 y 1947, Figueres se dedicó a persuadir a otros exiliados centroamericanos, especialmente nicaragüenses, de que el gobierno de Costa Rica era, al igual que el de Somoza, una tiranía (Moreno Rodríguez). Fue en este país donde conoció al nicaragüense Rosendo Argüello, antisomocista. El 17 de diciembre de 1947, se fundó en Guatemala la Legión Caribe mediante la firma de un pacto por parte de Juan Rodríguez, líder antitrujillista, y los nicaragüenses Emiliano Chamorro y Rosendo Argüello, antisomocistas. Como señalan María Dolores Ferrero y Matilde Eiroa (183), el 16 de diciembre de 1947 se uniría José Figueres; es decir, este último no había sido miembro fundador. En un inicio, la agrupación tenía como propósito iniciar su lucha contra Somoza y Rafael Leónidas Trujillo Molina. Sin embargo, Figueres logró que Costa Rica se situara en primer lugar.

El 11 de abril de 1948, en el contexto de la guerra civil, la Legión Caribe invadió la provincia de Limón (Díaz Arias 152). Desde ese momento, Somoza consideró su presencia en Costa Rica una potencial amenaza para su régimen. Sobre la relación entre la Junta y la Legión Caribe, este autor apunta que “la Junta le otorgó a Rosendo Argüello 245 000 colones y un campo en Río Conejo para que pudiera entrenar a 200 hombres con los que el nicaragüense pensaba invadir Nicaragua”. Posteriormente:

El 5 de octubre de 1948, la Junta también le pagó al general dominicano Miguel Ángel Ramírez la suma de $125 000 en compensación por sus pérdidas durante la guerra civil. Unas semanas después, Figueres recibió la noticia de que el general Ramírez había desmovilizado la Legión Caribe (291).

Para la CIA, la presencia de miembros de la Legión Caribe en Costa Rica también era un tema de relevancia; prueba de ello es la documentación que se generó producto de sus labores de investigación. A finales del mes de noviembre de 1948, se informó que Figueres decidió terminar con la ayuda a la Legión Caribe a partir del 1 de diciembre –y coincidió con la abolición del ejército–, la cual comprendía treinta mil colones mensuales y cuarteles en el Cuartel de Artillería, la finca de Figueres en río Conejo y en el Cuartel Bellavista. Aseguraron que “la razón por la cual Figueres ha sido reacio en dejar irse a las fuerzas de la Legión Caribe de Costa Rica es que él quiere tenerlas cerca en caso de problemas” (CIA-RDP82-00457R002100020010-9).

Efectivamente, otro documento de la CIA informa que el 11 de diciembre de 1948, un día después de la invasión, Figueres se reunió con el General Miguel Ángel Ramírez de la Legión Caribe y alcanzaron tres acuerdos: el primero fue que los miembros individuales de la agrupación se enlistarían en el ejército de Costa Rica, pero operarían como una unidad bajo sus propios oficiales; el segundo, el personal general de ambas unidades permanecería intacto, pero funcionaría en conjunto; y el tercero, el armamento de la Legión Caribe, que consistía en aproximadamente seiscientos rifles y doscientas armas individuales sería entregado a Costa Rica para ser distribuido, pero seguía siendo propiedad de la Legión Caribe. Sobre la cantidad de hombres que aportaría la Legión Caribe se dijo que eran 470; sin embargo, existía otro grupo de sesenta hombres liderado por Argüello y que se mantenía independiente (CIA-RDP82-00457R002100690010-6).

Sobre las disputas que se generaron a lo interno de la Legión Caribe, se señala la existencia de dos facciones: una de Ramírez y otra de Argüello. Según exmiembros de la agrupación, era evidente la preferencia de Figueres hacia Argüello y describía al último como “a crackpot megalomaniac without demostrated military ability, who is much happier as supreme commander in San José then could ever be in the field” [Un loco megalómano sin habilidad militar comprobada, que es mucho más feliz como comandante supremo en San José de lo que podría estar en el campo] (CIA-RDP82-00457R002100710004-0).

La presencia de antisomocistas vinculados con la Legión Caribe era una de las principales denuncias de Somoza al gobierno de la Junta. El ministro Trino Araya en entrevista al diario La Estrella de Nicaragua, haciendo referencia a los miembros de la Legión Caribe, afirmó:

Hasta donde ha sido posible se ha hecho salir de Costa Rica a muchos enemigos del Gobierno nicaragüense… pero debe comprenderse que en ocasiones es difícil hallar acomodo a esos elementos en otros países y que no es posible expulsarlos mientras su comportamiento sea correcto, máxime que muchos de ellos ayudaron en nuestra campaña de liberación nacional y es lógico que estemos agradecidos por esa ayuda (La Nación, 19 de noviembre de 1948, 2).

Al respecto, algunos líderes comunistas costarricenses interpretaron que la invasión había sido utilizada por Somoza para sus propios intereses: “Somoza sólo quería servirse de Calderón Guardia para obligar a Figueres a deshacerse de la Legión Caribe, que lo amenazaba desde Costa Rica” (Fallas et al. 17). Además, refiriéndose a los dictadores centroamericanos, aseguraron que “no es que le temieran a una acción armada de Figueres; lo que han temido siempre es que Figueres pueda transformar Costa Rica en un centro de operaciones contra ellos” (Fallas et al. 45).

En un informe de la CIA del 17 de marzo de 1949 dedicado exclusivamente a la Legión Caribe, se reseña que la agrupación había ejercido una considerable influencia en las relaciones internacionales del área y tenía participación en las conspiraciones contra el gobierno de Nicaragua, el cual fue un factor decisivo en la guerra civil costarricense de 1948. Para el informante, si bien la agrupación estaba en ese momento “dividida y calmada”, le preocupaba que no tuviera una ideología definida, pues interpretaba que podría contribuir al establecimiento de gobiernos tan dictatoriales como los que buscaba destruir (CIA-RDP78-01617A003400080004-2).

Se puede concluir, a partir de los documentos de la CIA, que efectivamente la Legión Caribe se involucró en la defensa del gobierno de facto de la Junta cuando estaba siendo amenazado por la invasión de diciembre de 1948. Si bien formaron parte del ejército de voluntarios y excombatientes que se organizó de forma improvisada por la emergencia, conformaron una unidad autónoma, al parecer dividida en grupos de hombres, uno liderado por el dominicano Ramírez y otro por el nicaragüense Argüello. En el caso del último, Díaz Arias apunta que “estaba determinado a proseguir con su plan de atacar a Somoza desde Costa Rica pero la invasión calderonista lo alteró todo” (291).

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