La Huelga de Brazos Caídos

La Huelga de Brazos Caídos

La Huelga de Brazos Caídos

Por Roberto Fernández Durán

En la noche de julio, Juan Morales piensa.

Sobre el tejado roto de la casa rural corre la lluvia, inclemente, incesante y tenues chorros finos de agua clara caen en la habitación. Una columna azul sube de su cigarrillo encendido, diluyéndose poco a poco en el aire. A ratos, un golpe de viento la agita, rompiendo con violencia su continuada ascensión oscilante.

Perdido tras el humo, en la noche de julio, Juan Morales piensa.

Ya pronto hará seis años que una vez estuvo acostado, en una noche de julio y lluvia, perdido también tras la asociación vertiginosa de sus ideas. Y ahora en Juan Morales se va abriendo lentamente un oculto camino que desde, la memoria busca el alma. La vida fluye en el recuerdo. Las escenas aclaran y se animan y los actos cobran realidad y significado.

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