Tiempo de huelgas
Contenidos
-Había convulsión social.
-Nos “recetaron” dos huelgas. Una en el Atlántico primero y otra en el Pacífico, ambas ayudadas desde Nicaragua. En un incidente en Pocora, un trabajador fue herido por la Guardia Rural. Una foto de ese trabajador le dio la vuelta al mundo, como prueba de que Costa Rica era una falsa democracia, donde se atropellaba a los trabajadores. Fue el inicio de una campaña mundial, montada por el aparato de propaganda internacional del comunismo, para desprestigiar a la democracia costarricense. Toda clase de infundios se lanzaron a través de infiltrados en las agencias noticiosas. Tomando como fuente a dirigentes comunistas locales, recorrió el mundo la grotesca mentira de que organizábamos un ejército clandestino de 75 mil hombres para agredir a Nicaragua, y desde luego, con el dinero y las armas del Pentágono. Recibimos telegramas de diversas y distantes procedencias, solicitando la liberación de los presos políticos. Otros, exigían el cese de las torturas a esos presos políticos. Todo esto suena ridículo, pero correspondió a un montaje técnico y diabólico del aparato de propaganda del comunismo internacional, que para entonces todavía funcionaba con innegable eficiencia.
-¿Hubo una estrategia frente a la tormenta?
-Ante las serias amenazas a la democracia y a la paz de los costarricenses, originadas en la violencia y la guerra en el resto de Centroamérica y en la presencia de los factores negativos de la Guerra Fría, era imperativo diseñar una estrategia que trascendiera las fronteras partidistas y las normales discrepancias entre los distintos sectores sociales. En el campo político, recurrimos a los ex presidentes de la república y todos, sin excepción, apoyaron la estrategia de procurar la unidad nacional frente a los retos de adentro y de afuera. Nos reunimos con frecuencia con el máximo dirigente de la oposición, Rafael Ángel Calderón Fournier. Manteniendo sus históricas discrepancias con el Partido Liberación, apoyó todas la acciones dirigidas a conjurar la crisis interna y enfrentar los riesgos derivados de las convulsiones que padecía el resto de Centroamérica.
“En el campo de los sectores sociales, provocamos el diálogo entre las cámaras empresariales, las instancias del Gobierno Central, el Poder Legislativo, y las organizaciones sindicales, cooperativas, solidaristas, municipalidades y asociaciones comunales.
“Gracias al patriotismo de esos sectores y a pesar del acelerado proceso de empobrecimiento de los sectores de la clase media y popular; a pesar de la angustiosa situación de los grupos menos favorecidos de la población, hubo una verdadera tregua en la confrontación social. Se pudieron dar políticas y medidas ingratas en sus defectos inmediatos y el pueblo con sabiduría y estoicismo esperó el tiempo prudencial para que se produjeran los resultados positivos. Con ´Volvamos a la Tierra´, sí impulsamos nuevas líneas de producción y exportación en horticultura, floricultura, citricultura. Reanudamos los esfuerzos hacia los sistemas de riego. Pusimos en marcha el Plan Bananero y aseguramos una aplicación estricta de la ley Régimen de Relaciones entre Productores, Beneficiadores y Exportadores de café.
-El ajuste por culpa de la crisis tuvo ganadores y perdedores.
-Tuvimos muy presente al estadista francés, a quien también le correspondió ser Primer Ministro en circunstancias complejas para la Francia y la Europa de los años inmediatos al final de la Segunda Guerra Mundial. Me refiero a Pierre Méndes France. Sus charlas radiales semanales las recopiló en un pequeño tomo con el título de “Gobernar es escoger”. Escoger entre dos o más nombres; entre dos o más caminos; entre dos momentos; entre dos circunstancias; entre dos o más ideas. Afirmó, con profunda sabiduría, que en política casi nunca se nos da la oportunidad de escoger entre lo bueno y lo malo. Lo más frecuente es que debamos escoger entre lo malo y lo menos malo.
Comentarios Facebook