Luis Alberto Monge: Un campesino cultivado

Efervescencia de los años 40

“Era los agitados años 40. Estaba muy polarizado el pueblo costarricense. Unos estábamos en la Oposición, criticando los fraudes y persecuciones, y otros estaban del lado de esos gobiernos; entre ellos, los más militantes eran los comunistas.

“Los comunistas llegaron al mercado para conversar con nosotros. Tenían una organización muy buena. Se vestían de campesinos y llegaban a discutir con los campesinos de La Uruca y Santa Ana.

“Mi patrón era cortesista, un ferviente seguidor de don León Cortés. Él me daba libre para que me metiera en las discusiones de los camaradas. Como yo estaba metido en los sindicatos, no me podían decir que estaba en contra de las leyes sociales. No por creer que las leyes sociales le hacían un bien al país, podía aceptar yo los atropellos del gobierno.

“Hubo muchos incidentes. El dueño de la Talabartería Mexicana era ´Beto´ Hidalgo. Tenía una pata de palo, y cuando se metía un mechazo le agarraba por andar volando hachazos como un pirata. Recuerdo a muchos personajes como él.

“Los de la oposición éramos muy agredidos y acorralados. Aun así, logramos derrotar la reforma electoral del 43. Y lo logramos a pesar de que la oposición de la época era muy heterogénea, pues abarcaba los sindicatos de la Rerum Novarum, el Partido Acción Demócrata, el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales y los grupos conservadores.

“En el 42 ya hubo fraude, y en el 43 presentaron un proyecto de ley que era como oficializar el fraude. Los de Alajuela veníamos a protestar en el tren. Era lo más barato.

“La profesora Ana Rosa Chacón encabezó la lucha de las mujeres del 15 de mayo. Llegaron hasta la Asamblea Legislativa, y Manuel Mora salió diciendo que no se dejaran utilizar por fuerzas enemigas del progreso, pero que iban a retirar el proyecto.

“A mí me visitaban muchísimos dirigentes del Partido Comunista, entre ellos, el hijo del dueño de una refresquería de ahí, del mercado. Sabían que yo era partidario de las leyes sociales. Pero nunca consiguieron sacar nada de mí.

“Cuando terminé el colegio, me fui para el tramo a trabajar a tiempo completo. Empecé a vivir el calor del momento día a día”.

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