“Una política externa inteligente, que mantenga inquebrantable nuestra adhesión a las causas nobles de la humanidad, entre las cuales está el principio de la soberanía irrestricta de las naciones pequeñas. Una política que garantice ampliamente las inversiones de capital extranjero en nuestra economía, asegurándose al mismo tiempo de que contribuyan a nuestro mejoramiento social, y de que no extraigan más riqueza que el legítimo interés del capital.”
— José Figueres Ferrer
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