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Hechos militares y políticos

DICIEMBRE DE 1941 – ESTADO DE GUERRA

El 7 de diciembre de 1941 el imperio del Japón declaró la guerra a los Estados Unidos de Norteamérica, y sorpresivamente realizó un ataque a la base militar norteamericana de Pearl Harbor, en Hawai, que causó reprobación general. Ese mismo día, el gobierno de Costa Rica convocó extraordinariamente al Congreso, y en mensaje dirigido a este Cuerpo, le decía:

Las noticias del día anuncian que el Japón ha declarado la guerra a los Estados Unidos de América y que ha perpetrado ya actos de hostilidad en Hawai y en las Islas Filipinas… Os pido sirváis autorizar al Poder Ejecutivo para declarar la guerra al Japón, y asimismo a cualquier otra potencia no americana que cometa actos de agresión o declare la guerra a una de las repúblicas americanas…

Reunido el Congreso al día siguiente concedió la autorización solicitada por el Poder Ejecutivo. Ese mismo día, 8 de diciembre, nuestro gobierno decretó, a partir de esa fecha, el estado de guerra entre la República de Costa Rica y el Imperio del Japón, convirtiéndose así nuestro país en el primero que le declaró la guerra al Japón, aun antes que lo hiciera el gobierno de los Estados Unidos de América. Posteriormente, el 11 de diciembre, el gobierno de Costa Rica decretó el estado de guerra con los gobiernos de Alemania e Italia, por cuanto dichos gobiernos habían declarado la guerra a Estados Unidos de América. Firmaron esos Decretos, el presidente de la República, doctor Rafael Angel Calderón Guardia, y sus secretarios de Estado, don Alberto Echandi (Relaciones Exteriores), don Carlos Manuel Escalante (Hacienda), don Alfredo Volio (Fomento), don Luis Demetrio Tinoco (Educación Pública), doctor Mario Lujan (Salubridad Pública) y don Francisco Calderón Guardia (Seguridad Pública).

De las publicaciones de la época tomamos la información que a continuación consignamos. Fueron suspendidas las garantías consignadas en la Constitución Política, y desde ese momento, se tomaron numerosas disposiciones, inspiradas todas ellas por el gobierno de los Estados Unidos, el cual, prácticamente, tomó el control de todos nuestros asuntos relacionados con el estado de guerra. Sin pérdida de tiempo fue establecido un campo de concentración en la ciudad de San José, con todas las medidas de seguridad, tales como mallas electrizadas, iluminación suficiente, fortines para la vigilancia exterior, etc. A dicho campo fueron llevados ciudadanos alemanes, italianos y japoneses, quienes más tarde fueron deportados a campos de concentración de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, el gobierno tomó posesión del local que ocupaba el Club Alemán, en la capital, y lo convirtió en otro campo de concentración, destinado para mujeres.

Inmediatamente que se produjo el estado de guerra, el presidente Calderon Guardia solicitó del gobierno de los Estados Unidos el establecimiento en nuestro país de una misión militar, para cuyo mantenimiento el gobierno contribuiría con una suma anual. El gobierno norteamericano aceptó de muy buen grado dicha solicitud, y la misión militar se estableció en el país, en donde habría de permanecer por muchos años después de terminado el estado de guerra. Asimismo, nuestro gobierno solicitó al de Estados Unidos que mantuviese en el país una escuadrilla de aviones militares del ejército norteamericano; en efecto, ésta fue instalada en el llano de La Sabana, en San José, colocándose allí casetas, tiendas de campaña, iluminación adecuada, comunicación telefónica y radiotelefónica, vigilancia rigurosa, etc. Dichos aviones estuvieron realizando patrullaje e inspección durante todo el tiempo.

Se decretó la censura de toda correspondencia, como también la censura telegráfica y radiotelegráfica. Negocios y propiedades de personas pertenecientes a países en guerra con Costa Rica fueron tomados por nuestro gobierno, y entregados a una junta de custodia de la propiedad, creada con ese objeto. Asimismo, se creó una junta de defensa civil.

Un incidente importante que se presentó fue el siguiente: desde los días en que la guerra se inició en Europa, se habían refugiado en las aguas del Golfo de Nicoya, y frente al puerto de Puntarenas, dos barcos, uno alemán llamado «Eisenach», y otro italiano llamado «Fella», porque no querían exponerse a los peligros de la navegación en el océano. También en otros puertos americanos se encontraban vapores de esas mismas nacionalidades. Así fue como el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica decidió la incautación de todos los barcos que se encontraban en aguas de puertos americanos. El gobierno de Costa Rica ordenó inmediatamente la requisa de los dos buques que se hallaban en Puntarenas, y con tal objeto, un tren especial salió de San José hacia el puerto, con fuerzas armadas. Pero cuando estas autoridades se embarcaban en el muelle para ir a cumplir su cometido, las tripulaciones de dichos barcos prendieron fuego a sus naves, y luego se lanzaron al agua, de donde fueron recogidos aquellos marinos por las autoridades costarricenses para ser traídos a la capital, e internados en la cárcel pública, donde permanecieron hasta el día en que fueron expulsados hacia campos de concentración de los Estados Unidos. Los barcos hundidos produjeron con el tiempo bancos de arena que dificultaron e hicieron peligrosa la navegación en ese lugar de Puntarenas.

Finalmente, recordaremos que el 15 de mayo de 1942 el gobierno de Costa Rica declaró rotas las relaciones diplomáticas con los gobiernos de Rumania y de Hungría, por cuantos éstos, invocando deberes de solidaridad con las potencias del Eje, habían interrumpido sus relaciones diplomáticas con el gobierno de los Estados Unidos del Brasil, con el cual Costa Rica mantenía estrechos lazos de amistad, lo mismo que con las demás Repúblicas americanas.

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